Para los jóvenes
seguidores del rock nacional, el nombre de Gabriela Molinari representa una parte de la
historia primitiva del movimiento musical argentino, una porción del pasado que reconocen
a través de un álbum solista y la participación en algunas grabaciones de aquélla
época. Gabriela fue el típico exponente de la cantante de rock de los setenta;
fuertemente influenciada por sus colegas estadounidenses, tuvo la difícil tarea de ser
una de las contadísimas voces femeninas que surgieron en la música argentina.
En 1975, el matrimonio Molinari -Gabriela y Edelmiro- emigró a los Estados Unidos
en busca de un terreno más propicio para su actividad musical. Lejos de ser un paraíso
al que se accede casi negligentemente, la industria musical estadounidense es una densa
trama que sólo se vuelve traslúcida después de satisfacer ciertas condiciones y
condicionamientos. Haciendo trabajos extramusicales, Gabriela afrontó los avatares de la
supervivencia mientras continuaba haciendo música con otros emigrados argentinos. Hace
dos años decidió que ya era tiempo de volver a retomar su carrera, y comenzó la
grabación de su segundo álbum como solista.
Los seis años en Estados Unidos, su vida, su música y sus proyectos para un
futuro inmediato fueron los temas de este reportaje exclusivo a Gabriela hecho en los
Angeles.
EMPEZAR DE CERO
Hace seis años que dejaste la Argentina y, salvo
la esporádica visita del '77, estuviste alejada de la actividad musical, ¿a qué lo
atribuís?
Mira, te voy a ser sincera. Todo el mundo llega a
los Estados Unidos con un impulso gigante, pero una vez que estás se te bajan los humos.
Te das cuenta que aquí no te conoce nadie y que tenes que empezar de cero, mejor dicho:
de menos cero. Tuve que ponerme a trabajar de cosas ajenas a la música; luego quedé
embarazada de Cecilia y, para colmo, todo esto aconteció teniendo muy poco dinero. Ahora
bien, algunas ocasiones de tocar y cantar tuve: cuando vino León (Gieco) tocamos en un
par de bolichitos, pero lamentablemente se quedó muy poco tiempo.
¿Cuándo nace la idea del álbum?
Pasaron los años, y económicamente fui mejorando.
Cecilia ya estaba más grande y no necesitaba tanta atención como antes, por eso desde
hace dos años me dediqué por entero a la producción de mi segundo álbum. Fueron dos
años en los que muchas veces tuve que parar de grabar, no porque no tuviera las ideas y
la música listas, sino que la cuestión del dinero lo impedía. En ningún lado, ni en la
Argentina ni aquí, el grabar resulta barato. Empecé todo esto con Gustavo (Santaolalla),
pero después formó Wet Picnic y estaba mas con su grupo. El que estuvo siempre
incondicionalmente fue Pino Marrone, a quien no puedo dejar de nombrarlo debido a su
empuje, sus ganas, y su increíble guitarra. Todo esto ocurrió hasta que un día dije: se
acabó, ¿por qué tengo que depender de si viene León o Gustavo puede? No. Y me
pregunté: ¿por qué no tratar con músicos estadounidenses. Entonces llamé a Alex
Acuña para intentarlo, y me respondió que le mandara un cassette de mi música. A la
semana me llamó para decirme que le había encantado y que acordáramos un día para ir
al estudio a grabar. Fue así como en la primera sesión que hicimos nació el tema
"Ubalé", que también es el nombre del álbum. Es una canción que la empezamos
improvisando y salió estupenda. Alex es un percusionista inigualable, nunca escuché a
nadie como él; es un hombre simple y positivo como todo genio.
GIRA ARGENTINA
¿Quién más participa en el álbum?
Lo que me pasó con Alex Acuña me indujo a
intentarlo con mis guitarristas favoritos: Robben Ford y David Lindley, que realmente
saben acompañar cantantes (Joni Mitchell y Jackson Browne), algo muy distinto de ser el
guitarrista de una banda o un solista. Con Robben Ford no hubo ningún problema, vino y
grabó junto a Pino Marrone la guitarra del tema "No tenes corazón", que
compuse con Laurie Buhne, bajista de Wet Picnic. Con Lindley pasó una cosa increíble. Me
dijo que le encantaba la música sudamericana, y si quería que fuese al estudio Record
One donde estaba grabando su álbum debut, "El rayo X". Arreglamos que grabaría
una canción mía, así que fui. Me recibió junto a su productor, Jackson Browne, le
entregué mi cassette y terminó grabando cuatro canciones en lugar de una...
Sabemos que tu esposo Edelmiro está en Buenos
Aires ultimando los preparativos para la edición del disco en Argentina?
Si, supongo que a fines de julio podrá estar
editado. Además, hemos programado una gira para agosto que comenzaría en Buenos Aires.
La gran sorpresa en esta gira es que ya me dieron la confirmación de que viajaban conmigo
George Doering (ex guitarrista de Seals & Croft), Alex Acuña y Laurie Buhne; es
decir: la mayoría de los músicos que intervinieron en el disco.
¿Participaran músicos argentinos del concierto?
Sí, pero solamente dos: León Gieco y Raúl
Porchetto, que son mis mejores amigos.
PRODUCCIÓN INTEGRAL
En tu primer álbum aparecían muy buenas
fotografías, ¿quién se encargó ahora del arte?
Todo eso lo dejé en manos de Michel Lichtenstein
(ex manager de Gieco en Buenos Aires).