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Después de
mucho tiempo, el coliseo de cemento volvió a llenarse de rock, del canto y el baile de
una multitud que, como pocas veces, celebró una fiesta de música y auténtica alegría.
El portentoso adiós a Sui Generis quedará grabado por largo tiempo en los oidos y las
retinas de todos los que asistieron al Luna Park. Por eso resulta dificil analizar lo que
aconteció musicalmente porque este espectáculo fue mucho más que eso.
Y en semejante circunstancia, tampoco el conjunto permaneció ajeno a tanto festejo sino
que fueron sus principales promotores. Ateniéndose a pautas técnicas frías, este no fue
el mejor recital de Sui Generis, hubo algunos desfasajes, y cierta desaprensión en el
manejo de las voces. Justificado, en la medida que el grupo ganó en fuerza y
espontaneidad.
A lo largo de cinco horas, en dos funciones, el conjunto recorrió una selección de temas
de sus tres álbumes, y del próximo a editarse, "Ha sido". Las canciones -tres
de cada álbum- fueron seleccionadas con hábil criterio. Aunque no son las mejores, sin
duda son las más representativas de las diversas etapas de SG. Desde el aún tímido, en
ese momento, dúo de "Vida" hasta el ensamblado cuarteto de
"Instituciones". Los temas de "Ha sido" seguramente tendrán el mismo
recibimiento masivo como los anteriores. El nuevo álbum tiene aún más desarrollo
instrumental, dejando de lado la temática conceptual.

La mayoría
de lo escuchado, aún lo más viejo, sufrió el paso del tiempo y los cambios. Casi todas
las canciones han sido llevadas hacia la nueva y última etapa de SG. Los ataques están
orquestados con el sintetizador de cuerdas, y el bajo y la batería subrayan las palabras
creando climas grotescos.
La única canción que se ha mantenido intacta al tiempo es "Canción para mi
muerte". Un verdadero regalo para el público después de que SG no la tocara durante
un año y medio. Resultó impresionante escuchar cantar a todo el público hasta tapar
virtualmente a los músicos.
Sin lugar a dudas este es uno de los méritos más importantes del recital, hacer
participar a un público que generalmente es frío y exageradamente crítico.
El sonido general fue correcto, dentro de las posibilidades técnicas bastante difíciles
del estadio. La iluminación fue excelente, acorde a la magnitud del evento, con un buen
criterio para la selección de los colores en los distintos pasajes musicales. Este fue
uno de los elementos preponderantes del espectáculo, sin duda la primera vez que un grupo
argentino fue iluminado de acuerdo al nivel del concierto.
Después de esto es evidente que a Sui Generis hay que analizarlo como un fenómeno pocas
veces visto en la música popular argetnina. El lleno total en ambas funciones superó
todas las predicciones, aún las de los organizadores. Al margen de esto, y para
sintetizar, Sui Generis realizó una buena actuación y sobre todo sus cuatro integrantes
demostraron sus habilidades musicales, y gran histrionismo para manejar al público.

"Las 36.000 personas para despedir a Sui
Generis demostraron claramente lo que significa el rock en la Argentina. Desde esa
óptica, las cosas cambiarán."
el tiempo demostró que ya no importa "lo que significa el rock",
ni los motivos para juntarse: casualidades, dinero, nostalgia, alimento para fanáticos...
¿a quién parece importarle la "óptica" de otra época? si el
"movimiento" que menciona Pelo, ya no existe y las "cosas" aunque
fueron demostradas ampliamente, no cambiaron.
¿FINAL? |
El Batero

Juan
Estaba en el movimiento desde... bueno, mucho antes de existir el dúo.
¿Esas "A" voladas en la foto?...hmmm, conocidas ¿no?
El bajista

Rinaldo
con el tiempo terminó poco menos que a las trompadas con Charlie, ni lo invitaron
para la vuelta comercial del 2000

"Nito cantó acertadamente, apareciendo y
desapareciendo del escenario casi como una visión."

"Charlie García cantó, tocó los teclados, bailó y hasta improvisó un tema
cuando se olvidó la letra."
julio 1975
Revista Pelo

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