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crónicas del siglo pasado

REVISTERO

León Gieco
El campeón de Santa Fe

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Todavía se lo puede ver recorriendo las disquerías de Corrientes o charlando animadamente con admiradores callejeros. León Gieco canta y cuenta su historia con la misma honestidad. El quiere tener setenta años y seguir cantando, y estamos seguros de que va a poder lograrlo.
Es una de esas personas que profesan la honestidad con tanto empeño y regularidad que nos terminan por despertar la esperanza. Es uno de esos tipos que tienen el amor por religión y el respeto incorporado de tal forma que se les escapan por los gestos y palabras. Es alguien que nos enseña que la simpleza es posible y puede convivir cómodamente al lado de la popularidad. Es lisa y llanamente un hombre que ha elegido un camino para comunicarse, un trabajo para sustentarse y una responsabilidad por la cual preocuparse. Por eso, al verte con su cansando por dormir a contramano, con su entusiasmo por su nuevo long play, con su sonrisa y su ternura de siempre, dan ganas de ponerse cursi y agradecerle todo: su música, su forma de ser, sus nueve años de entrega.

revista Pelo
1981

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EL SUEÑO Y LA INSPIRACIÓN

"Yo soy un tipo que en ciertos aspectos sigo manteniendo la misma sencillez que cuando vine de afuera. No porque me lo proponga, sino que me sale así, y espero que me siga saliendo. Siempre guardo el máximo de respeto por los periodistas y la gente que paga una entrada para verme. Aunque ese respeto sea sólo una sensación que transmitís arriba del escenario, cuando no le podes dar la mano a todos los que te están escuchando. Si de pronto la gente me quiere es porque yo quiero mucho a la gente, es una cosa recíproca. Por eso trato de no aislarme por ser un cantante: viajo en subte, en colectivo, camino por Corrientes mirando discos, charlo con los chicos que se me acercan para hablar de música. Y eso es lo que me salva, vivir como vive la gente, porque entonces, cuando escribo una canción sobre un problema que me pasa a mí estoy seguro que lo que estoy escribiendo le está pasando a los que compran mis long plays."
"En la canción 'Sólo le pido a Dios' hay una estrofa que no canté nunca porque era como que me sobraba. Decía: 'Sólo le pido a Dios que mi canto no me sea indiferente/agradezco de ser yo quien esté cantando por el que no puede'. De ahí que pretenda que mis canciones tengan algún mensaje, sea cual sea, pero que propongan algo. No es que pretenda cambiar cosas haciendo canciones, pero por lo menos seguir paralelamente el proceso que estamos viviendo. Reflejar la felicidad, la injusticia, las dudas. Y esa necesidad de testimoniar me hace tener un compromiso conmigo mismo de no sacar una letra así nomás o que nadie entienda.
"Todo este trabajo es para mi una especie de sueño e inspiración. Porque la inspiración es un contacto con Dios, un acercamiento con algo superior. Es una sensación física como cuando vas a las siete de la mañana a sacarte sangre en ayunas. Te transpiran las manos, sentís algo en el estómago. Cuando estás inspirado te pasa te mismo, sabes que agarras la viola y te sale una canción en cinco minutos. Mientras siga teniendo inspiración, y agradezco a Dios de tenerla, voy a seguir componiendo temas y teniendo la responsabilidad de hacerlo. Pero si por algún problema mental o un bajón no me siento inspirado no voy a hacer una canción fabricada, forzada, porque la gente la va a recibir de la misma manera que yo la hice. Esta es la única regla que utilizo para saber si debo o no cantar un tema. Cuando compuse 'Cachito, campeón de Corrientes' me asombré de haber hecho un chamamé. Me dije: ¿y ahora qué hago? Es muy difícil cantarle un chamamé a la gente del rock. Pero me basé en la convicción que tuve al hacerla y pensé que el público me iba a responder de la misma forma. Y fue así, un éxito que no puedo dejar de cantar porque la gente me lo pide. No quiero cometer el error de hacer un long play con temas rebuscados por el sólo hecho de ser músico y tratar de mantener una continuidad. Si tengo que demorar cuatro anos en sacar el próximo, demoraré cuatro años; y si no, trabajaré de otra cosa. Porque esto lo tomo como el trabajo que más me duró hasta el momento, pero ya hice otros y no me molestaría volver a hacerlos antes de tener que mentir. No quiero engrupir a mi público porque no engrupí a nadie en mi vida, ni le falté el respeto ni afané un mango nunca. Antes de defraudarlos prefiero cortarla. Yo hoy puedo decir que todas las canciones de mis long plays están hechas con plena inspiración y que tengo otras tantas en el tacho de basura, porque antes de cantar algo que no me convence prefiero tirarlo. Lo importante es estar convencido de lo que haces, porque el convencimiento arriba del escenario no es una cosa que demostrás con la cara o en la forma de cantar. Es una especie de aureola que la gente ve, una energía que se percibe, y eso no lo podes mentir ni inventar."

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LA CRISIS Y EL PORQUE

"Hubo una época en la que los diarios y revistas empezaron a comentar que el rock no iba más, que tenia un bajón bastante grave. Tenia razón, pero nadie explicaba el porqué. Hemos pasado un momento social muy sacrificado que hizo mermar la venta de discos, la cantidad de gente que iba a los recitales. Pero yo estaba seguro que no se iba a morir, porque éste es un movimiento original, al que creo que ya es hora de considerarlo como un movimiento folklórico argentino. La palabra folklore significa hecho por gente del lugar, lo representamos en otros países. Entonces este movimiento que ya tiene veinte anos ha echado raíces propias y por más bajón que haya, esas raíces no se pueden romper. Hay quien no conoce esto de cerca y por eso se sorprende cuando Sui Generis puso treinta mil personas en el Luna Park, y como nunca más lo hizo, creen que el movimiento se está yendo para atrás. Por eso la venida de grupos extranjeros favoreció mucho para que el rock nacional se levante. Por ejemplo el recital de Queen fue algo maravilloso y emocionante que sirvió para que muchos entiendan que esta música no es una moda pasajera, que gusta a mucha gente y que quienes lo hacen son verdaderos profesionales."

RECUERDOS Y BATALLAS

"En este momento me siento como si me hubiera recibido de algo, pasándolo a un título universitario, como empezando a sentirle el sabor a todo lo que he venido haciendo. De aquí en más queda un trabajo muy difícil por hacer y todo depende de si quiero mejorar o no, si tengo fuerzas para hacerlo. Mi meta es ser un tipo como Atahualpa Yupanqui, tener setenta años y seguir cantando, pero todo depende del acercamiento que tenga con la inspiración.
"Siempre sentí, en estos nueve años, que mi carrera fue aumentando en todos los niveles, aumentando en experiencia, en forma de componer, hasta aumentando en cantidad de ventas de un long play. Fue subir escalón por escalón de tal forma que siempre me fue mejor de lo que esperaba. Por eso me pongo triste cuando me acuerdo de ciertas imágenes, mi viejo llorando en la estación, el miedo al llegar a Retiro y sentir que me temblaban las piernas, el esfuerzo de los primeros tiempos. Antes de bajar un escalón prefiero borrarme y que se acuerden de mi diciendo León Gieco era un cantante que llegó hasta tal escalón. Como le pasa a un boxeador que es campeón del mundo, es preferible que se retire con la corona antes de que se esfuerce y pierda la batalla."
Por el momento Gieco está terminando su último long play que pronto saldrá a la venta y preparando una serie de recitales por provincias del interior a las que todavía no llegó con su música. Para el año próximo los planes son más ambiciosos: una gira por importantes ciudades de Latinoamérica y una serie de recitales en distintas universidades de los Estados unidos. Sin prisa ni pausa sigue recorriendo los peldaños de esta escalera que no lo asusta ni marea, acompañado de su fe, su calidez y sus ganas de demostrar que hay campeón para rato.

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