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AL FILO DE LA LEY
Los datos más fiables señalan la
localidad californiana de San José como el lugar donde nació Chuck Berry, aunque algunos
datos falseados en su juventud, cuando fue encarcelado por robo a mano armada, y los
facilitados en su autobiografía publicada en 1988, indiquen San Luis (Missouri) y fechas
tan dispares como el 15/1/1925 y el 18/10/1931.
San Luis fue a donde se trasladó su familia, poco después de su nacimiento, y donde el
ambicioso Chuck se pudo comprar una guitarra de segunda mano y diversos manuales para
aprender a tocarla. El dinero que consiguió ahorrar procedía de cantar en coros y
residencias, pero su aprendizaje musical se interrumpió durante los tres años que pasó
en el reformatorio de Algoa. Al ser puesto en libertad, Berry quiso buscar un trabajo fijo
y asentarse. De la cadena de montaje de General Motors pasó a regentar un salón de
belleza, sin dejar de asistir todos los fines de semana al Cosmopolitan Club de San Luis,
donde tocaba junto al pianista Johnnie Johnson y el batería Ebby Harding, a quienes
conoció en 1952. La combinación de estilos rhythm & blues, country y temas populares
dieron notoriedad al trío, y el estilo interpretativo de Berry, influido por el blues
swing de Carl Hogan, guitarrista de Louis Jordan, Nat «King» Cole, Charlie Christian y
las innovadoras técnicas de guitarra eléctrica de T-Bone Walker, lo hicieron destacar
entre sus compañeros; cuando empezó a actuar en el Crank Club, el Johnnie Johnson Trio
pasó a denominarse Chuck Berry Combo.
UN PRODUCTO DE PELUQUERÍA
En 1955 se truncó para siempre la
carrera de un brillante peluquero y esteticista para dar paso al rockero más influyente
del siglo. Berry conoció a su idolatrado Muddy Waters, quien impresionado por su estilo
lo puso en contacto con Leonard Chess, de Chess Records. En la cinta de demostración
Berry y su inseparable pianista Johnnie Johnson habían grabado dos canciones. La
preferida de ambos era el blues «Wee Wee Hours», pero Leonard Chess vio más
posibilidades en la innovadora versión de la canción country «Ida Red», en principio
prevista como cara B del single. Chess sugirió que la reescribiese en vistas a una mejor
promoción y, tomando el título de un producto de peluquería muy popular en la época,
Chuck Berry bautizó su canción «Maybellene».
El cambio más destacable introducido en la nueva versión fue que se añadieron Russ
Fratto y el locutor radiofónico Alan Freed como coautores. De este modo, la canción
tenía su difusión asegurada... y Alan Freed unos ingresos extras por derechos de autor.
Si bien la práctica no era excesivamente honesta era una forma de asegurar a la canción
una publicidad que de otro modo no hubiese alcanzado. Tuvieron que pasar 30 años para que
la paternidad de «Maybellene» se le reconociese en exclusiva a Berry, pero gracias al
poder de convocatoria del programa de Freed, el tema se situó durante nueve semanas a la
cabeza de las listas de rhythm & blues, en el quinto lugar en la lista general, y el
semanario de la industria discográfica «Billboard» eligió a Chuck Berry como el
artista más prometedor de rhythm & blues del año, destacando las bases del que
sería su estilo posterior: un blues de ritmo acelerado embebido de country y guiado por
una guitarra endiablada.
Después de editar «Maybellene», Berry grabó otras canciones que también tuvieron un
notable éxito, «Thirty Days» y «No Money Down», pero en 1956, con «Roll Over
Beethoven», inició una etapa creativa llena de títulos cuya calidad y poder de
comunicación con los adolescentes, sin distinción de raza, fueron incomparables: las
incisivas declaraciones de principios «Too Much Monkey Business» y «Brown Eyed Handsome
Man» -a nadie le pasó por alto que brown-eyed(«ojos pardos») fue una obligada
sustitución de brown-skinned («piel morena»)-, el llamamiento a la rebelión escolar
«School Days», «Reelin' And Rockin'», «Rock 'N' Roll Music», el afectuoso retrato de
los fans del rock «Sweet Little Sixteen», el semiautobiográfico «Johnny B. Goode», o
«Back In The USA», «Let It Rock», «Bye Bye Johnny»... En todas estas canciones,
escritas en su mejor época creativa (1955-1960), Berry forjó su prestigio de insuperado
letrista, dotado de un excelente sentido del humor, agudo y dobleintencionado que ofreció
a los jóvenes temas con lo que identificarse: problemáticas relaciones familiares y
escolares, materialismo puro en forma de coches y ropa y, por supuesto, primeros escarceos
amorosos.
EL OCASO DE UNA ESTRELLA
La carrera de Chuck Berry era imparable
y él sabía manejarla. En 1957 compró un inmenso terreno donde inició inmediatamente la
construcción de un parque recreativo llamado Berry Park Country Club. Sus apariciones en
televisión y cine -Rock, Rock, Rock (1956), Mr. Rock And Roll (1957), Go Johnny Go (1959)
y, sobre todo, Jazz en una noche de verano (Jazz on a Summer's Day, 1958)- difundieron sus
característicos saltos y el famoso duckwalk, que consistía en pasearse por el escenario
con el cuerpo encorvado agarrando su Gibson 335 casi a la altura de las rodillas. Sin
embargo, un nuevo encarcelamiento, en 1961, lo eclipsó por una larga temporada.
En 1959, después de actuar en El Paso, Berry recogió a una joven de 14 años de origen
indio, Janice Norine Escalanti, para emplearla en Berry Park. Al cabo de unas semanas, al
enterarse de que era prostituta profesional, Berry la despidió y ella lo denunció por
violación. El racismo desatado llegó a un nivel desmedido y el primer juicio fue
anulado. No tuvo tanta suerte en el segundo juicio, celebrado en 1962, que lo condenó a
dos años de prisión por un delito que siempre ha negado.
Cuando Berry abandonó la cárcel, en enero de 1964, el panorama musical había cambiado
de forma notable y él era uno de los principales centros de atención. Memphis Tennessee,
grabado en 1958, había sido reeditado unos meses antes con inesperado éxito, pero
adquirió mayor fama a través de las versiones de sus temas grabadas por otros grupos.
The Beatles lograron ventas millonarias con «RolI Over Beethoven»; The Beach Boys
habían transformado «Sweet Little Sixteen» en «Surfin' USA» y The Rolling Stones
utilizaron «Come On» para su primer single y posteriormente realizaron versiones de
«Little Queenie», «You Can't Catch Me» y «Around And Around». Tanto unos como otros
han declarado en numerosas ocasiones la deuda que tienen con Chuck Berry como autor,
cantante y guitarrista, ya que incluso al interpretar temas de otros autores han tomado
como referente la versión efectuada por Berry.
Durante su estancia en prisión, Berry escribió acunas canciones a la altura de su obra
previa, aunque muchos, como John Lennon, opinaron que habían sido compuestas con
anterioridad: «Nadine (Is It You?)», «No Particular Place To Go», «You Never Can
Tell» y «Promised Land». Pero el encarcelamiento supuso un gran cambio para Berry en el
aspecto personal (el divorcio de su mujer Themetta, con quien se había casado en 1948, le
afectó profundamente) y en el artístico (ninguno de sus nuevos discos provocó
entusiasmo).
Con la intención de renovar su carrera y fortalecer su debilitada cuenta corriente, en
1966 aprovechó que su contrato con Chess finalizaba para pasar al sello Mercury. El
supuesto remedio fue peor que la enfermedad y ninguno de los discos, incluidos Live At The
Fillmore Auditorium (1967) y grabado con The Steve Miller Band, y Concerto In B. Goode
(1969), dejó buen sabor de boca ni a sus seguidores ni al propio Berry, quien en 1970
volvió a grabar con Chess Records el álbum de significativo título Back Home. Entre las
canciones del disco figuraron «Tulane» y «Have Mercy Judge», que devolvieron a Berry
toda su fuerza creativa. Temáticamente relacionadas, presentan a una pareja que trafica
con drogas; ella escapa pero él es apresado y confía en que Tulane hará todo lo
posible, legal o ilegalmente, moral o amoralmente, para lograr su libertad. «Have Mercy
Judge» es el blues más puro y hermoso compuesto por Berry y el motivo de que muchos
lamenten que no hubiese profundizado más en el género.
DE VUELTA A CASA
A Back Home siguieron otros estimulantes
discos, San Francisco Dues (1971), Bio (1973) y su álbum más vendido, The Chuck Berry
London Sessions (1972), combinación de grabaciones de estudio y otras obtenidas durante
su actuación en el Lanchester Arts Festival, en febrero del mismo año. |





«My Ding-A-Ling», una
canción de Dave Bartholomew que había figurado en su repertorio durante más de 20
años, coreada por el público y con una letra turbadora, fue irónicamente su éxito más
importante... y el último. Berry siguió grabando discos, pero progresivamente se
dedicó a explotar los tiempos pasados tanto en sus conciertos, en los que cantaba los
viejos temas que su público -ya mucho más maduro- deseaba escuchar, como en las
películas Let The Good Times Roll (1973), American Hot Wax (1978) y Hail! Hail! Rock 'n'
Roll, (1987). En esta última, un extraordinario documento dirigido por Taylor
Hackford rodado en octubre de 1986 durante un concierto conmemorativo del 60 aniversario
de Chuck Berry, se filtraban algunos datos que confirmaban la pésima fama que se había
ganado con los años. Siempre obsesionado por el dinero -en 1979 volvió a ser encarcelado
cinco meses por evasión de impuestos-, Berry exigía que se le pagase en efectivo antes
de que se celebrase una actuación en la que no ofrecía nada que no se le hubiese
abonado. Si el público solicitaba algún tema extra no lo interpretaba hasta que se
llegaba a un acuerdo económico.
Muchos músicos que lo acompañaron solían quejarse de que no quisiese ensayar y, en
muchas ocasiones, no les facilitase la lista de canciones a interpretar, con lo que no
tenían más remedio que improvisar unos compases hasta saber a ciencia cierta qué
canción había empezado a tocar.
En 1988 se publicó su autobiografía, iniciada en 1959, retomada durante su segunda
estancia en prisión en 1979 y finalmente promocionada como el relato de su carrera
artística. Berry anunció la aparición de un segundo volumen centrado en su vida
sentimental, pero a tenor de los sucesos que han salido a la luz durante los años noventa
resulta más que improbable.
En diciembre de 1990, una cocinera del restaurante Southem Air, adquirido por Berry,
denunció la presencia de un sistema de vídeo en el servicio de señoras. Durante más de
un año Benry había estado grabando cintas «para satisfacer sus gustos sexuales y su
fetichismo urinario y coprófago». En los meses siguientes más de 200 mujeres que
habían pasado por el restaurante declararon ante el juez, motivando un registro en el
domicilio de Berry en el que se hallaron drogas, armas y vídeos caseros pornográficos.
En 1993 Berry declaró que todo era un montaje para arruinarlo y «destruir a una figura
irrepetible de la cultura norteamericana».
Sean o no ciertas las acusaciones la importancia de Chuck Berry en la música del siglo xx
queda refrendada por la inclusión de una grabación de «Johnny B. Goode» en el
explorador interestelar Voyager. Y esta es la imagen que el universo tendrá de él. |