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Ese disco
posiblemente representa un paso hacia la consolidación de la línea cancionística que
caracteriza al dúo desde sus comienzos. Al mismo tiempo, a partir de este álbum y
durante el año que se inicia, las perspectivas de uno de las integrantes se ampliará:
Alejandro de Michele tiene el proyecto de presentar una obra con una concepción distinta
de la que realiza Pastoral.
Sin pretensiones mesiánicas, con la simple intención de entregar una música desprovista
de alardes técnicos virtusísticos, Pastoral afianza su propuesta de canciones llanas,
asentadas sobre las melodías sencillas antes que sobre el ritmo arrasador o la
superelaboración.
La fácil comprensibilidad de sus canciones, letrísticamente cotidianas, ha hecho del
dúo un fenómeno de permanencia, desde que, hace seis años, se subieron a un escenario
para cantar temas accesibles. Hoy, con su cuarto álbum en la calle, Pastoral tiene la
posibilidad de intentar, por separado, experiencias diferentes desde el punto de vista
musical, y esto es lo que pretende Alejandro De Michele (¿con miras a una separación?).
Los avances del dúo, las perspectivas como solista de De Michele, y sus necesidades
musicales fueron expuestas por los dos integrantes de Pastoral.
¿Cuál es la
trascendencia que le dan a este último álbum en la carrera de Pastoral?
Alejandro De Michele:
Significa el cuarto paso de Pastoral. Venimos de trabajar en "Humanos" con
arreglos orquestales; en cambio "Atrapados en el cielo" está elaborado sobre la
base de una idea grupal. Esa es la diferencia fundamental entre el tercer long play y el
último. Nuestra idea es desembocar en algo más compacto, sin perder el estilo que
tenemos queremos lograr un sonido más pesado en el sentido de que las canciones se
adapten lisa y llanamente a la instrumentación de un grupo, más que a un dúo. Lo
estamos haciendo paulatinamente como para no correr demasiado rápido y que la gente no lo
entienda; no podemos dar vuelta la página para, de un día para otro, hacer una música
totalmente diferente.
Miguel Angel Erausquin:
Queremos hacer la música en función de un grupo, no sobre la base de arreglos
discográficos que después, en vivo, no se pueden lograr. En este álbum, "Atrapados
en el cielo", salvo las gaitas que hoy descubrí cómo se pueden hacer en vivo no hay
otros sonidos que no puedan ser reproducidos en escena.
¿En qué se superaron y
qué les resta todavía por superar?
A.D.M.: Siempre
que se termina un long play, uno entra en la sala de grabación con una idea con la que,
cuando lo terminás, y si estás creciendo, nunca estás conforme. En el caso de este
disco estamos muy conformes desde el punto de vista del sonido, de la composición, de
algunos arreglos, pero indudablemente, después de escucharlo, vemos que lo más lindo que
vamos a grabar va a ser pasado mañana o dentro de cuatro álbumes más. Este álbum nos
parece superimportante, por la sencilla razón de que la primera vez que Pelo criticó un
álbum de Pastoral fue hace muchos años atrás, y desde ese álbum a éste, desde la tapa
hasta los temas, el sonido y todo lo que hace a un long play, hay un avance gigantesco. De
todos modos, nosotros nos damos cuenta de que queremos hacer otra música. Ayer le decía
a Miguel que no quería tocar más los temas de este long play; eso marca pautas
fundamentales: indica que estamos creciendo. Tampoco la meta es convertirnos en los
maníacos de la corchea, como para hacer música superextraña, como para demostrar que
somos capaces de unir catorce tonos disonantes, y canto desafinado para decir que hago la
música del futuro, cósmica. Nuestra onda no es ésa; tendemos a crecer desde el punto de
vista musical, pero no queremos empezar a correr antes de empezar a gatear.
M.A.E.: Además,
para hacer eso tenés que tener vivencias que sean diferentes. Además de estudiar,
practicamos para incluir más decisivamente la guitarra eléctrica, con todos los cambios
que eso implica. Lamentablemente -y digo esto porque en realidad sería bueno que te
sucediera una cosa así de entrada-, empezás a conocer la onda que tiran dos guitarras,
una acústica y una eléctrica, después de tocar siete años con un tipo, con el que
grabás y discutís cosas. Ahora la guitarra eléctrica no es utilizada para convertir a
Pastoral en un grupo de rock pesado, sino como instrumento que te aporta un montón de
cosas. En cuanto a la superación, quiero superarme yo estudiando y tocando en lo sucesivo
guitarra eléctrica, y lo voy a hacer porque es un aporte en distintos niveles: arreglos,
composición... cambia el color de las cosas. Con los temas de este álbum que la tienen y
en los que vamos a hacer más adelante, la guitarra eléctrica la voy a tocar yo; para eso
me compré una Gibson 335.
A.D.M.: En
cuanto a mi superación, a mí siempre me copó escribir musicalmente, y pienso que en ese
sentido puedo superarme -en esto estoy con Miguel- estudiando; a pesar de que creo que los
más grandes músicos tienen dentro de ellos un estigma muy especial, que lo amplían por
medio del estudio. A mí me pasa que, en algunas cosas, me veo limitado desde el punto de
vista manual para tocar un instrumento; muchas veces compongo con la cabeza o con la
garganta. Pienso que la superación es un problema individual, no de estar dentro o fuera
de Pastoral. El hecho de que en determinado momento -que ya lo charlé con Miguel- quiera
hacer una obra integral u otro tipo de cosas, es más coherente que lo haga fuera de
Pastoral, porque es algo distinto. Es una necesidad imperiosa de grabar algo así, aunque
cuando termine de hacerla la guarde en un cajón de mi casa. Estoy abriéndome la cabeza
con armonías que hasta ahora no utilicé y no quiero usar para hacer un temita.
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¿Cómo pensás llevar a
la práctica, ese proyecto?
A.D.M.: En
principio, es una obra integral, todavía no sé si será una obra hilada, con temas que.
empiecen y terminen. Ya tiene nombre, se llama "Federico siete vidas", tiene un
argumento y supuestamente tendrá siete movimientos. Se trata de un gato qué viene de
fuera de nuestro mundo, de un país especial de otra galaxia, del país de los colores. El
gato llega a la Tierra y conoce a una persona y empieza a vivir sus siete vidas a través
de esa persona. Vive con todas las cosas, le pasan las mismas cosas que a todo el mundo y,
en determinado momento muere, mientras esa persona queda en la Tierra y Federico vuelve a
su país de origen. Esa es un poco la síntesis; quizá no está totalmente claro, porque
todavía no está definida en su totalidad. Todavía no lo hablé con Miguel: no sé si el
próximo álbum de Pastoral va a ser un solo disco o dos, siendo uno mi álbum solista
dentro de ese álbum del dúo, o la obra con Miguel como Pastoral. Me coparía mucho
trabajar con él porque, ante la posibilidad de trabajar con otra gente, prefiero hacerlo
con Miguel, porque lo conozco hace mucho tiempo y todo es más fácil. Los dos estamos
viviendo das etapas completamente distintas; Miguel viene muy fresco, muy tranquilo, y lo
refleja en las cosas que compuso. De pronto, mi obra integral no es tan así, es no
complicada, sino más melancólica en partes.
¿Por qué componés esa
obra?
A D.M.: Siempre
tuve ganas de poder cantar, no para demostrar que puedo cantar muy bien, sino para
utilizar otras armonías que me permitan usar la voz con otro enfoque, y no obligado a lo
que es Pastoral; aunque obligado por mí mismo. Tengo la necesidad de sacar una cantidad
de cosas de adentro mío, y poder cantarlo con un grupo; sin preocuparme porque haya un
comienzo y un final definitivo, como en una canción. La polenta de Pastoral no tiene nada
que ver con la obra, Pastoral es una realidad para nosotros dos; en cambio con respecto a
la obra, sólo yo sé que está. Estoy en la etapa de encontrar los músicos con los
cuales voy a tocar. En cuanto a planes futuros, lo primero que se va a hacer es el recital
de presentación de "Atrapados en el cielo", y puede ser en el Opera, Gran Rex o
Coliseo. No queremos estadios de mucha gente, donde se va a perder todo; queremos hacer
una cosa compacta. Ya estamos ensayando con lo que va a ser nuestro nuevo grupo de apoyo:
Ronán Bar en bajo, Ricardo Harbeo en teclados y Moro en batería. Para la obra todavía
no sé con exactitud quienes me van a acompañar; por lo pronto sé que en la batería va
a estar Moro, en bajo estaría Ronán y quizá Pedro Aznar, y también me ayudará Miguel.
La obra se presentaría en junio.
¿La actividad solista de
Alejandro puede resquebrajar a Pastoral?
M.A.E.: No creo.
Una vez dijimos que íbamos a hacer un long play cada uno; Alejandro tiene necesidad de
hacer la obra; por mi lado, hago otras cosas que no tengo necesidad de que se concreten,
en un disco de manera inmediata. Quizás el año que viene o antes de fin de año haga un
long play.
A.D.M.: No hay
un problema de egocentrismo, nunca estuve preocupado porque mis manos superen mi cabeza.
No me preocupo por ser un superinstrumentista, sí me preocupo por estudiar armonía y
composición, para abrirme la cabeza y pisar firme en la senda que quiero.
M.A.E.: Lo
principal de todo ya no es un problema musical sino social. Hace seis años que estamos
tocando y llegás a un punto en que hay presiones por superar; presiones a nivel
individual, las que tenemos juntos, más las externas que son las primordiales:
periodísticas, de grabadoras, de mil cosas. Por esas presiones, que son muy fuertes, en
la Argentina no hubo un grupo que durara más de tres o cuatro años. Con esto no quiero
decir que los que se separan son estúpidos.
A.D.M.: En
definitiva, la crítica constructiva o destructiva es importante. Supongo que si a la
destructiva la encarás desde el vamos como tal es idiota, y no le sirve a nadie; ni a vos
ni al tipo que es criticado. |