Su propio recital en el teatro Coliseo y la participación en
el festival de Tapiales fueron los dos jalones destacados de
Invisible en las últimas semanas. Este trío de sólida
experiencia individual, está consiguiendo en sus últimas
actuaciones un ensamble y un respaldo técnico que Spinetta
no habla logrado con sus formaciones anteriores. El
crecimiento grupal de Invisible circula paralelo al del
público que lo sigue. En parte para alimentarse del carisma
de Luis Alberto, pero también con un filón auditivamente
lúcido que intuye en el trío (es decir en los tres...) la
posibilidad de una música creciente, con una clara intención
de ampliar los aspectos expresivos del rock en general.
Dentro del marco específico del rock, invisible cumple con
todos sus requisitos básicos: buen ritmo y firmeza (Machi),
puntualidad y potencia (Pomo), agresividad y armonías
insospechadas (Spinetta), fuerza sin pérdida de calidad
(equipamiento). Pero sin embargo, no
son ésos los condicionantes, las salsas de Invisible: el
trío está llevando mucha gente a sus recitales y actuaciones
porque es reconocido como un grupo que siempre está a nivel,
aunque sus actuaciones no sean (es humano, no?) siempre
parejas. Están los temas de todos y están las canciones
para algunos. Pero el nivel de producción no hace esas
diferencias: las crea el propio público. Hay quienes
prefieren "Azafata del tren fantasma" y otros optan por
descubrir las nuevas dimensiones en "Durazno sangrante , una
composición que, quizás con el tiempo se convierta en uno de
los clásicos del grupo. En fin, eso creemos que es
Invisible. Pero esto también (Crónica de su actuación en el
festival de Tapiales): El ingreso del trío a escenarios
es un espectáculo aparte. Es innegable la atracción
carismática que ejerce Spinetta sobre el público, ahora
también volcada, en el grupo. El público los recibe de pie
con una larga ovación, que dura varios minutos. La
presentación, una hora y media. El grupo toca casi todo el
material de su primer álbum, algunas viejas canciones como
"Elementales leches" y uno de sus nuevos temas. Invisible
trasmite mucha energía y excitación en su show, aun en temas
que en disco no causan la misma impresión. Escénicamente
Spinetta y Pomo son los que siembran polenta, mientras Machi
es el más duro, prácticamente no se mueve en el escenario.
El sonido es compacto y sin fisuras, y entonces llegan a una
complementación que les permite improvisar sobre las
melodías básicas. En la famosa "Azafata del tren fantasma".
Pomo realiza un extenso solo con ritmos que se cortan
abruptamente, dando la idea de final, pero luego retorna
hábilmente. Spinetta realiza perfectamente la conjunción
entre el ritmo de base y los solos. Utilizando fraseos
cortos con las notas justas, volviendo constantemente sobre
la melodía. Termina el recital y la gente aplaude, como al
comienzo, varios minutos. Revista Pelo agosto 1974