David Bowie
fuera del círculo loco del rock
Volver al índice
del sitio

Después de una prolongada estadía en Estados Unidos, Bowie regresó a Europa, a presentar su último álbum, "Héroes", y a buscar la calma que Los Ángeles no le permite. Tanto como sus últimas obras, la entrevista que sigue muestra un Bowie diferente, explotando otras músicas, otros sentimientos, otras caras de sí mismo.

Aunque a veces discutido y controvertido, Bowie es uno de esos músicos constantemente inquietos y ambiciosos en cuanto a los alcances de la creatividad. Y si el público argentino de rock no ha podido comprobarlo todavía os sólo porque acá se ha editado únicamente un viejo disco de DB ("Pin Ups", 1973) muy distante de las progresiones, las búsquedas y los cambios de sus últimos álbumes, especialmente los más recientes, "Low" y "Héroes", con los cuales se desliza hacia afuera del rock, por razones y necesidades que explica más adelante.
No sólo actuando y componiendo Bowie es un personaje especial; también lo es hablando. Mueve las manos como si intentara describir un indefinible dibujo abstracto a un sordomudo, o como si quisiera conjurar del aire algún engendro apenas Imaginado. Sonríe rápidamente, nerviosamente; se ríe como con pequeños ladridos suaves. Y su inglés es una mezcla de "cockney" con modulaciones teatrales y definiciones secas. Es entretenido (cuenta cada cosa como un cuento misterioso) y británicamente amable. Aun en las ocasiones en que alguien logra enojarlo se descontrola un minuto e inmediatamente pide disculpas y pasa a otro tema, ligeramente avergonzado.
Sin embargo no suele gustarle conceder entrevistas, y no lo hacía desde un largo tiempo. Pero por su silencio no pide disculpas:
"La única razón por la que decidí aceptar entrevistas —admite— es para demostrar que creo en mi álbum. Muchos tuvieron un concepto equivocado con respecto a mi actitud frente a 'Héroes' y a 'Low'. En realidad, la gente reaccionó como era de esperar, pero yo no promocioné 'Low', y algunos pensaron que yo no había puesto entusiasmo en el álbum.
"Esta vez quiero hacer todo lo que puedo para imponer el álbum. Quiero que entiendan que creo en los dos últimos álbumes más que en todo lo que hice hasta ahora. Es decir, analizo mis trabajos anteriores y, aunque reconozco que tienen cosas buenas, hay algo en ellos que no me gusta. No creo que sean álbumes realmente atractivos.
"En 'Low', por ejemplo, hay mucha más emoción y más entusiasmo. Más todavía en el nuevo álbum. Y si puedo convencer a la gente de eso, estoy dispuesto a aceptar todas las entrevistas que sean necesarias para que no haya lugar a dudas."
La opinión de Bowie es una de las tantas criticas que puede recibir un trabajo artístico, lo cual no significa que sea la única crítica valedera. Los dos últimos álbumes de David Bowie, grabados en Berlín con la colaboración de Brian Eno, se encuentran entre los más audaces y notables que haya conocido el público de rock and roll. Estos dos discos inevitablemente dieron lugar a polémicas, ya que en ellos se combinan la teoría y la técnica de la música electrónica moderna con un contenido lírico en el que Bowie hace caso omiso a las formas tradicionales de la narrativa en busca de un nuevo vocabulario musical que se adecúe al ánimo de desesperación y pesimismo que, según los presagios del mismo Bowie, caracterizará a la sociedad contemporánea.
"Durante el último tiempo que estuve en Estados Unidos me di cuenta de que lo que tenía que hacer era experimentar, encontrar nuevas formas de escribir. Es decir: desarrollar un nuevo lenguaje musical. Eso es lo que me propuse y es por eso, precisamente, que volví a Europa.
"Lo que estoy tratando de explicar con lo que acabo de decir son las circunstancias y los hechos que me llevaron a dejar mi 'exilio' en Estados Unidos y tomar la decisión, finalmente, de regresar a Europa. Lo que sentí, de pronto, fueron ganas de dejar Estados Unidos. Siempre digo que 'estuve' en Norteamérica durante más de dos años. Me niego a decir que 'viví' allí porque 'vivir' en Norteamérica es un verdadero compromiso, un compromiso que yo no estaba preparado para aceptar.
"Bien. Entonces, 'estuve' en Estados Unidos por un tiempo y después advertí que me había cansado del lugar, que me había cansado de la técnica que seguía para escribir. Quería desligarme de todo lo que suponía narrativa y personajes. Lo que quería era re-evaluar, en términos generales, todo lo que estaba haciendo. Supe, de pronto, que había agotado todo el material para trabajar en ese ámbito y que si seguía desempeñándome allí corría el riesgo de repetir mis trabajos, mis ideas. Estaba seguro de que terminaría así.
"No disfrutaba mi creación, el proceso de creación. La única creación que realmente me gustó fue 'Station To Station', porque constituía una especie de súplica, de mi parte, pará regresar a Europa. Era como una confesión, un monólogo. Pero en general todo lo que hacía era bastante deprimente. Fue una época muy especial para mí, un periodo de conflictos internos. Me enfurecía de verdad la idea de que todavía era parte del rock and roll. No sólo era parte, sino que estaba profundamente involucrado en el rock and roll. Nunca tuve esa intención, pero al estar en Los Ángeles estaba empapado de rock y de todo lo que el rock supone.
"No sé si es una característica positiva o no, pero a mí me afectan y me influyen muchísimo el ambiente y las circunstancias. Esa influencia se refleja en lo que escribo hasta el punto del absurdo. A veces recuerdo algunas cosas y me horrorizo. En resumen, me di cuenta de que el ambiente de Los Ángeles, de todo Estados Unidos, perjudicaba mi trabajo, me hacia perder inspiración. Eso era, precisamente, lo que me hacía sentir claustrofóbico y acorralado. Había adoptado una actitud hipócrita frente a todo. Vivía una lucha interna entre el materialismo y la estética. Mi propósito nunca ha sido el rock and roll, lo digo abiertamente. Soy y he sido un artista que quiere bucear un medio nuevo en el cual trabajar.
"Y el rock and roll parecía un medio muy adecuado. Pero mi comportamiento siempre fluctuaba entre la tentación de transformarme en una estrella de rock y los vínculos sentimentales que me unían al deseo de ser un artista. Navegaba en medio del circo inmundo y enloquecido del rock and roll. En realidad, no era más que un circo, en el cual yo no tendría que haber estado. No tendría que haber llegado a ser el personaje importante que fui. Me sentía frustrado. Ahora estoy tranquilo y feliz otra vez. Disfruto mi creación por primera vez después de muchos años. Lo que hago es más que crear y trabajar. Por eso digo que no me interesa la posteridad.
"Lo que ahora me interesa es que aprecien mi trabajo a un nivel más personal. Antes tenía otro tipo de ambiciones, grandes ambiciones. Soñé con ellas toda mi vida hasta que aprendí lo importante que es disfrutar, simplemente, el proceso de la creación y el proceso de la vida. Ahora me siento feliz y satisfecho.
"Mi papel como artista dentro del ámbito del rock and roll es distinto de la mayoría de los casos. Yo reúno un montón de elementos creativos en poco tiempo, y los pongo en práctica también en poco tiempo. Nunca más de dos o tres meses. Y, por lo general, mi política es que ni bien un sistema empieza a funcionar, ya perdió vigencia. Paso a otros conceptos, a otro espacio en el tiempo.
"En realidad me cuesta hablar de mi posición como artista en esto, en este juego del rock and roll. Nunca quise considerarme parte de él. Me confunde. En esos casos, me gusta estar solo y me voy. Me voy lejos, a Japón, a cualquier parte en donde pueda aclarar mis ideas. Nunca tuve como meta ser parte del rock and roll. Sin embargo, reconozco que muchas veces disfruté ese conflicto interno.
"Aunque cueste creerlo, mi participación en el rock and roll fue casi siempre inconsciente. Creo que, en realidad, me desempeñé fuera de los límites de lo que se considera rock and roll. A veces por arrogancia, otras veces por impaciencia, y otras veces porque sí, traté de seguir adelante mi propio camino.
"La creación de 'Ziggy', por ejemplo, fue producto de la arrogancia. Pero, claro, en esa época era joven y estaba lleno de vida, y 'Ziggy' fue un logro artístico muy positivo. Al menos eso era lo que a mí me parecía. Lo veía como una bellísima obra de arte.
"Después no me pude deshacer de ella durante años. Ahí fue cuando todo empezó a corromperse. Y me llevó muchísimo tiempo recuperarme. Me afectó la personalidad. No puedo decir que lamento el pasado, de ninguna manera, porque en el pasado nacieron un montón de posibilidades extraordinarias que dieron forma a mi vida. Pero había llegado a razonar de una forma sumamente absurda. Pensaba que 'Ziggy' no tenía por qué morir en el escenario, que podía muy bien llevarlo conmigo a todas partes.
"Mi comportamiento era realmente peligroso. Yo mismo dudaba de mi cordura. Debo admitir que esa experiencia me afectó de una manera muy especial y exagerada, no en lo que respecta a la parte física, sino mentalmente. Todo eso me pasó cuando estaba en Estados Unidos; por eso me alegra y me tranquiliza estar de nuevo en Europa.
" 'David Live' fue la muerte de 'Ziggy'. ¡Dios mío, qué álbum! Nunca lo interpreté. La tensión que contiene ese álbum es comparable a los dientes de un vampiro hundiéndose en la carne. Y la cara que tengo en la foto de la tapa parece la de un muerto que acaba de salir de la tumba. Bueno, en realidad me sentía así, como un muerto."
Bowie dice que el ambiente y las circunstancias afectan en gran medida su forma de escribir y su música. Tal vez se deba a su gran sentido de observación y percepción, o quizá se trata simplemente de inspiración artística. Los últimos dos álbumes, como ya se mencionó, se grabaron en Berlín, una ciudad que, como tantas otras, dejó en Bowie una marcada impresión: "Berlín es una ciudad de bares donde la gente triste y la gente desilusionada se puede emborrachar. Aproveché todo el tiempo que estuve allí para analizar la ciudad de cerca. No sé cuánto tiempo va a durar, pero pienso que avanza demasiado rápido. Esa fue, precisamente, una de las razones que me llevaron a trabajar a Berlín. La ciudad simboliza un sentimiento, una emoción que traté de capturar en mis trabajos. Me llamó mucho la atención la condición de los turcos en Berlín. Uno de los temas del nuevo álbum se llama "Neukoln", que es el barrio de Berlín en donde viven los turcos. Constituyen una comunidad aislada. Es muy triste. Muy, muy triste. Esa realidad es parte de la atmósfera de 'Low' y 'Héroes'.
"Lo que quiero decir es que, al haber vivido ese tipo de experiencia, resulta difícil cantar temas que llamen al amor y a la paz. Bueno, en realidad, puede ser que esté equivocado, porque el amor y la paz son, precisamente, lo que uno tiene que buscar después de haber visto las cosas que yo vi. Uno tiene que adoptar una actitud compasiva. En 'Héroes', el tema que lleva el nombre del álbum habla de enfrentar ese tipo de realidad, y de la valentía que se necesita para poder soportarla.
"La única actitud heroica posible frente a una situación así es seguir viviendo y disfrutar el simple placer de vivir, a pesar de que estamos cerca de la muerte."
El año pasado, antes de sus actuaciones en Londres, Bowie habló acerca de la situación política de Gran Bretaña y de la posibilidad de un régimen fascista en ese país. De más está decir que sus comentarios dieron lugar a polémicas e interpretaciones diversas. Algunos tomaron su opinión como una defensa de la extrema derecha y otros como una profecía más que como una observación de índole política.
"No puedo clarificar lo que dije en esa oportunidad. Lo único que puedo decir es que hice dos o tres observaciones acerca de la sociedad inglesa y puedo asegurar que no soy fascista. Soy apolítico. Cuanto más viajo, más inseguridad tengo con respecto a una filosofía política adecuada. A medida que voy viendo y viviendo bajo distintos sistemas de gobierno, me siento menos preparado para persuadir a quien sea sobre el mejor sistema. Por lo tanto pienso que sería desastroso, en mi caso, tomar partido con una corriente política, porque no tengo conceptos claros a ese respecto.
"Lo que dije en ese momento fue puro palabrerío. Pero me aguanto todo lo que me dicen, porque soy de los que se tiran a la pileta y se tragan toda el agua. Eso sí, hay algo que no puedo aceptar de ninguna manera: un fotógrafo me sacó una fotografía en la que estoy saludando, simplemente saludando, pero la fotografía salió de tal manera que parece que estuviera haciendo el saludo fascista. Juro que fue un saludo común y corriente."
David Bowie cumplió treinta años y lo que más le llama la atención es que no se siente amargado por el pasar del tiempo. Recuerda, en cambio, (hace) veinte años, la idea de envejecer lo asustaba: "Era horrible pensar en que los años pasaban. Ahora, en cambio, acepta la responsabilidad de la madurez e incluso la idea de la muerte. Creo que lo que me cambió fue el hecho de haber tenido un hijo. Al principio me asustaba la idea y trataba de no pensar lo que todo eso suponía. Ahora lo que me importa es el futuro de mi hijo. Mi futuro pasa de largo. Estoy preparado para él y para su final. Sin embargo, hay mucha gente que sueña con la inmortalidad. Son capaces de hacer cualquier cosa con tal de no morirse. Se generalizó el concepto de que el período de vida tiene que ser más largo de lo que es. Yo no estoy de acuerdo. El hombre nunca vivió demasiado tiempo, no es inmortal. Nunca lo fue.
"Hasta hace poco el promedio de vida era de cuarenta años. Ahora la mayoría llega a los setenta y no se conforman ni siquiera con eso ¿Qué es lo que buscamos? Lo que ocurre, simplemente, es que el hombre es, por naturaleza, ególatra. ¿Para qué quieren seguir arrastrándose hasta los noventa? ¿Para satisfacer el ego? Yo no, de ninguna manera."
Hablando de edades, esto es lo que Bowie opina sobre los representantes de la "nueva ola" ("New Wave") que han logrado desde tan jóvenes el éxito y la trascendencia que Bowie logró hace cinco años: "Lo triste de esa cuestión es que a la nueva ola se la considera movimiento. Me gustaría que se los tratara como individuos. Realmente me preocupa el destino de todos ellos y no los apruebo, porque no pueda tolerar a la gente que quiere crear movimientos o ser parte de ellos. Hay que pensar en función de individuos. Pienso que hay algunos individuos en estos momentos que proponen ideas muy positivas. Les deseo sinceramente que logren imponerse, porque me solidarizo con ellos y su indignación."
Muchos críticos sugirieron que tanto "Low" como "Héroes" están cargados de pesimismo y que la atmósfera reflejada en la música de esos álbumes anticipa una época de violencia y desastre.
"Creo que soy pesimista, efectivamente. No soy optimista para nada, en lo que respecta al futuro. Pero no me resigno totalmente al desastre. Creo que el consuelo está en una actitud compasiva —ésa es una palabra que aparece mucho en mis trabajos— y pienso que 'Héroes' es un álbum compasivo. Compasivo con la gente y las circunstancias en que esa gente vive. Al fin y al cabo, todos nosotros, absolutamente todos, nos vemos envueltos en circunstancias que son dignas de compasión. Nos unimos por instinto, como las tribus, porque seguimos siendo tribus en cierto sentido.
"Lo que ocurre es que la gente no puede aguantar el ritmo de cambio de este mundo. Cambiamos muy rápido. Después de la Revolución Industrial se produjo una espiral que gira y gira, en la que la gente se aferra desesperadamente para mantener el ritmo de avance. Y ahora ya se están empezando a caer de la espiral. Cada vez será peor.
"Pienso que no hay nada que pueda darnos esperanzas. Sin embargo, todavía no me doy por vencido, porque tengo mucha energía para seguir luchando. No soy muy valiente, pero algo de optimismo queda en mí. Incluso el hecho de escribir sobre la condición del hombre en este siglo y el hecho de pensar mucho sobre el tema y de dar mi opinión es una manera de luchar. Sin embargo, no puedo dejar de pensar que estamos cerca del final."
Revista Pelo
02.1978

 

Ir Arriba

 

David Bowie
David Bowie
David Bowie