Durante el mes de marzo egresó de una de las agrupaciones
más antiguas del rock argentino un músico cuya trayectoria
ofrece características importantes. A partir de sus
comienzos musicales, alrededor de 1963, Baraj intervino en
numerosos grupos de jazz y colaboró con importantes músicos:
Rodolfo Alchourrón, Edelmiro Molinarí, Nacho Smilari. Ante
esos antecedentes, la futura actividad del ex Alma y Vida
promete ser productiva.
La desvinculación de Bernardo
Baraj de Alma y Vida, después de siete años de permanencia
en dicha agrupación, llamó la atención de quienes siguen las
alternativas y los pasos del rock nacional. Al conocer el
motivo por el cual Baraj tomó la decisión de alejarse, del
grupo —formar uno propio—, resultó inevitable relacionar esa
actitud con la emprendida por Gustavo Moretto, hace tiempo
atrás. La similitud de las inquietudes de los dos
vientistas de Alma y Vida, desarrolladas a distinto término,
hace suponer que el grupo donde se encontraban, les ha
servido de catapulta para emprender nuevas búsquedas. La
actual expectativa está centrada, entonces, en la actividad
de Bernardo-Baraj; a través de este reportaje, el ex
saxofonista de Alma y Vida revela sus inquietudes y
pormenores de la temática que emprenderá. -¿Cuál fue el
motivo que te indujo a tomar la determinación de alejarte de
Alma y Vida? -Fundamentalmente, mis ganas de hacer un
nuevo grupo. Después de haber permanecido durante siete años
en la agrupación, llegué a la conclusión que debía
experimentar cosas nuevas; además, creo que es un proceso
natural, las cosas después de mucho tiempo de permanencia se
desgastan. No obstante, considero que el nivel musical de
los integrantes de Alma y Vida es muy bueno, pero llegué a
la conclusión que había cumplido un ciclo y que tenia que
buscar otra cosa. Muchas veces, por más que los músicos
sean óptimos, después de tocar mucho tiempo juntos se pierde
la capacidad de asombro y decae el producto musical. -¿Te
sentís conforme con la temática que implementaba el grupo,
mientras estabas vos? -Me sentía conforme en la medida
que el grupo nos permitía tocar la música que queríamos
desarrollar, y como Alma y Vida tiene una trascendencia
relativamente masiva podíamos tocar en muchísimos lugares, y
eso con un grupo de otras características no lo hubiésemos
logrado. Estoy seguro que, mediante Alma y Vida, pudimos
entregar aportes creativos; pienso que uno de los mejores
intentos fueron los recitales que dimos con "Las cuatro
estaciones". En mi opinión, tratando de ser lo más objetivo
posible, fue un intento súper sano y, además, importante
desde el punto de vista musical. -¿Tenías la posibilidad
de desarrollar tus intenciones creativas dentro del grupo?
-Las podía desarrollar en la medida que tuviésemos ganas de
hacerlo; ocurrió que la cosa estaba un poco adormecida. Hace
aproximadamente dos años, nosotros hicimos "Las cuatro
estaciones", que fue lo último verdaderamente importante; y
pudo concretarse por que se dieron las condiciones, y porque
tuvimos ganas. Con este tipo de cosas uno no puede decir voy
a hacer algo determinado, sino que tiene que tener paciencia
para que se creen las condiciones necesarias, y todo se dé
naturalmente. -Vos comentás que "Las cuatro estaciones"
fue lo último importante que hizo Alma y Vida;
coincidentemente, fue el último aporte de Gustavo Moretto.
¿En qué medida el grupo sintió su alejamiento? -Alma y
Vida se resintió en la medida que Gustavo Moretto es un
elemento musicalmente muy importante para cualquier grupo,
porque es una persona con muchos conocimientos, dúctil.
Cuando Gustavo se fue incorporamos a otro trompetista, pero,
evidentemente, la diferencia se notaba, existía una
carencia. Aunque eso no fue lo definitivo, lo definitivo es
que el grupo cumplió su ciclo, por lo menos en lo que a mí
respecta. -¿Cómo determinas que un ciclo está cumplido?
-Eso depende mucho de las circunstancias y del temperamento
de cada uno, y de las actitudes que tome la persona frente a
lo que está sucediendo. Yo podía haber tomado la
determinación de irme, hace dos años; si no lo hice fue por
dos cosas, o porque me faltó decisión, o porque creía que
Alma y Vida seguía funcionando. Antes de fin de año ya
estaba convencido que debía irme del grupo, y se lo planteé
al resto del conjunto; de común acuerdo establecimos que
dejaría la agrupación después de los carnavales de este año,
y así sucedió. Posiblemente, mucha gente que veía desde
afuera a Alma y Vida pensaba que la agrupación hacía tiempo
que no funcionaba, pero eso no es cierto. Nosotros
hicimos muchas giras al interior y el público nos recibía
muy bien, y nuestra música tenía cierta trascendencia frente
a quienes nos escuchaban. -¿Qué propuesta musical
decidiste encarar, una vez que abandonaste Alma y Vida?
-Con mi nuevo grupo tengo pensado encarar una música que no
podría definirse verbalmente, creo que recién podría
definirse una vez que el grupo produzca música. Básicamente,
estoy componiendo bastante y estoy ensayando con algunos
músicos, que seguramente integrarán la nueva banda, Ricardo
Nolé (piano),. Eduardo Sanz (guitarra), José María Montero
(batería) y Santiago Fandino (bajo). -¿Cómo definirías el
lineamiento expresivo que abordará el grupo? -Me gustaría
formar un grupo que, ante todo, cuente con una personalidad
musical definida, y que aunque reciba distintas influencias,
adopte características propias y distintivas. Sucede que hay
muchos grupos que suenan muy bien pero que tienen muchos
puntos en común con conjuntos extranjeros; esto último no lo
veo censurable, ya que cada uno tiene el derecho de
expresarse como 'mejor le parece. -¿Cuáles son las
características que querés introducir dentro de al
agrupación? A mi me gustaría que el grupo suene lo más
argentino posible, aunque eso no significa que vaya a sonar
mal. . . Es muy importante que la música que se ejecute
refleje, realmente, lo que sucede aquí, y no en otra parte
del mundo. A mí me atrae mucho la vertiente tanguera, y no
descarto la posibilidad de introducir un bandoneón en la
banda. -¿No considerás que puede correr el riesgo de
convertirse en una moda efímera el hecho de "tanguizar" el
rock? -Pienso que se le dio demasiada manija al asunto,
que se trata, solamente, de una gran bola que corrió en
torno a esa cuestión, de boca en boca. Si vamos a los
hechos, caemos en la cuenta que el único grupo que instituyó
el bandoneón es Alas, que los demás conjuntos lo utilizaron
esporádicamente. Yo voy a tratar de no ser prejuicioso, y si
considero necesario introducirlo a la banda, lo haré.
-¿Cómo nace tu intención de rescatar valores musicales
propios del país? -Yo creo que se produce por decantación
de cosas, durante toda la trayectoria de un músico se
reciben cosas, y el músico las va asimilando hasta lograr
encontrar su propia identidad musical. De ese modo, yo
llegué hasta este planteamiento musical; de cualquier manera
siempre me sentí atraído por el tango, aunque con las
objeciones de rigor al temperamento tanguero en algunos
aspectos. Yo no sé si lo que siento actualmente,
musicalmente, será definitivo; de lo que estoy seguro es que
después de descartar posibilidades que, durante un tiempo,
me interesaron arribé a la propuesta que deseo encarar.
-¿Es posible fusionar tus inclinaciones jazzísticas con la
temática que estás dispuesto a encarar? -Creo que sí,
aunque es bastante difícil. Son dos lenguajes musicales
totalmente diferentes y es complicado fundirlos
adecuadamente, yo lo voy a intentar de la manera más
honesta. Es muy importante asumir las influencias que uno
recoge, pero es imprescindible plantearse, constantemente,
lo que uno está volcando sobre el instrumento, para no
perder la esencia de la música que realiza. La música tiene
que conservar el sentimiento que la gestó y expresarlo lo
más fielmente posible. Revista Pelo Nº86 mayo de 1977
Ir Arriba
|
|
Bernardo Baraj |
|
|
|
Bernardo Baraj
|
|
|
|