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CLUBES
Del triciclo a la computadora

En la caja del triciclo había un inflador neumático que funcionaba a mano, una damajuana con nafta, un embudo y un par de gomas de repuesto. Al mecánico no se le exigían muchos conocimientos de la materia, pero sí piernas vigorosas para pedalear sin pausa y alcanzar en el menor tiempo posible al auto averiado. Esto ocurría en 1904 y años siguientes, cuando pilotear un automóvil implicaba un riesgo tan apasionante que los conductores no podían desprenderse de un cierto aire romántico. Hoy, a 69 años de aquel comienzo balbuceante, el Automóvil Club Argentino (ACA) —portador entonces del cómico triciclo— despliega un poderío empresarial que lo ubica entre las primeras entidades del país.
La semana pasada, con motivo de aproximarse el septuagésimo aniversario de la institución, el abogado César Carman, presidente de ACA, habló con un redactor de Panorama: "El desarrollo del club —dijo— coincide con el desarrollo del país en todos estos años. La gente del ACA siempre ha tenido un especial sentimiento por lo argentino, un sentimiento y una actitud que yo definiría de servicio; por eso es necesario aclarar que el ACA no es sólo un enorme taller dedicado a la atención del automóvil. Naturalmente, es mucho más que eso: por sobre todas las cosas, nosotros abrigamos el deseo de que los argentinos conozcan su país de un extremo a otro, a fin de romper las fronteras interiores que generan la soledad y el aislamiento de algunos lugares”.

ORIGENES. En una vieja casona ubicada en el cruce de las avenidas Sarmiento y del Libertador, exactamente donde se emplaza ahora el Monumento de los Españoles, el 11 de junio de 1904, en una reunión presidida por el barón De Marchi, se decidió la fundación del Automóvil Club Argentino con el objeto de: incrementar el turismo automovilístico, peticionar la construcción de caminos, gestionar la disminución de derechos aduaneros (los autos se importaban, y el primero que entró al país, traído en 1892 por Dalmiro Varela Castex, era un Benz a caldera), construir un garaje con taller mecánico —que se levantó en Santa Fe y Canning— y mantener relaciones con similares entidades internacionales. Dalmiro Varela Castex presidió la primera comisión directiva, cuando los socios no pasaban todavía de veinte. Cincuenta y tres años más tarde, en 1957, eran ya 88.738. Al 31 de octubre del año pasado, el moderno centro de computación, en la sede central de avenida del Libertador, “memorizó” 615.023 socios, cifra que ubica al ACA como el primer club de su tipo en América latina.
La explicación de tal desarrollo se entiende a partir del aumento registrado en el parque automotor en los últimos veinte años, pero también a partir de la amplia gama de servicios que brinda la institución: 621 unidades para auxilio mecánico (otras 50 se están carrozando en estos momentos); servicios especiales en ruta; 300 estaciones de servicio distribuidas por todo el país (182 propias y 118 adheridas); seguros de automotores y de vida; más de 3 millones de ejemplares por año de hojas de ruta que se entregan sin cargo; oficinas especializadas en turismo nacional e internacional, que expiden documentación, facilitan trámites aduaneros para la importación y exportación temporaria de vehículos. Bajo el rótulo "Conozca la Argentina” se promueve un plan de excursiones con financiación bancaria, para el que se dispone de 50 hoteles, moteles y hosterías con tarifas especiales para socios y acompañantes. Además, el ACA ha levantado recreos para camping en Chascomús, Luján, Punta Lara, Timboes (Santa Fe), y balneario en Mar del Plata, Miramar, Necochea, Mar de Ajó, San Clemente y Villa Gesell. No faltan tampoco campamentos en Villa Carlos Paz, Punta Cuevas (Chubut), San Martín de los Andes y Valle Fértil (San Juan). Simultáneamente, cuatro aviones asistenciales trasladan enfermos y accidentados, en tanto que el cheque de viajero ACA soluciona el inconveniente de llevar dinero encima; hay, asimismo, escuelas técnicas de conducción, tránsito y mecánica. Por otro lado, cinco mil cuatrocientas casas comerciales otorgan descuentos a los socios sobre compras y servicios.
En el aspecto deportivo —no descuidado por el club—, se organizan regularmente pruebas automovilísticas no rentables, con itinerarios sobre los llamados circuitos turísticos: ‘Luego de una carrera —asegura Carman—, bandadas de turistas aparecen siguiendo el curso abierto por las competiciones; para alentar esas excursiones, nosotros construimos moteles en lugares donde no llega generalmente la actividad privada”. Entre los blasones que ostenta Carman en beneficio del ACA, se destaca lo que en el edificio de la avenida del Libertador señalan como "trasvasamiento de capitales”. En realidad, se trata de un abanico de cifras esclarecedoras: en los últimos diez años, del total de 19.263 millones de pesos viejos recaudados en concepto de cuotas sociales, 5 mil quinientos millones fueron aportados por los socios del interior del país —28,7 por ciento—, y de los 490 millones invertidos en obras durante el mismo decenio, casi 3 mil setecientos millones fueron destinados a las provincias —56,5 por ciento—. "En los balances del ACA —subraya Carman—, nunca se nombra la palabra superávit; para nosotros, la ganancia es excedente, porque toda esa masa de dinero se destina a construir estaciones de servicio, moteles, etcétera.”
En la gama temática de César Carman el rubro de turismo constituye una suerte de obsesión sobre la que recae casi constantemente, hasta el extremo de encontrarle a cualquier conversación un camino que la lleve a su punto de preferencia: "Hasta hace no muchos años —señala—, el dueño de un automóvil estaba ceñido a seguir dos únicos rumbos: la costa atlántica o las sierras de Córdoba, motivo de largas discusiones familiares en las que se cotejaban las preferencias poco antes del comienzo de las vacaciones. Hoy la situación es otra. El ACA ha diversificado esos gustos y los turistas menos osados, inclusive, se atreven, por decirlo de algún modo, hacia rumbos antes nada frecuentes. En realidad se ha hecho mucho, pero queda mucho más por hacerse: de las elecciones internas que tendrán lugar el 30 de abril —son parciales—, emergerán nuevos directivos que, estoy seguro, sumarán sus esfuerzos e ideas para seguir adelante. Es la primera vez, desde que soy presidente, que se presentan dos listas, un viejo anhelo mío que por fin veo realizado”. El slogan parece aludir a la necesidad de votar "en totalidad”, ya que, de acuerdo a Carman, votar por el ACA "es como votar por el país".
PANORAMA. ABRIL 19, 1973
 
 

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