Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado
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GRADASSI PROBÓ EL FORMISANO-DODGE SP ...EL SABOR DEL DESAFÍO En medio de una gran expectación, Héctor Luis Gradassi probó en el autódromo municipal el nuevo Formisano-Dodge sport prototipo. Se utilizó el circuito número 5 y los resultados fueron satisfactorios. Es muy probable que corra el 9 de marzo. Es el primer monocasco construido partiendo de cero. SI EL AUTO no hace menos de 1' 44" en el circuito número 12 del autódromo municipal, el 9 de marzo no corremos." Vicente Formisano fue concluyente. Sin embargo, no pudo comprobar si su flamante sport prototipo puede bajar el referido tiempo. Los trabajos de reparación que se estaban realizando en la curva Ascari del escenario porteño, el miércoles, impidieron la utilización del circuito perimetral (con horquilla corta), por lo que la sesión de pruebas a que el coche fue sometido debió efectuarse sobre el número 5. Es decir, el menos indicado para experimentar un auto de esta naturaleza. A pesar de ello, la sonrisa de placer que se dibujaba en el rostro de Formisano, finalizados los primeros ensayos, era testimonio elocuente de la conformidad del discutido constructor por el comportamiento de su máquina, elaborada en combinación con el ingeniero Fisanotti, quien fue el responsable de la idea de fabricar un chasis monocasco, el primero de este tipo producido en el país partiendo de cero. "Claro que estoy satisfecho. Tengan en cuenta que es la prueba inicial, y los problemas que padecimos, además de ser mínimos, no se relacionan con nosotros. Son todos detalles de fácil solución. De igual manera, mañana mismo comenzamos a construir otro auto, para afrontar la segunda mitad de la temporada. Éste ya es viejo. Al ritmo que avanza nuestra mecánica habrá que hacer un coche nuevo, por lo menos cada seis meses." Y con evidente felicidad ordenó: "Por hoy basto. Carguen el auto y vamos". Eran alrededor de las 11 del miércoles. Dos horas antes, el grupo había llegado con cierto nerviosismo, conscientes de la importancia de ese día, en que el fruto de tanto tiempo de trabajo quedaría al desnudo. Era como el hijo que estaba por dar sus primeros pasos. El día anterior, Formisano nos había dicho: "Este auto no lo vendo por nada del mundo. Es por una cuestión personal, un desafío que me hice a mí mismo. No sé si me comprenden". El año pasado no fue muy feliz para la gestión de Formisano y sus coches, y era lógico buscar la reivindicación. Finalizada la prueba de marras, Vicente captó el dulce sabor del desafío coronado con una satisfacción parcial, pequeña quizá, pero válida en función de futuro. Cronometristas oficiosos cantaron tiempos que rodeaban el minuto y los opiniones favorables de Héctor Luis Gradassi, que hizo las veces de piloto de pruebas, con opción a conducir el auto en forma oficial durante todo el año, fueron los alicientes del día, para el compacto grupo que se mueve en torno a la nueva esperanza de Chrysler. La tenida fue correcta, aunque quedaba la incógnita del comportamiento en curvas veloces; el motor mostró fuerte solida. Pero las cosas cambiaron bastante el viernes, cuando solucionados los problemas surgidos el miércoles, el auto transitó por primera vez el circuito número 12. En horas de la tarde, "el huevo rojo" (como algunos ya lo bautizaron) y su corte (Formisano, Fisanotti, Gradassi, Raies y Piazza) llegaron al autódromo. Antes de ingresar en la pista, Formisano anunció que no tirarían buscando bajar promedios: "Todavía tenemos tiempo, aún hay que experimentar bastante". Gradassi trabajó a un régimen de motor, de 5000 rpm y sus dos mejores vueltas (por otra parte las únicas que pudo completar a velocidad) se fijaron en 1'57" y 1'54". En el resto de la tarde daba una vuelta y deteníase luego, poro ajustar detalles (se cambió la presión de las gomas, luego los neumáticos traseros) y reparar el filtro de aceite. Si bien la tenida del auto continuó siendo buena, se notó un leve inconveniente en el tren trasero que se esperaba solucionar modificando la compresión de los amortiguadores. Pero este detalle es uno más de los que el tiempo y la experiencia que el mismo da, irán puliendo. Por ahora, es casi seguro que el 9 de marzo veremos al Formisano-Dodge con Gradassi al volante. Pie de fotos -La cola presenta un aspecto por demás agresivo. Se advierten reminiscencias "Pronelianas", ya que guarda cierto parecido con la de los Huayra. Obsérvese el despeje del piso, que es el mínimo reglamentario, y el radiador. -De avanzado diseño aerodinámico, el Formisano-Dodge sport prototipo representa ahora una de las máximas esperanzas de Chrysler en la categoría. En la foto puede apreciarse la fluidez y suavidad de sus líneas. La forma de huevo, que se pronuncia hacia atrás, es producto de la altura mínima que exige el reglamento de la especialidad. -En la foto se pueden distinguir detalles del tren delantero Valiant, el motor Dodge Slant Power y la estructura de caños sobre la cual va apoyado. Estos últimos son de acero 1020 sin costura, igual que en el tren trasero. También puede observarse la carlinga desplazada hacia adelante. -Constructor y piloto se aprestan a realizar la primera sesión de pruebas. Héctor Luis Gradassi viajó especialmente de Córdoba para experimentar la máquina, manifestándose conforme de su comportamiento, al igual que Formisano, quien aseguró que si el auto hace buenos tiempos, estará en la línea de largada, el 9 de marzo, con Gradassi al volante. -Aspecto de la suspensión delantera independiente con paralelogramo deformable. Se trata de un tren delantero original Valiant modificado. En la foto pueden apreciarse los anclajes del amortiguador, ubicado dentro del espiral, formando un conjunto único. En esta vista frontal se advierte con mayor claridad la forma de huevo adquirida por el techo. También se observan las amplias tomas de aire traseras para refrigerar los frenos respectivos, e| radiador y cumplir también funciones aerodinámicas. La trompa, por su parte, presenta reminiscencias europeas, motor delantero aparte. -El habitáculo es estrecho, pero cómodo. El piloto debe ir sentado al ras del piso y con las piernas estiradas, como si se tratara de un monoplaza moderno. La pedalera es regulable con facilidad. El coche no posee puertas; en su lugar cuenta con carlinga, como los aviones. Es decir, que el acceso al cock-pit se hace levantando el techo hacia adelante. Revista Automundo 04.03.1969 |
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