David Lebón
el guitarrista del '84
Quienes tuvieron oportunidad de presenciar algunos de los muchos shows realizados por David Lebón durante la temporada 84 coincidieron en una opinión: el guitarrista estaba tocando mejor que nunca. Y en la encuesta organizada por Pelo a fines de ese año, la opinión se vio ratificada: el ex Seru Girán ganó el rubro "Guitarrista". En esta nota, David analiza los pormenores de esa elección y desnuda sus gustos e influencias.

David Lebón
Seguramente existen, en la Argentina, muchos guitarristas con más técnica que él. Porque David Lebón no sabe música y es autodidacta en su instrumento. Sin embargo, y como lo demostró la última encuesta realizada por Pelo, el público lo considera como el mejor.
Tal vez esto sólo signifique que en el gusto del oyente se impuso una vez más el corazón sobre la técnica, pero para Lebón es una confirmación. Son los frutos que recoge un músico que, desde hace años, se brinda totalmente a su público.

DECISION DE CABEZA DURA
-¿Cómo te definís como guitarrista?
-Yo siempre me definí como un guitarrista de oído, que confía más en el cora-(Nota: textual en la revista) que pasa en un recital, que en los libros y el estudio. Posiblemente, si hubiese estudiado hoy sería el mismo, pero no lo hice.
-¿Nunca estudiaste?
-Nunca.
-¿Sabés música?
-Tampoco.
-¿Y cómo un músico que no sabe música ni nunca estudió puede llegar a ser considerado el mejor?
-Creo que eso tiene que ver con las experiencias vividas. Cuando yo empecé a tocar tomé una decisión de cabezadura: tenía que tocar muy bien y aprender solo. Después la vida me ayudó, porque fue rica. Y lo logré. Tampoco soy un tipo que se pasa todo el día tocando. Lo tomo como un trabajo, pero que me llena de placer.
-¿Qué guitarristas te influenciaron?
-George Harrison fue el que, con los Beatles, me llegó primero. Después aparecieron otros que me excitaron más, como Eric Clapton y Jimi Hendrix, que para mí fue un dios. Luego de escuchar a esos dos grandes me metí en el rubro de los guitarristas que estiran las cuerdas. Tengo la escuela de rock y blues, pero después empecé a tocar como yo mismo.
-¿Entonces definitivamente sos un guitarrista de rock y blues?
-Sí, Pero como también soy un compositor a veces hago temas en los que no puedo hacer solos. Además después descubrí que cantar me excita tanto como tocar la guitarra. Por otro lado, nunca tuve el problema de la gente que piensa en la constante superación. Yo toqué siempre igual. No sé si eso es bueno o no, pero a mí me satisface.
-¿Pero no notás diferencias al escuchar tus trabajos más viejos?
-Noto que yo era más joven, y tal vez ésa es la diferencia. Pero las escalas que uso y el estilo es el mismo. Siempre toqué como un guitarrista de rock y blues. Si la gente sigue viniendo a mis conciertos es porque le gusta como toco. No adopto para nada el compromiso de ser moderno, porque me gusta lo que hago.

EL ANGEL NECESARIO
-¿Creés que existe el talento?
-Sí, por supuesto. Hay muchísima gente que toca muy bien y nunca logra ser conocida. Hay músicos que son muy técnicos, pero no tienen talento como personas, no tienen el ángel necesario para poder comunicar algo.
-Sin duda hay guitarristas más técnicos que vos. Pero esta no es la primera vez que saliste elegido como el mejor en la encuesta de Pelo. ¿Por qué la gente te elige?
-Porque yo debo ser el mejor. A mí me gusta mucho como toco. Los músicos, en general, son muy exigentes consigo mismos. Por eso hay tipos que hacen mil tomas de un tema hasta que les gusta. Yo casi siempre grabo de primera, porque estoy seguro de lo que toco. Tampoco pienso en lo que debo tocar. Cuando hago un solo, lo toco como viene de adentro.
-¿Qué guitarristas te gustan?
-Muchos. Entre los de aquí, Pappo fue siempre mi ídolo. Pone un gran sentimiento en lo que toca. De los más jóvenes me gustan Alambre González y Gringui Herrera. Entre los de afuera, los mismos de siempre: Eric Clapton y B.B. King. No vale la pena nombrar a otros porque salieron de ahí.
-¿Qué buscás en un guitarrista?
-Que me ponga la piel de gallina. Que no sea "acá va el solo". Que tampoco piense demasiado. Prefiero a los que tocan tres notas pero me hacen vibrar. Me gusta que sea simple y tenga confianza. No se puede creer en los libros, no tienen poder. Hablar de música es como hablar de las pirámides: no hay nada escrito bajo el cielo.
Federico Oldenburg
Revista Pelo
febrero de 1985
David Lebón

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