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ENCUESTAS
Mc Namara, la píldora y los argentinos

Jauretche—El Pentágono cree que todo sudamericano que no nace es un guerrillero menos.
Arturo Jauretche condensó para Panorama, en esta frase, su opinión sobre la tesis sostenida por Robert Mc Namara, presidente del Banco Mundial. El ex secretario de Defensa de John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson estableció la semana pasada insólita condición para ayudar económicamente a los países subdesarrollados. Una especie de relación inversa entre el monto de los préstamos y la tasa de natalidad.
La paternidad de la idea no le pertenece exclusivamente. La comparte la mayoría de los demócratas norteamericanos. Lo que explica la escasa receptividad que halló en USA el pensamiento de Pablo VI cuando, en Colombia, pronunció a la Iglesia contra el control de la natalidad por los poderes políticos.
“El problema de la humanidad —dijo entonces a Panorama un integrante del séquito papal— no es que falten riquezas para asegurar un nivel digno de vida a los hombres. Consiste en que hay pocos que tienen mucho y muchos que no tienen nada. Es un problema de distribución.”
Los países ricos tienen mucho que perder si la presión demográfica los enfrenta a la alternativa de redistribuir la riqueza mundial o reprimir los estallidos revolucionarios. Una guerra “localizada”, como la de Vietnam, por ejemplo, puede costar 100 millones de dólares diarios. El Congreso de los Estados Unidos redujo a 270 millones —menos de tres días de contienda— la ayuda para América latina durante 1969.
Mc Namara irritó a la mayoría de los encuestados por Panorama.

Me parece bien
■ Una excepción fue el profesor Américo Ghioldi, dirigente máximo del socialismo democrático: “He leído —dijo— el discurso y me pareció bien.” Sin polemizar directamente con el Papa, sostiene que "si no hay regulación del crecimiento de la población, todo el esfuerzo destinado al aumento económico no rendirá los esfuerzos que se esperan”. Ghioldi cree, además, que se está en presencia de un plan orgánico de ayuda “de otro tipo y en mayor escala” del que se venía produciendo. Encuentra valiente haber tomado el problema así, de frente, y recuerda: “El crecimiento demográfico preocupa a las Naciones Unidas. A tal punto que en la secretaría de la ONU, al
día siguiente de conocida la encíclica papal hubo una manifestación de disidencia que motivó una intervención del gobierno argentino. Es un problema mundial".

Poderoso caballero
alejandro mayol■ El demócrata cristiano Lucas Ayarragaray ve en la propuesta el poder del dinero: “Es un absurdo porque supone que los pueblos ricos van a indicarle a los pueblos pobres cuándo o no pueden engendrar. El problema de la eclosión poblacional de los países subdesarrollados se debe, en otros factores, a que están constituidos por seres carentes de los privilegios que se dan en los pueblos desarrollados. Si tuvieran su propia oportunidad ellos mismos limitarían o no (allá ellos) el aumento de la población. Pero lo evidente es que esto que se propone es una imposición del poder del dinero que va contra la naturaleza y contra la justicia’’.
■ El rebelde padre Alejandro Mayol es terminante: "Pienso que si había alguna duda sobre la relación existente entre guerreros y banqueros, ahora no queda ninguna. El señor Mc Namara es un magnífico exponente de que los cañones están en Latinoamérica para proteger a los banqueros’’.
Sin embargo, hace concesiones: “Pienso que en un período de despegue quizás habría que limitar la natalidad, pero de acuerdo con el criterio y las necesidades de cada país”.
■ El sector moderado de la Iglesia fue terminante. El padre Héctor Grandinetti sostuvo: “Mc Namara no es ninguna autoridad en la materia. Lo que propone es una especie de «chantaje». Como bien
dice el Papa en la encíclica, con el control de la natalidad privamos al mundo de muchas vidas. Si se usan las píldoras no nacerán los que mañana podrían ser científicos, estadistas o grandes hombres. Indudablemnte, hay una inmoralidad de los pueblos fuertes al querer imponer a los débiles una conducta determinada, sea cual fuere”.
El padre Grandinetti señala el riesgo de que se ponga a cargo de determinadas personas aleccionar sobre el uso de anticonceptivos en regiones extremadamente pobres, a espaldas de sus pastores religiosos. De hecho eso ya está ocurriendo en varias regiones del mundo.

El coto familiar
■ El ex presidente Frondizi trata de poner al derecho lo que a su juicio Mc Namara expuso Grandinettial revés: “Son realmente lamentables las proposiciones de Mc Namara, valga el eufemismo, referentes al control de la natalidad como presupuesto del desarrollo económico de los países atrasados. Un hombre que arriesgó opiniones tan avanzadas como las que emitió en su ya famoso discurso de Montreal corre el riesgo de anular una trayectoria brillante a partir de su colaboración en el gobierno de Kennedy cuando confunde tan lamentablemente las causas del subdesarrollo y las premisas del desarrollo. Si como se ha demostrado hasta el cansancio, las tasas de natalidad descienden a medida que los países van alcanzando sucesivos y superiores niveles de desarrollo y aumentan en proporción inversa, llegando a las tasas más altas en los más sumergidos, el remedio para este fenómeno que tanto preocupa a algunos liberales norteamericanos es demasiado evidente. Por otra parte, hay aquí una esfera en la que el Estado no debe penetrar bajo ningún pretexto: la familia, cuya autonomía y solidez ha demostrado una vigencia histórica inimaginada”.
■ Oscar Alende (médico, dirigente político) afirma con enojo: “Este discurso es intolerable”. “Su propósito —agrega— es detener el inevitable crecimiento de Sudamérica y, por consiguiente, limitar su rol y su influencia en la sociedad del futuro. Tenemos que crecer intensamente. Argentina debe ejercer una política de estímulo al crecimiento de su población. La política extorsiva es inadmisible, bárbara y brutal. Lo dramático es que los norteamericanos no se caracterizan por su sagacidad ni por su mirada benévola. Sus políticos son muy duros. Ya no es el país de Lincoln o Jefferson.”

Gracias, Mc Namara
■ La encuesta incluye a Alfredo Ossorio, tacuara. Celebra que el Banco Mundial y los Estados Unidos nos priven de su ayuda: “Se lo agradecemos de todo corazón, porque jamás ha sido una ayuda fraternal, ni nada por el estilo. Ha sido la ayuda del poderoso al económicamente subalterno. Las implicancias políticas que trae la ayuda son negativas para el país en la faz política y social. Por eso le agradecemos mucho que no colaboren con nosotros”.
Para Ossorio, el gesto de Mc Namara es cómico, casi inefable, “propio de la decadencia de su país”.
Reimundez■ El coronel Manuel Reimundez declaró a Panorama: “Ese discurso me parece una enormidad. No creo de ninguna manera que ésa sea la solución para nuestro problema. No la puede ser para los latinoamericanos y menos para los argentinos. Nosotros vamos a salir del subdesarrollo no limitando nuestro crecimiento demográfico sino tomando medidas acertadas para conducir al país a un cambio de estructuras. Países como los nuestros no necesitan controlar la natalidad, sino alimentar a sus pueblos. Mc Namara es coherente con la política de Johnson. Ellos tratan de mantener a los pueblos en un nivel determinado para poder manejar sus intereses cómodamente. El propósito es que Latinoamérica sea un mecanismo en el juego de los grandes intereses que ellos manejan. Nosotros tenemos que enfrentar esa ley del garrote”.
■ Margarita V. de Oliver, vicepresidenta de la Liga de Amas de Casa y secretaria de Relaciones Públicas de la Federación Femenina de Organizaciones Metodistas, borra todos esos títulos a la hora de la respuesta sobre tema tan agudo. Dijo a Panorama: “Yo soy partidaria de la planificación de la familia. El hijo debe ser esperado, deseado y querido. Está comprobado que el hijo que se desarrolla en el seno materno sin ser muy deseado, o con cierta hostilidad por parte de la madre, por situación económica o de salud. . . nace con ciertos traumas. Yo he andado mucho por las villas miserias, he estado en el consejo del menor. Sé que estamos llenando el mundo con ejércitos de desgraciados, gente no querida, no buscada, no deseada y que al final son carne de cañón”.
Cree, sin embargo, que no está bien condicionar la ayuda a políticas sobre natalidad. En cambio, propone que los gobiernos pongan anticonceptivos a disposición de las parejas. Y que lo hagan gratuitamente.

Con balance
La encuesta de Panorama arroja un balance ya previsto: no, a la pretensión de dictar desde fuera una política, ya sea sobre natalidad, ya sobre cualquier otro punto. Por otra parte, los bajos
índices de nacimientos de la Argentina eximen del control, salvo que se lo aplicara a regiones (Corrientes, Noroeste) que mantienen —todavía— altas tasas de proliferación que acompañan a otras igualmente altas de mortalidad infantil y nacimientos extramatrimoniales. El problema argentino podría ser inverso: necesidad de fomentar la procreación. Un gobierno francés lo hizo en el siglo anterior financiando la distribución masiva de “Fecundidad”, obra de Emilio Zola. No se pudo comprobar nunca cuántos nacimientos ocasionó.
Inesperadamente surge una comprobación política: lo ideológico sigue separando a los argentinos. Liberales, laicos, hacen su finta contra el Papa, aunque no haya sido mencionado por Me Namara. Los nacionalistas- en cambio, se indignan por la intromisión, e incorporan el elemento moral, atribuyendo a los norteamericanos un crudo materialismo.

_recuadro en la crónica_
OPINION MILITAR
La propuesta Mc Namara ignora a la Argentina, aunque su autor esté a punto de llegar a ella. Tal es la síntesis de la opinión castrense recogida por Panorama en las tres armas.
La preocupación militar no es el posible exceso de población, sino exactamente lo contrario. Frente al crecimiento demográfico de los demás países latinoamericanos se piensa que la Argentina, con su escaso 1.7 por mil (propio de un país altamente desarrollado) terminará por convertirse en un espacio vacío, tentación para ambiciosos vecinos.
En términos de defensa nacional, el potencial humano es uno de los elementos básicos del potencial de guerra. Por eso la estrategia de la nación no puede dejar de considerarlo. A partir de esta premisa, surgen las siguientes conclusiones:
■ La Argentina no puede aceptar el estancamiento de su población, porque el mismo debilita los resortes de su defensa nacional.
■ El control de la natalidad tiene sentido político. Constituye una propuesta extorsiva. Pero, además, es prácticamente irrealizable a menos que se llegue a la esterilización, como se intentó en la India.
■ La Argentina debiera esgrimir su condición de país que regula espontáneamente el crecimiento de la población, para obtener prioridad en la tesis Mc Namara.
■ El plan LAFE del CONADE (Ver Síntesis y Perspectivas Nacionales, Nº 76 de Panorama) tiene ahora expedito el camino hacia su realización. Su filosofía sobre especialización del país en producción de alimentos, es la misma que enunció el presidente del Banco Nacional, junto con su propuesta sobre control de la natalidad.

Revista Panorama
15.10.1968

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