Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

UsinaLA SUPERUSINA DE SAN NICOLÁS
CON toda celeridad prosiguen los trabajos que se vienen realizando en la localidad de San Nicolás, para habilitar la supercentral eléctrica que comenzará a funcionar parcialmente en el primer semestre del corriente año.
Este verdadero emporio de energía eléctrica, uno de los más modernos del mundo, tendrá una potencia de 320.000 Kw. y proporcionará la solución al abastecimiento de electricidad de la zona industrial de mayor importancia del litoral argentino y del Gran Buenos Aires, pues su energía será transmitida por una línea de alta tensión de 132 Kw. que tendrá 500 kilómetros de extensión y que abarcará desde la citada supercentral hasta las centrales de Buenos Aires, Rosario y Santa Fe.
Constará esta enorme planta productora de energía eléctrica de cuatro grupos de 75.000 Kw. cada uno y otros dos de 10.000, que serán alimentados con calderas de tipo semiintemperie, cuya construcción se está realizando simultáneamente con las obras del muelle y su correspondiente playa de combustibles, como asimismo con los trabados auxiliares de la supercentral.
La producción máxima contemplada por esta moderna construcción y sus elementos generadores de energía, es de 320 mil kilowatios aunque también se ha previsto la posible instalación de otros dos grupos más de 75.000 Kw. cada uno, con lo que podría llegarse al final de las obras a una capacidad de 470.000 Kw., cifra demostrativa de su importancia singular.
De acuerdo con las previsiones del Segundo Plan Quinquenal, se construirá al mismo tiempo, en las proximidades de la supercentral, un barrio de 72 casas destinadas al personal técnico y obrero, como así también modernos comedores y salas para- la prestación de servicios médicos.
La gran usina de San Nicolás, constituye, pues, un importante paso hacia la satisfacción de las necesidades que reclama el bienestar de la población y la total electrificación del país, debiendo destacar que se han invertido ya en la monumental obra 200.000.000 de pesos.
Se pone de relieve una vez más, de esta manera, cuál es la capacidad de nuestro pueblo cuando se lo convoca a cumplir directivas nacionales inspiradas en el afán de realizar el bienestar general y, al mismo tiempo, cuál es el espíritu que anima la conducción presente de la República.
Los intereses del pueblo están celosamente custodiados y los fondos públicos se invierten, como acabamos de señalarlo, en construcciones que redundarán en beneficio del país entero. Por ello es necesario que la población no se sustraiga al cumplimiento de las pocas obligaciones que en este sentido se le fijan, y que haga efectivas las contribuciones que se le reclaman, sin las cuales sería imposible concretar realizaciones como la de San Nicolás.
En este orden de cosas, como en todos los restantes de la actividad nacional, están previstas todas las posibilidades La Dirección General Impositiva del Ministerio de Hacienda de la Nación recauda los tributos impuestos a la población y les da luego el destino correspondiente. Por eso es que deseamos insistir en este punto, para dejar bien mi claro cuál es la responsabilidad de los obligados al pago de las cargas fiscales. Ellas constituyen el medio para la formación del erario público y, por consiguiente, no es posible eludir su cumplimiento, máximo cuando se sabe cuál es la aplicación que habrá de darse a tales fondos.
Las obras de San Nicolás — supercentral eléctrica y barrio obrero—, no hubieran sido posibles sin el aporte de la comunidad. como tampoco lo hubieran sido las demás realizaciones que caracterizan esta, floreciente etapa de nuestro presente. Esa es la importancia de los impuestos y en ella reside, particularmente, la necesidad imperiosa de su satisfacción.
Revista Caras y Caretas
03/1954
 

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