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-¿De dónde venís
ahora?
De una embajada donde estoy estos días
haciendo una serie de contactos a nivel internacional; porque frente a todo este problema
de las Malvinas, me preocupa seriamente lo que pueda representar en costos de vidas, tanto
para la Argentina como para los británicos y también lo que esto representa en cuanto a
la paz mundial. Estamos en una situación crítica, sabemos las consecuencias que esto
puede tener.
-¿Cuáles son esas
consecuencias?
-Fundamentalmente pienso en el costo que
puede haber en vidas y las consecuencias, tanto en el orden interno, para el país, como
para la situación mundial, de que se agraven los conflictos. Sabemos que estamos viviendo
en una sociedad donde no hay hechos aislados; lo que hoy sucede en un país tiene
repercusiones en el de resto los países. Entonces, vemos aquí los intereses
internacionales, y los juegos de los poderes que actúan sobre esta situación. Me
preocupa la situación interna del país, porque con el problema de las Malvinas no
significa que han terminado los problemas en el país. Quedan muchas cosas pendientes.
Nosotros hemos sido espectadores pero no actores de todo esto. Nos encontramos ante hechos
consumados y entonces tenemos que enfrentarlos.
-Ante el hecho consumado ¿qué
sugiere el Premio Nobel de la Paz? ¿Apoyar al gobierno?.
-No, yo no apoyo al gobierno, y lo he
dicho claramente. Yo lo que apoyo es la reivindicación de un pueblo. La soberanía no
significa solamente la soberanía territorial; realmente encontraremos la soberanía
cuando sea la expresión del pueblo y cuando el pueblo tenga la capacidad y tenga los
derechos de determinar su destino y adoptar las resoluciones sobre los grandes problemas
que vive el país, en todos los órdenes.
-¿ Cómo ve el Premio Nobel de
la Paz que la Argentina haya hecho una reivindicación justa, pero a través de las armas?
-Primero deberíamos preguntarnos si era
necesario utilizar el recurso de las armas, y si estaban agotadas las instancias
diplomáticas. Yo tengo mis serias dudas al respecto, porque creo que para la solución de
los conflictos no se debe recurrir al uso de las armas. Hay otras instancias que deben
agotarse antes. Esa es una cosa que nunca la vamos a saber. Una, porque nosotros no
tenemos un Parlamento, no tenemos representatividad del pueblo, y aquí se ha puesto en
juego también la emotividad del pueblo, porque el problema de las Malvinas no es una
reivindicación de ahora, sino de siempre. También, las cosas aquí se mezclan demasiado;
por eso no sabemos si en la instancia internacional diplomática se han agotado todos los
caminos; por otro lado tenemos que tener en cuenta el proceso interno argentino, que tres
días después de una fuerte represión donde el pueblo ha sufrido las consecuencias;
incluso hay muertos, hay varios heridos, más todos los detenidos que hubo, se utiliza un
elemento muy sensible en el pueblo, como es la reivindicación de las Malvinas. Nosotros
nos levantamos de un día para otro con un hecho consumado. Hoy en día el mundo no puede
resolver sus conflictos a través de una acción armada y no sé si en el orden interno,
el gobierno midió las consecuencias de todo esto; en el orden económico, en el plano de
la diplomacia internacional y en la reacción internacional.
-¿Cuál es tu experiencia, vos
que estuviste viajando estos días?
-Bueno, yo lo veo con mucha
preocupación, porque veo un gran aislamiento del gobierno argentino, incluso de los
países no-alineados, y también de la comunidad europea. De los países integrantes del
Commonwealth donde tampoco hubo una acción diplomática profunda para motivar; porque si
no no se da, en una situación de derecho histórico, jurídico, y geográfico que las
Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, vote en contra; diez contra uno. Entonces quiere
decir que no hubo tampoco todo un proceso de motivación, de análisis y de tratativas
diplomáticas frente a todo esto, y más en una acción que se realiza cuando la
situación interna argentina económica es grave ¿cómo soportar todo este operativo de
guerra con un país que prácticamente está en una situación económica muy débil?
Incluso en los planteos estratégicos, en la situación diplomática, en la misma
situación interna del país y en la falta de representatividad del pueblo, para un
accionar.
-El día que se convocó al
pueblo había 200.000 personas en la plaza ¿Qué significa eso?
-Yo creo que hay que verlo dentro de lo
que es una acción psicológica. El pueblo en el primer momento, y todos; creo que no hay
un argentino, por más corrientes políticas o diferencias que pueda haber,que no esté de
acuerdo con la reivindicación de las Malvinas. Yo también como argentino lo deseo; pero
sí enjuicio los medios utilizados, y si era el momento oportuno para un recurso de ese
tipo.
-¿Queda justificado un gobierno
militar en estas circunstancias?
-Pienso que esto va a tener serias
consecuencias en el orden interno, acelerar o demorar un proceso democrático y que una
acción de guerra representa para el presente y el futuro del país, y estas consecuencias
son inevitables. ¿Cuál es la posición de la Argentina en el contexto internacional?
porque somos parte de una comunidad mundial y eso hay que tomarlo, muy en cuenta. Porque
¿cómo va a responder la Argentina a la deuda externa? ¿cómo va a responder al comercio
exterior? ¿cuáles son los recursos disponibles? Uno se pregunta, y de aquí que no
tenemos información, si realmente se previo todo esto o no, si esto simplemente fue una
acción militar desvinculada de todo otro contexto, o si se hizo una evaluación muy seria
de todas las implicancias y consecuencias. Entonces, tenemos que ver las cosas con sentido
critico y haciendo un análisis muy sereno y muy profundo, de todo este accionar.
-Vos estabas afuera como Premio
Nobel argentino, y en ese momento había algunos políticos que se estaban preparando para
ir a explicar, afuera, qué pasaba en la Argentina ¿ Vos fuiste con el mismo motivo?.
-No, mi posición la he fijado con mucha
claridad. En principio yo no soy ningún enviado oficial, ni oficioso del gobierno. Mi
actuación es como argentino, como cristiano y también como Premio Nobel de la Paz. Tengo
la obligación, con mi pueblo, y también con la comunidad internacional,
fundamentalmente, de evitar pérdidas de vidas, y además, de que se encuentre una salida
diplomática. Como argentino, reivindico la soberanía de la Argentina, pero no apoyando
el gobierno; bajo ningún punto de vista.
-¿Tus argumentos ante la gente
de afuera cuáles serían?.
-Que frente a la situación que estamos
viviendo, debemos encontrar una salida diplomática a través de negociaciones, para
evitar un enfrentamiento armado. Por las pérdidas de vida y por la misma seguridad de la
paz internacional.
-¿Cuáles serían esas
negociaciones?
-Habrá que buscarlas, conciliar las
partes en lo que es negociable, y encontrar una salida a todo esto.
-De acuerdo a las últimas
noticias parecería que no hay manera, porque el gobierno argentino no está dispuesto a
dejar las islas Malvinas y la Tatcher tampoco. Parece que se fuera a un enfrentamiento
armado.
-Desgraciadamente es lo que me temo.pero
debemos seguir trabajando y hacer todo el esfuerzo posible.
-¿Pero vos tenes una fórmula
que propusiste afuera?
-No tengo una fórmula, yo creo que el
ámbito natural para encontrarla debe ser las Naciones Unidas y la O.E.A.
-¿Pero qué idea llevarías si
te tocara ser nuestro embajador?
-Sería muy difícil tratar de presentar
una propuesta, pero creo que en este momento habría que ver la forma de una intervención
de las Naciones Unidas, con una posición de respeto a lo que puede ser la reivindicación
argentina, y también tener en cuenta los intereses británicos. Pero en esto, el ámbito
natural de negociaciones tendría que ser las Naciones Unidas. Yo no veo mucho la
intervención de Haig en esto; una, porque la isla Ascensión es una base militar
norteamericana, de común uso con las fuerzas británicas. Hay un contrato de defensa
mutua, y por otra parte la Gran Bretaña es el aliado número uno de los Estados Unidos en
Europa y es integrante de la NATO. Entonces, no vemos eso, como no vemos tampoco con
claridad la posición del ministro de Economía Alemann, cuando habla de la Unión
Soviética, y dice que la Unión Soviética tiene una posición de lucha antiimperialista.
O es muy corto de memoria, o está utilizando las cosas para su conveniencia. No nos
olvidamos del muro de Berlín, que es una ofensa a toda la humanidad. No nos olvidamos de
Afganistán, no nos olvidamos de Polonia, y de todos lo países de detrás de la cortina
de hierro. ¿Entonces de qué lucha antiimperialista está hablando? ¿O es que ahora les
conviene hablar de la Unión Soviética? Y, por otra parte, hay que insistir mucho en que
la Unión Soviética no debe intervenir en absoluto en esto. Un general argentino que
habló por televisión dijo que si tienen que recurrir a la ayuda de la Unión Soviética
lo harán, hizo un paralelo y dijo "que si los Estados Unidos en la Segunda Guerra
Mundial, se aliaron con los soviéticos, por qué nosotros no lo vamos a poder hacer''.
Entonces, uno termina por no entender nada. Alguien dijo que habíamos perdido la
capacidad de asombro, y ¿cómo puede ser de otra manera si los absurdos son hechos
cotidianos?.
-¿Por qué no los soviéticos?
-Porque no hay hechos aislados y esos
son los riesgos que ponen en juego la paz mundial; porque si intervienen los soviéticos,
frente a los británicos, en la situación argentina, el resto de los países no se
quedarán quietos y esto puede ser la chispa detonante de la Tercera Guerra Mundial.
Entonces debemos trabajar, antes que se produzcan los conflictos armados.
-¿Cuál sería tu trabajo en
estos momentos?
-Es evitar un enfrentamiento armado y,
llegado este enfrentamiento armado, es que los costos sean los menos posibles.
-¿ y como lo realizas?
-Lo estamos haciendo de muchas maneras.
Una con un trabajo de motivación, viendo qué respuesta podemos encontrar dentro de otros
gobiernos. También en el primer momento, he enviado telegramas a la reina de Inglaterra,
a la primer ministro, Margaret Thatcher. Estuve con el embajador argentino mostrándole mi
preocupación, lo mismo con el embajador británico, incluso a nivel de gobierno en los
Estados Unidos, y en este momento estoy haciendo gestiones ante distintos gobiernos a
través de las embajadas. He mandado cartas a treinta, cuarenta gobiernos, pidiendo su
intervención para evitar mayores males frente a todo esto, y si yo tengo que viajar, no a
nivel de gobierno, ni a título oficioso, (que eso quede muy claro), sino a título
personal y como Premio Nobel, incluso ir hasta la Gran Bretaña o ir al Mercado Común
Europeo, o ver a quien tenga que ver para evitar un derramamiento de sangre, lo voy a
hacer. Estamos viendo también, aquí a nivel nacional, de ir motivando una conciencia por
que una cosa es gritar por las Malvinas, y otra que nos encontremos enfrentados en una
situación de guerra.
-¿Crees que la gente tiene
conciencia de que está celebrando la llegada de una guerra?
-Es muy difícil decirlo, porque uno ve
toda la propaganda; y aquí quisiera señalar dos cosas: por un lado, cuando el conflicto
con Chile, hubo mucha movilización por la paz; de las iglesias, de los sectores
políticos, de las organizaciones. Pero en este momento nadie está hablando de la paz, se
está hablando mucho de la guerra, del deseo de ir a combatir ¿para demostrar qué? Yo
creo que los objetivos de la paz nunca deben ser abandonados, la paz no es una hermosa
palabra, a la paz hay que conquistarla, y hay que ganarla todos los días, no es gratuita.
Pero hay que ganarla a través de la verdad, de la justicia, y del derecho de un pueblo.
Entonces no podemos dejamos agitar en aras de una reivindicación, cuando también hay que
ganar la paz interior de un país, y hay que ganarla en todos los órdenes, en la
situación sindical y política en los graves problemas de desocupación, en el desarrollo
del país, en la educación, en la salud, en la vivienda, en el derecho que el pueblo
tiene de peticionar; porque nos encontramos en un país que no está viviendo ya, no tiene
paz. Estamos en un país que está viviendo hace mucho tiempo un conflicto interno grave,
con el problema de los desaparecidos, con las privaciones de los derechos humanos, con un
estado de sitio, la falta de derecho a informar. Entonces todo eso hace a lo que es la
soberanía nacional. Cuando uno ve que a una persona como Silenzi de Stagni se le amenaza
porque está denunciando negociados y tiene que irse del país, quiere decir que aquí no
hay una paz. Creo que es todo un proceso que esta viviendo el país, y que a esto se suma
ahora el problema de las Malvinas. Por eso no debemos encandilamos con las grandes
proclamas ni declaraciones, sino ver las cosas con serenidad y con un sentido critico. Una
cosa es el apoyo a las Malvinas, y otra un apoyo a un gobierno, que es un gobierno de
facto.
-¿Es posible que se apoye un
orden militar porque ofrece seguridad, tranquilidad?
-Puede haber un orden regimentado pero
será a través del miedo, pero no a través de un proceso democrático, participativo del
pueblo. Se puede mantener un orden a través del terror, de los mecanismos de represión.
La democracia existe cuando es participativa, cuando hay una participación del pueblo en
todas las decisiones. Yo pienso que es también un error, a nivel internacional,pensar que
todos los argentinos somos fascistas,no es cierto, es una visión muy infantil o muy
distorsionada. Pero no se puede confundir un gobierno con el pueblo. Son dos cosas
totalmente distintas.
-¿No tendrá que
ver esta acción con la tendencia a que en otros países crezcan los gobiernos militares,
que parecen mas fáciles de controlar por las naciones imperialistas?
-Allí en los Estados Unidos siempre he
cuestionado que se dicen líderes de la democracia pero no apoyan los procesos
democráticos, sino los de dictaduras como los regímenes militares. Hay una canción que
en los Estados Unidos cantan los niños, que dice "libertad y justicia para
todos", y yo en mis viajes a los Estados Unidos, les pregunto quiénes son esos
"todos", si nosotros también. Entonces no podemos entrar en el juego de pensar
que los regímenes militares aseguran la permanencia de los intereses de las
multinacionales, o de los Estados Unidos, en el caso de Latinoamérica concretamente, sino
que tenemos que buscar nuevas alternativas sociales. También se presenta mucho la idea de
la seguridad nacional y, en la dictadura militar, el querer polarizar "o estamos con
Estados Unidos o estamos con la Unión Soviética'' .Y los pueblos de América Latina
decimos que no estamos ni con uno ni con otro. Lo que tenemos que buscar es nuestra propia
identidad. En la relación Norte-Sur, los países ricos en relación a los países pobres,
también venimos trabajando desde hace muchos años; haciéndoles comprender a los países
industrializados de la creciente venta de armas de éstos a los países del Tercer Mundo,
y en este caso se produce un bumerang; que las mismas armas que venden se les pueden poner
en contra. Es el caso de que la flota de mar argentina, que tiene barcos británicos.
Muchos países europeos me dicen "nosotros vendemos armas porque es una necesidad
para la seguridad y para la cuestión interna, es decir, para cubrir el desempleo; si no
vendemos armas se las van a vender otros". Esta es la justificación de toda una
carrera armamentista en el mundo. Por eso es unos viviendo en un mundo que se sostiene, no
por la paz sino por el equilibrio del terror. Es una situación muy frágil; vemos cómo
la paz del mundo se pone en juego, y que los conflictos son cada vez mayores; por eso la
relación Norte-Sur debería cambiarse fundamentalmente, en el orden económico, en los
procesos democráticos y en un nuevo orden internacional. Entonces es aquí donde tenemos
que ir profundizando las cosas. Los conflictos no surgen porque sí, cuando uno ve la
situación argentina ¿durante cuánto tiempo se estuvo negociando con la Gran Bretaña?.
Las Naciones Unidas piden la descolonización, a través de la 1514 donde el Consejo de
las Naciones Unidas recomienda la descolonización de los remanentes coloniales en el
continente, y el inicio de las negociaciones de la Argentina con la Gran Bretaña. Han
transcurrido quince años y vemos que eso no ha dado ningún resultado, por eso
cuestionamos si realmente han estado agotadas todas las instancias diplomáticas o no.
Cosa que nunca vamos a saber. |

-¿Pero si no ha
pasado nada en quince años... ?
-Sí, pero entonces el recurso de las
armas para la solución de un conflicto es cosa del siglo pasado. La cosa es muy grave,
muy seria.
-¿Se tuvieron en cuenta todas
estas cosas?
-Eso no lo vamos a saber, una porque los
pueblos somos espectadores, no actores; nosotros no tenemos un Parlamento, no hubo
información al pueblo; son los grandes interrogantes, podemos hacer muchos análisis,
pero estamos frente a una situación.
-¿Si hubiera habido Parlamento,
se hubiera optado por la guerra?
-Pienso que no. Se hubiera optado por
otro modo de presiones, a nivel internacional, para una definición de la soberanía
argentina en las Malvinas. Pero yo dudo que se hubiese llegado a esta situación.
-¿En este momento en la
Argentina, vos crees que hay lugar para el pacifismo?
-A mí no me gusta hablar mucho de
pacifismo, cuando se lo menciona, muchas veces se confunde. Por ejemplo hubo un movimiento
pacifista contra la guerra de Vietnam pero fue contra esa guerra; no han cuestionado las
mismas estructuras de justicia, nosotros cuestionamos las estructuras de injusticia, por
eso nosotros somos un movimiento cristiano, que busca la paz; nosotros sobre todo buscamos
un cambio en las estructuras de justicia, porque no podemos quedamos en los efectos sino
atacar las causas que generan esas injusticias. Lo que buscamos es un nuevo orden social,
y esto se realiza en América Latina como en muchas otras partes del mundo, todo un
proceso de trabajo a través de las comunidades de base que son los movimientos juveniles,
el trabajo del indígena, del campesinado, del obrero; cuales son las alternativas de esa
nueva sociedad. Queremos construir otro tipo de sociedad pero a partir de la búsqueda de
la identidad de los pueblos. Y ese trabajo nosotros lo estamos realizando en América
Latina, como se está realizando en Medio Oriente, en África, en Asia, y que día a día
está cobrando fuerzas. Queremos un proceso democrático ¿pero qué democracia? Nosotros
somos más bien un movimiento de liberación por medios no violentos, así como hubo una
propuesta Gandhiana, o la de Luther King, o el trabajo que realiza Helder Cámara. Una
conciencia de las bases populares, una conciencia crítica. Nosotros sólo somos
cristianos que estamos trabajando en un proceso de liberación de los pueblos Muchas veces
se nos ataca de "comunistas", pero nosotros no estamos de acuerdo con el
régimen comunista de "subversivos". Cuando yo estuve en la reunión de obispos
en Río Bamba, que fuimos todos presos, también se nos acusó de subversivos. Cuando se
nos preguntó si teníamos documentos subversivos un obispo dijo, lo más subversivo que
tenemos es el Evangelio. Cuando uno ve la vida de Jesús y los Apóstoles también eran
"subversivos" en su época. ¿Ahora qué significa subversivo? Las palabras no
son porque sí, las palabras tienen un significado muy profundo, subversivo significa
subvertir; cambiar una situación, como cuando se dice revolucionario que quiere decir dar
vuelta, y pienso que todo proceso que lleve a un cambio de las estructuras de la
injusticia, porque vivimos en un sistema de injusticia, debe ser revolucionario. El
Evangelio es liberador, no es para conformistas, porque entonces justificaría lo que dice
Marx que la religión es el opio de los pueblos, y la religión en su verdadero contenido
es religar, reunir; de ahí viene la palabra religión. Entonces viene con un sentido
mucho más profundo,es un cambio de todas las situaciones de injusticia. Porque para mí
la paz no es una hermosa palabra sino que debe ser el fruto de la verdad y de la justicia.
-¿Esto responde a una de las
líneas de la Iglesia?
-Cuando uno ve las experiencias de la
Iglesia en Brasil, que está en esta dimensión de evangelización liberadora, es una
respuesta concreta a la vida de dos pueblos, muchas veces se dice que la Iglesia o algunos
religiosos, hacen política, bueno, ¿pero qué es política? Lo que pasa es que la
palabra se ha utilizado de tal manera, que por su uso y abuso se ha de valuado, como ha
sucedido con el dinero, y los argentinos sabemos de devaluación. La raíz política
significa la búsqueda del bien común en una sociedad. La otra es la política
partidista, el término lo dice: es una cosa partida. Dentro de un proceso pluralista y
democrático, la acción de los partidos políticos es buena, pero todo partido político
que tiene una ideología no debe anteponer sus intereses a lo que es la verdadera
dimensión política, en la búsqueda del bien común. Si un partido político no lo
busca, entonces está desvirtuando el verdadero sentido de la política, y entonces hace
"politiquería".
-¿La Iglesia es un partido
político mundial?
-No es un partido político, pero la
iglesia tiene una acción social, y esa acción social tiene connotaciones políticas,
como por ejemplo la Iglesia del Chile está trabajando en la cuestión de los derechos
humanos. Se la acusa de hacer política pero va en busca del bien común de una sociedad,
es la política con mayúscula..
-También hace política
monseñor Bonamín, pero a él no se le acusa de hacer política. ¿Por qué dentro de la
Iglesia hay dos tendencias tan distintas?
-La Iglesia es una, pero dentro de la
misma hay dos distintas vertientes y dentro de estas vertientes hay también opciones, hay
carismas. Nosotros estamos más comprometidos con una corriente eclesial, que surge del
Vaticano II, de Medellín, como también de Puebla. Cuando uno analiza el documento de
Puebla, que ha sido el último,de los obispos, la posición tan crítica sobre la
situación latinoamericana, cuando uno ve muchas actitudes del Papa, no se puede acusar de
hacer política. Así que eso depende mucho de los manejos que se realicen. Nosotros
estamos comprometidos en un proceso con los pobres, es nuestra opción, con la gente más
marginada y tratamos de que se vaya armando una conciencia también en los jóvenes para
una participación activa. Una de las cosas que siempre me preocupó, que yo habiendo sido
(tengo 25 años de docente) profesor en todos los niveles, desde la universidad a la
secundaria, en institutos del profesorado, en la escuela primaria, uno ve qué pasa con la
juventud, la serie de frustraciones que tiene la juventud, porque a la juventud siempre se
la tuvo marginada. Como que la juventud va a actuar más adelante, pero la juventud debe
tener una participación activa, en todo el proceso porque es el crisol donde se puede ir
forjando una respuesta a la sociedad y sin embargo a la juventud no se les dan esas
posibilidades. Al contrario se les da una serie de frustraciones permanentes. Cuando se
nos habla de la situación de los pueblos indígenas, en América Latina y en la
Argentina, se los presenta como salvajes, pero ¿se ha respetado alguna vez el derecho de
nuestros pueblos naturales? ¿Se le está enseñando a la juventud cuáles han sido las
raíces históricas de nuestros pueblos? Y se le ha enseñado también lo que han sufrido
de barbarie, de represión y de masacre esos pueblos?.
Yo me pregunto qué respuesta se le ha dado a la juventud y cuál será el camino de esa
juventud si en lugar de formar hombres y mujeres libres, se están formando hombres y
mujeres condicionados a una sociedad de consumo. Por eso son tan importantes esos
movimientos musicales de jóvenes, por ejemplo de música rock, una expresión vital donde
los jóvenes van encontrando alternativas, o posibilidades participativas.
-Pero se los reprime....
-¿Y por qué se los reprime? Porque le
tienen miedo a la expresión del pueblo y los jóvenes son parte: del pueblo. Entonces, es
ahí donde los jóvenes van canalizando su inquietud, pero esa inquietud de los jóvenes
debe estar dirigida, para que no vaya en un sentido distorsionado, sino que los ayude en
su proceso de liberación.
-Se cree que consumen drogas....
-Yo creo que hay mucho de falso en todo
eso, se los reprime porque no quieren ver una juventud libre, y entonces se los acusa,
como se nos acusa a nosotros por otros motivos. Los jóvenes lo que quieren son canales
participativos, que no se les dan, entonces a causa de tantas frustraciones los jóvenes
pueden desembocar en cualquier otra cosa. Cuando uno ve el manejo de los medios de
comunicación social, por ejemplo la televisión (yo a veces la veo para hacer un
análisis de sus programas), nos encontramos con toda clase de violencias, con falta de un
nivel cultural, con cosas para los jóvenes que son totalmente alienantes, y al joven se
lo trata someter a una sociedad de consumo, pero no se le da ninguna respuesta. Esa es
nuestra responsabilidad, la de los adultos, que no tenemos el coraje de decirle a la
juventud que luchen para ser hombres y mujeres libres. Por eso a todos los movimientos de
participación juvenil, hay que apoyarlos..
-Ahora el mensaje es ser soldado
para defender la patria.
-Sí, y uno tiene que decir: no, aquí
lo que hay que formar son hombres y mujeres libres. Yo, como padre de familia, no quiero
que mis hijos vivan en esas condiciones. No me perdonaría no haber hecho .algo para que
mis hijos sean hombres libres. No hay hombre o mujer que realmente lo sea si, lo que les
falta es la libertad.
-Estados Unidos también es una
sociedad de consumo donde todo esto está como exagerado. Y al mismo tiempo hay libertad.
-Relativamente, yo he viajado a los
Estados Unidos y me encuentro con serios problemas, como por ejemplo la marginación del
medio, lo de Luther King, la marginalidad de los latinoamericanos. Es una sociedad
sometida en un consumismo, y veo en esta sociedad toda una situación de conflicto, porque
he notado una gran violencia en ese país, y por ejemplo frente a la posición actual del
gobierno de Reagan, (bueno hay mucho cuestionamiento dentro de la sociedad
estadounidense), la cosa no es tan fácil, se habla de democracia pero ¿hasta dónde?
¿Cuáles son los límites de esa democracia? Yo creo que no existe tal democracia, que se
vive mucho en los parámetros de una democracia, pero que realmente no se llega a eso. Yo
veo eso más claro en algunos países europeos: un proceso democrático. El caso de
Suecia, de Noruega, donde existe otro tipo de sociedad, que también tiene sus problemas.
No hay sociedad que no los tenga. No es una sociedad perfecta pero están las
posibilidades participativas, cosa que no veo tanto en los Estados Unidos. Francamente, yo
no quisiera tomarla sociedad norteamericana como modelo para los pueblos latinoamericanos.
-¿ Y cuál sería tu modelo?
-El modelo lo vemos a través de
experiencias, por ejemplo la comunidad de base, donde haya un germen de nueva sociedad,
participativa, donde hay una preocupación, sobre lo que está ocurriendo en el barrio, o
en el medio social, donde hay una ayuda mutua. Cuando vemos estas macro-sociedades, yo
siempre digo, que ahí es donde hay más solitarios, entre las multitudes, porque no hay
fraternidad entre esos grupos sociales. Y a través de las comunidades de base la
experiencia que hay (tanto urbanas como rurales), es que se comienza a desarrollar otro
tipo de sociedad, y eso es una experiencia que se está viviendo en muchos países
latinoamericanos. Si nosotros queremos cambiar una sociedad, debemos ver también cuál es
el rol de los ejércitos; por ejemplo, hay países donde prácticamente no hay ejércitos
como los nuestros, donde los ejércitos, o son de profesionales o todo el pueblo es un
ejército, o como el caso de Suiza, que no tiene un ejército estable salvo un mínimo de
profesionales, pero después todo ciudadano tiene una preparación militar para el caso de
agresión externa. Entonces habría que revisar todos los contenidos de los ejércitos
porque se han constituido en una casta, que está incluso por sobre los gobiernos, y se
vuelven centros de poder tan grandes que por ejemplo en América Latina, los ejércitos
monopolizan todos los poderes, no sólo los poderes que rigen toda nación, también el
poder económico. Hay una centralización muy grande del poder en manos de las fuerzas
armadas, donde los pueblos no tenemos ninguna participación y llegado el momento debemos
sufrir la consecuencia de la represión. Esta es la ideología. de la seguridad nacional.
Lo planteo claramente. ¿Ahora a qué intereses responden esos ejércitos? ¿A los
intereses del pueblo, o a sus propios intereses o a intereses extranacionales? Esto no es
casual, estos centros de poder, este monopolio de todo el poder tiene que responder a
determinados intereses que no son los del pueblo. La CEPAL, el Consejo Económico
Latinoamericano, señala claramente que los países latinoamericanos tienen el 40%
actualmente de miseria y el 20% de indigencia total. Si el proceso latinoamericano sigue
así, el año 2000 nos va a encontrar en una situación mucho más grave que la actual. En
otras palabras lo dice el Papa Juan Pablo II, en Puebla, que ve con preocupación en
América Latina la diferencia: ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez más
pobres. Entonces ¿por qué un país como la Argentina, que es potencialmente rico, está
tan empobrecido? Tenemos una población de 27.000.000 de habitantes. Es un país
prácticamente vacío.
-¿Quién se queda con la plata?
-¿Quién se queda y por qué?. El
pueblo no puede participar, el pueblo no tiene oportunidades para el desarrollo.
-¿La manera de trabajo tiene
que ver con el cristianismo en su base?
-En Brasil se calcula que hay unas
100.000 comunidades de base, esa fuerza no la tiene ningún partido político, son
comunidades que van creciendo en toda su dimensión, tanto en lo personal como en lo
social.
-¿Cómo se manifiesta la
represión en el pueblo?
-Ese han sido uno de los grandes
problemas del continente, puedo dar algunos ejemplos; en Jujuy, en Paraguay, y en una
serie de comunidades cristianas que tenían un desarrollo agrario, centro de reflexión,
de fe y también de trabajo, de ayuda mutua y de solidaridad, las comunidades fueron
reprimidas violentamente, por el ejército paraguayo, acusándolos también de
subversivos, etc. Esas comunidades lo que habían logrado era su autoabastecimiento, sus
propias escuelas con enseñanza bilingüe (guaraní y castellano); había salido de allí
gente ya capacitada como para formar otras comunidades donde el trabajo era un trabajo
colectivo de las tierras, únicamente se abastecían de aquellas cosas que ellos no
podían producir y esta ayuda mutua superaba una serie de problemas de miseria, de
explotación. Ellos mismos eran dueños y partícipes de todo el trabajo comunitario.
-¿En qué molestaban
concretamente al poder?
-Pienso que en el mismo proceso de
autoabastecimiento. Cortaba una serie de intereses, eliminaba al intermediario, la
producción iba directamente del productor al consumidor, entonces las relaciones
comerciales, también sufrían una modificación, y lógicamente eso no les interesaba,
todas las otras cosas: el trabajo de cooperativas de vivienda, el trabajo cultural, el
trabajo social. Eso lógicamente les molesta a los regímenes represivos, porque es toda
una nueva dimensión de la conciencia de los pueblos. ¿Por qué se nos combate a
nosotros? ¿Porque nosotros defendemos los derechos humanos o porque le molesta al
régimen que el pueblo tome conciencia política? Y que el pueblo comience a exigir los
derechos que le pertenecen. |