Mágicas
Ruinas
crónicas del siglo pasado
![]() La musa peronista Los cánticos y marchas políticas fueron siempre parte fundamental de las simbologías partidarias. Pero, quizás, ningún partido ha tenido una vida poética y musical de la magnitud del peronismo. Por cierto los socialistas de todo pelaje continúan entonando las viejas estrofas de La Internacional, y los radicales popularizaron tanto su canción partidaria que en los estadios de fútbol su melodía compite con la de Los Muchachos Peronistas. Pero en el Justicialismo existe una complicada, frondosa musa que alude a los fastos comunes y refleja también las pugnas internas que dividen al movimiento. Desde el rotundo y dramático grito de "La vida por Perón" —quizás el estribillo más sencillo y significativo— la imaginación asciende a formas más intencionadas: "Yo te daré / te daré niña hermosa / te daré una cosa / una cosa que empieza con P / Perón”. El verso final tiene un influjo casi mágico sobre la concurrencia de las reuniones descamisadas y suele derivar en un torneo de repeticiones en el que el nombre de El Líder restalla como si hubiese sido inventado para competir con el repiqueteo de los inefables bombos. En el mismo marco festivo, los justicialistas se apropian de la música de "La mar estaba serena” y le aplican la siguiente letra: "La madre quiere a sus hijos / el gaucho quiere al facón / los oligarcas la guita / y el pueblo quiere a Perón”. Ya entrando al terreno de la confrontación con otros sectores, la juventud justicialista suele hostilizar al presidente de la República con el estribillo: "Lanusse, Lanusse / salite del sillón / porque viene un argentino / que se llanta Juan Perón". La métrica, por supuesto, no respeta exquisiteces. La rima, en cambio, es rigurosa y casi necesariamente incluye en el último verso el apellido paterno del General. En este caso, el anónimo juglar ni siquiera ha respetado la investidura del primer magistrado. LA LUCHA INTERNA. Los antagonismos que surcan a la Juventud Peronista suelen deflagrar una intensa pugna poética. "Aquí están / éstos son / los fusiles de Perón”, cantan los sectores duros, que también hicieron suyo un refrán que fuera del pulverizado socialismo de Vanguardia: "Fusil, / machete (ésta es una reminiscencia cubana) / por otro 17” (de octubre). Los algo más intelectualizados militantes del sector Demetrios —una esotérica y ahora fragmentada secta interna de la Juventud Justicialista— prefieren subrayar su fidelidad al Líder y obviar la apología de las armas, escandiendo: "Aquí están / éstos son / los leales a Perón". También suelen optar por el slogan "Evita compañera / Evita compañera" para oponerlo al "Si Evita viviera / sería montonera” que es una de las frases favoritas de los grupos que ensalzan la vía insurreccional. Otros versos de este sector peronista: "Lucha, lucha armada / Perón en la Rosada" (los insurreccionalistas de matiz pro cubano reemplazan la segunda línea por "Viva el Che Guevara"), o "FAP, Montoneros / son nuestros compañeros". En un tono más luctuoso están las canciones que solicitan "Perón, Mazorca / traidores a la horca" o "Duro, duro, duro / vivan los montoneros / que mataron a Aramburo". En estos casos, la apología del delito es orgullosamente asumida como una virtud. Tanto es así que la conducción justicialista trata de evitar que estribillos de este cariz perturben los actos de un partido que hace todo lo posible por ganar la respetabilidad de una estructura seria y cuidadosa de las libertades ajenas. POLITICA INTERNACIONAL. Cuando el general Charles De Gaulle visitó Buenos Aires, se encontró con una manifestación de jóvenes que ululaba "De Gaulle / Perón / Tercera Posición”. Era una muestra de que las musas pueden ir de la mano con la geopolítica. Ocho años después, aquella letrilla ha variado muy levemente: el difunto mandatario francés cedió su lugar a una invocación latinoamericana que cantan los Demetrios: "América, Perón / tercera posición”. Más radicalizados, los grupos del justicialismo combativo tienen también su línea geopolítica: "Tercer mundo / Perón / Revolución", una manera de orillar el antimarxismo implícito en la primera consigna y vincularse con las revoluciones socialistas del mundo subdesarrollado. Como los cantares de gesta, y las coplas y cielitos de las guerras civiles argentinas del siglo XIX, estos estribillos probablemente sobrevivan como testimonios de lucha de una época de la política criolla signada por la figura de Juan Perón. PANORAMA, MARZO 14. 1972 |
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