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PERIODISMO
El vaciamiento de Primera Plana
Con la edición aniversario del 17 de noviembre, el semanario Primera Plana completó un ciclo de ocho años, y —simultáneamente— se quedó sin los dos únicos periodistas del equipo fundador: Ramiro de Casasbellas (36, director ejecutivo) y Osiris Troiani (50, jefe de la redacción). El resto del staff se había desintegrado ya sobre la marcha, en distintos éxodos que sirvieron para engendrar nuevas publicaciones, hasta producir ahora el vaciamiento total y la incorporación de un nuevo plantel.
El primero en partir fue el propio creador de la revista, Jacobo Timerman, quien renunció en julio de 1964; meses después también se fue el primer jefe de la redacción, Luis Ernesto González O’Donnell. A fines del 64 el intento por crear un nuevo semanario de noticias arrastraba al jefe de la sección política de Primera Plana, Rodolfo Mario Pandolfi, quien decidía encabezar la redacción de la revista Todo (un ensayo de Bernardo Neustadt).
Timerman y Pandolfi se reencontrarían luego, hacia mayo del 65, en el lanzamiento de Confirmado. González O’Donnell, a su vez, se afincaba en la Editorial Abril para producir la revista Adán, a la que se incorporaría el jefe de ciencia y técnica de Primera Plana, Carlos Villar Araujo. También hacia Abril partiría, a comienzos de 1968, el jefe de vida moderna, Norberto Firpo, actual director de Siete Días.

EL SEGUNDO EXODO. A mediados de 1969 emigró el equipo completo del rubro Economía (Julián Delgado, Alberto Borrini, Mario Sekiguchi y Raúl H. Sarmiento), quienes también producían en Primera Plana S.R.L. la revista Competencia. A ellos se iba a sumar el jefe de deportes, Ricardo Frascara, para participar del lanzamiento de Mercado, un semanario de economía y negocios.
Un mes antes de que Primera Plana fuera clausurada por el gobierno de Onganía, anunció su retiro el jefe de la redacción (Tomás Eloy Martínez), y tras el cierre, en agosto del año pasado, dejaron sus puestos unos veinte periodistas. Luego de contribuir al lanzamiento de una revista sustituta, Periscopio —y de sostenerla hasta la vigésima edición—, se sumaron al éxodo los jefes de política nacional (Roberto Aizcorbe), artes y espectáculos (Ernesto Schóó) e Historia del Peronismo (Hugo Gambini), quienes luego se reunirían —con sus respectivos equipos— en la elaboración de Panorama.
Con la partida de Casasbellas y Troiani, el grupo fundador se ha esfumado por completo de la revista: hasta Roberto Socol, que fue asesor de la dirección y gerente comercial desde noviembre de 1962, había decidido emigrar diez meses antes. De la antigua lista sobrevive, es verdad, un nombre: el de Victorio Italo Sebastián Dalle Nogare, quien había trabajado en el comercio textil antes de aportar la mayor parte de capital que sirvió para fundar la publicación. Dalle Nogare, que fue el primer administrador, atravesó los ocho años iniciales de Primera Plana sin escribir ningún artículo.
El nuevo socio de la empresa es el abogado Alberto J. Gabrielli, un ex funcionario del gobierno de Onganía (fue asesor del ministro de Justicia, Conrado Etchebarne) y actual concesionario de Radio del Plata, quien al hacerse cargo de la dirección de la revista provocó la diáspora final. Es así al menos, como lo explica el propio Casasbellas: "Al asumir Gabrielli la dirección de Primera Plana (un episodio absolutamente legal) consideré que yo estaba de más. Hasta ese momento había ejercido ese cargo, aunque con un título inferior; desde allí luché por hacer la mejor revista de noticias del país, a cambio de una sola cosa: absoluta libertad de expresión para los periodistas que trabajan conmigo. Al ser desplazado, era evidente que mis servicios ya no interesaban a la editorial. Y aunque se me rechazó la renuncia el 13 de octubre, y se me dijo reiteradamente que mi concurso seguía siendo valioso, me afirmé en la idea inicial. A todo esto se sumó una violenta depresión nerviosa, que terminó de convencerme de la necesidad de irme cuanto antes”.
"Me quedaban —sigue— dos caminos: darme por despedido o renunciar. Lo primero significaba pleitos y ardides judiciales que me repugnan. Era mejor lo otro: marcharse en paz. Es lo que hice. Debo decir que lo hice sin rencores: en mi fuero interno, pienso que Primera Plana murió el 5 de agosto de 1969, cuando la clausuraron. Me voy, es curioso, al cumplirse el octavo aniversario de la fundación. Ahora hay otro director, el tercero que tiene Primera Plana, y el único no periodista de los tres.”
"Si usted quiere —concluyó Casasbellas—, hagamos una metáfora: un hombre se casa con una mujer; tiempo después, mediante una operación, la mujer se trasforma en hombre y la familia quiere que el primer hombre siga viviendo con la ex mujer, y que además siga teniendo hijos. Yo decidí no aceptar ese trato.” Y como no lo aceptó, ahora piensa tomarse "unas buenas vacaciones”. No lo hacía desde 1965. ♦
PANORAMA. NOVIEMBRE 24, 1970

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