Muchos artistas en
cierto punto de su carrera, comienzan a alejarse del público que, en definitiva, ayudó a
cimentar su posición. Se recluyen de su vida pública, se toman inaccesibles v
prácticamente su única actividad es usufructuar del nombre impuesto.
Pero, también están los otros que se "recluyen'' por razones tácticas, como David
Lebón, quien, paradójicamente, se aleja del público para poder estar más cerca de él
durante las actuaciones. Nadie que conozca la trayectoria de este músico podrá negar la
fuerza con que se brinda en cada una de sus presentaciones. Y ahora, luego de haber
quemado muchas etapas está viviendo una nueva; la más Lebón.
Hablanos en forma retrospectiva sobre cómo se
dio el proceso que llevó a armar la banda que se presentó en el Coliseo y que desembocó
en este momento de tu producción musical.
Bueno . . . llegó un momento dado en que yo veía
que con Seru las cosas se estaban alargando demasiado con respecto a las ideas que había,
que eran pocas. A mí me gusta tocar mucho, y yo estaba trabajando en el estudio, pero
necesitaba tocar con un grupo ... El primero que se integró fue Diego. Los dos queríamos
tocar juntos desde la época de Seleste. A las zapadas comenzó a venir Pomo, y en ese
momento yo sólo pretendía armar una banda para presentar "El tiempo es veloz".
Llamé a Héctor, porque él tenía que estar, sentía que debía estar conmigo. También
hablé con Beto empezamos a ensayar en la casa de Babú, que tocaba con Héctor en Tantor.
Y en esas reuniones había mucha energía y frescura, cosa que no sentía desde hace
tiempo.
Yo siempre fui segundo en todos los grupos. No me sentía mal, porque hacía lo que me
gustaba, y en cierto modo me sentía libre de varias responsabilidades sobre las
decisiones finales. Pero por experiencia, y sobre todo con Seru, no estaba muy conforme
con la forma de trabajo y con las ideas, porque todo era a muy largo plazo.
Tenía muchas ideas para hacer, pero parecía que la comodidad del lugar, la seguridad,
hacía que no se saliera de la misma ronda de siempre.
O sea que con Seru se tenia la idea de irse
afuera, pero no en forma inmediata . . .
Sí, tardaba mucho. Además, con respecto a Pedro,
yo sabía que él se iba a ir, porque él necesitaba tocar todo el tiempo y superarse cada
vez más. Y todo se dio en forma más o menos simultánea.
Yo nunca, en las grabaciones, corté las ideas de otros, siempre las respeté, pero al
mismo tiempo a veces no creía mucho en eso. Me daba cuenta que faltaba algo. Ahora se
está superando pero yo quise salir de todo eso.
No quiero juzgar a nadie, pero es como que me daba cuenta que no estaba siendo tratado
como yo lo merecía. No esperaba nada increíble, pero ni siquiera tenía la tranquilidad
como para poder trabajar.
¿La partida de Pedro aceleró la decisión que
venías madurando?
Sí, en cierto modo ... En un momento había tanta
inseguridad con lo que iba a pasar con Seru ... Yo me juntaba con Daniel y con Charly y
... Estamos en la era del "top spin" y "lo que el viento se llevo".
Incluso tengo un tema nuevo que dice "Amigo mío, ya déjame de hablar" porque
ya no soporto ni siquiera hablar a la gente porque la mitad de las cosas que dicen no las
realizan. Es todo un mambo, como debe haber pasado cuando se juntaron para hacer lo de las
Malvinas. Era todo un plan, pero no era la realidad.
Si a mí me dan una idea, voy y la cumplo, o por lo menos hago lo imposible. Incluso
cuando ya se separaba el grupo, había hablado con Charly sobre la posibilidad de seguir
tocando juntos.
Pero todo se fue estirando y un día dije basta, porque yo realmente necesito tocar. Es mi
vida, más que la plata. Quiero tocar y ver a la gente, ver sus caras, si les gusta o no.
Entonces llegó el momento de juntar este grupo . . .
Y resultó que, para mí, humildemente y con todo respeto, creo que el Coliseo le voló el
cerebro a un par de miles de tipos, y no por mí, sino porque se dio como una magia, que
es lo que todos los músicos siempre esperan que suceda. Y eso pasó en todos los
conciertos del Coliseo, y me di cuenta que lo podía hacer, que podía seguir solo.
Esos conciertos fueron entonces, además de la
presentación de un álbum, una suerte de desafío, de prueba para ver la respuesta de la
gente hacia vos como músico . . .
Claro, mira, estas cosas quizá no las tendría que
decir porque por ahí van en contra de mi estrategia de trabajo, pero a veces me olvido
que soy David Lebón, y entonces cuando voy a un lugar y tengo que firmar autógrafos tomo
conciencia de quién soy como músico. Y eso mismo me sucede con mi trabajo, en el sentido
de que me pregunto si realmente lo podré hacer. Y el Coliseo fue la prueba absoluta de
que sí se podía y muy bien.
Siempre fui una persona de esperar, y sabía que algo iba a pasar conmigo, pero yo no
tenía que ponerme ansioso sino esperar. Y un día sonó el timbre de mi casa y apareció
Alberto Ohanian. Por lo que yo había escuchado y por los músicos con los que trabajaba,
como Luis, para mí Alberto era como un sueño.
Y yo estaba mal anímicamente. Ni sabía qué iba a hacer con mi vida musical. Porque yo
no sé cuando se me van a doblar los dedos o algún día quizá se me corte la
inspiración. Somos humanos, y así como te rompés una pierna, un día podes, llegar a
dejar de sentir. Pero siempre tengo un resto de fe dentro mío que me da tranquilidad.
Me dijo pocas cosas pero tenían tanto que ver con el arte, y yo tengo un terrible miedo
de que el plástico tape al arte. Y habló bien de mí y yo me quería morir, porque soy
tan poco creyente en mis cosas. Por ahí un tema mío que le gusta a los demás no me
convence del todo, pero creo que eso es bueno porque siempre me va a llevar a más.
Me preguntó qué necesitaba para trabajar y yo en principio hablé de un lugar donde
pudiera vivir y ensayar, y que todo el día fuera música. Y a los tres días ya estaba
resuelto. Esta casa es como una escuela de música, donde se toca, se compone, se crea ...
Y en su momento no lo podía creer. Lo que pasa es que creo que soy uno de los músicos
que asumió ser argentino y asumió trabajar con las pocas cosas que hay, y nunca me voy a
ir de este país.
Me voy a tocar a otros lugares, pero no a irme. Te digo esto por esos que hablan de lo mal
que se está aquí. Estoy de acuerdo en que es muy difícil vivir y trabajar, pero hablar
y quedarse va contra ellos mismos y quizás nunca tengan la oportunidad de poder dar
vuelta esa situación.
Ese enfoque autocrítico que presentaste antes,
¿es por una conciencia de la vulnerabilidad de cada individuo, o además por una
cuestión de escepticismo con respecto al medio?
Es porque soy consciente de que un día todo se
puede cortar. Mi madre era cantante de ópera, y un día se quedó sin voz y nunca más
pudo cantar. O sea, yo sé que profundamente en mi corazón yo tengo un poder muy fuerte,
pero no es mío, vino de fábrica. Yo sé cómo hacer para sacarlo afuera, pero una parte
mía es suficientemente humilde como para demostrarme que no me tengo que creer todo el
tiempo que ese poder va a estar conmigo.
Y ahora yo siento que tengo la posibilidad de hacer cosas.
Vamos a hacer una serie de conciertos increíbles y luego pienso irme, con este grupo
argentino, para hacer una gira muy larga en Brasil, Perú, Colombia, Panamá, California,
Miami, España y todo lo otro que se pueda hacer.
Tengo más energía ahora que cuando tenía dieciocho años. Yo quiero hacer,algo, para
que cuando sea viejo y ya no pueda tocar, pueda decir que estuve aquí, aquí... no
solamente Mendoza, Córdoba, el Coliseo y Obras, y los otros shows de siempre. Realmente
me pone mal que habiendo tantos buenos grupos en el país, a los productores no les dé el
bocho para llevárselos afuera.
Recién ahora, después de dieciocho años de rock, se empezaron a dar cuenta de que lo
que tenían que hacer es comenzar a vender los números afuera. Pero hay músicos como yo,
y más viejos, que ya están cansados, cansados de haber caído en cana, de ser
perseguidos, de ser echados del país para no cantar letras de verdad, de ensayos en
lugares de m . . ., de todo eso ... Y los que se quedaron han demostrado una paciencia
divina.
Y también están los que confunden el papel de los músicos. En una conferencia de prensa
que hubo antes de un concierto que dimos en Córdoba, me empezaron a hacer preguntas sobre
política y yo aclaré que mi política es mi música, mi grupo y la gente que va a verme.
No creo en los políticos, porque la política nunca, en ningún país del mundo sirvió.
Siempre hubo un sector que odiaba al que estaba arriba, nunca nadie tenía la simpatía de
todos. Y yo allí tuve que aclarar, porque comenzaron a ponerse agresivos, que sólo era
David, el tipo que esa noche iba a dar un recital. Sólo quería hablar del long-play, del
grupo, quienes tocan. Fuera del Mi y del Re no sé más nada, porque yo me dedico a eso.
No somos profetas ni la música es la salvación, porque cuando termina el concierto, la
mente vuelve otra vez, y los problemas también. La solución es personal, no la van a dar
ni David, ni León ni Spinetta. Y con respecto a este grupo, yo vi que me tenía que
ocupar personalmente de que funcionara.
Por suerte tengo a mi lado a un montón de músicos con mucha experiencia, entregados
solamente a la música. Y hemos hablado de eso, por toda la historia que trae un solista
con respecto a la banda. Sé que si no estuvieran Beto o Daniel Colombres a mi lado, por
ejemplo, yo no podría firmar ningún autógrafo, porque la cosa no estaría funcionando.
Y realmente este grupo va volar bochos, no va a quedar nada. Yo tengo treinta años, y
hasta los treinta y cinco voy a volar peluquines. No va a quedar nada, lo presiento. Y yo
necesitaba un lugar como éste. No para ponerme en estrella, sino porque si la gente
necesita de mí, yo necesito un lugar así para poder trabajar, para poder crear. Pero
para tener esto hay que tener plata, y para tener plata hay que trabajar mucho.
Y eso es lo que estamos haciendo ahora. Yo no hablo mucho del dinero, pero el segundo dios
es la plata. Esta Dios y después viene la plata. Hablo de esta era, porque antes
importaba poco. Te doy un ejemplo donde puedo juzgar porque soy músico.
Vino Van Halen. ¿Qué fue eso? A mí me daban ganas de vomitar. Ahí le doy la razón a
los tangueros, la música era toda igual. Si un musicólogo se sentara a escribir lo que
Eddie Van Halen hacía con la guitarra, lo mata. No había nada coherente, era toda una
bola de magia, sonidos, efectos, y mucha polenta adelante. Vos dale esos equipos a Riff y
a Van Halen lo deja por el piso, no queda nada.
Además, ese rubio lleno de spray en el pelo tiene que buscarse otro trabajo, porque no
sirve para eso. Se deben entrenar, hacen mil giras, pero también debe estar lleno de
médicos en el camarín. Y ese es mi miedo, el plástico. Muchos bafles, muchas luces, las
pilchas, los bultos gigantes, un cantante lindo, flaquito, y esa es la música de hoy. Y
si el mundo va a ser así, yo antes me mato.
Un día vamos a estar bajo tierra y estuvimos viviendo como unos idiotas. Hagamos algo de
verdad. Yo no me salvo de esas cosas, pero voy a tratar realmente de hacerlo y de llevar
esta música a otros lugares, para demostrarles realmente que no somos indios. Porque con
lo de las Malvinas, por ejemplo, decían "les vamos a , demostrar que no somos
indios". Y si somos indios, somos unos indios gigantes, pero por lo menos vamos a
tratar de demostrar qué somos indios que aprendimos a hacer otras cosas.
De concretarse esas salidas al exterior,
¿comenzarían a darse poco después de la presentación en Obras?
Sería en el '84. Este año vamos a trabajar acá, a
ensayar con el grupo. El nuevo álbum sería presentado hacia fines de año. Por ahora nos
estamos dedicando a la presentación en Obras, y hay cincuenta personas trabajando para
esto.
La gente se piensa que David tiene mucha plata, o que León o Spinetta también tienen
mucha plata. Pero lo que tienen es mucho talento, muchas ganas de trabajar y hacer cosas.
Yo vivo bien, de acuerdo, pero hacer las producciones que hacemos nos cuesta muchísimo.
Mucho trabajo, mucho esfuerzo y mucho sudor personal. Pero por eso salen bien.
Yo me moví mucho para abaratar los costos de los recitales en el Coliseo, y lo que me
quedó de ahí me alcanzó para tomar un taxi, ir a cenar y hasta por ahí nomás. Pero yo
tengo fe en que todo va a cambiar. Además, si se van los músicos, la música del país,
¿qué va a pasar? Nos vamos a tener que matar todos. Porque lo único que queda en
Argentina que es real son esos viernes, sábados y domingos que hay recitales. Yo prendo
el televisor y escucho a los políticos y no me creo ninguna, porque con mirarlos a los
ojos me doy cuenta que están mintiendo. Los tipos se piensan que seguimos siendo unos
imbéciles, pero Dios nos creó con un sexto sentido que es esa radiografía que vos haces
de una persona con sólo estar un rato con ella.
Ahora todos hablan de votar ... Yo no sé, o soy un ermitaño, o estoy loco, pero a mí me
parece que eso es como cuando la revista Pelo hablaba mal de los grupos comerciales y bien
de los grupos progresivos.
Por otra parte el público es increíble, porque ellos se dan cuenta. Cuando terminó lo
del Coliseo, me emocioné completamente y lloré como un chico porque se había terminado,
y yo quería que siguiera. Me llenó tanto que hasta el día de hoy no puedo olvidarlo.
Por que me dio algo que no sé cómo llamarlo, magia, amor, experiencia ... y me dio la
energía y la fuerza como para seguir trabajando de esto, y componer y hacer más.
¿Lo de Obras se está armando con el mismo
criterio que se aplicó en el Coliseo?
Sí, es una producción que hacemos con la agencia.
Vamos a llevar todo lo que sea necesario, va a haber un buen montaje de escenario. El
escenario va a ser más grande e incluso habrá cosas que antes en Obras no se podían
hacer, como cambiar el escenario por ejemplo.
Va a haber muy buena onda, porque hay mucha energía puesta en esto. Creo que la gente se
va a volver loca, le va a encantar. No te voy a dar más detalles ... Lo que sí espero es
que pongan todo lo que dije. Porque hace un tiempo, en otra charla, hablé sobre ésta y
dos revistas que habían salido muchos años atrás, y que habían separado a la comercial
de la progresiva, y eso fue malo para la música en este país.
En los Estados Unidos, por ejemplo, los grandes músicos no hablan mal de los grupitos,
porque cada uno tiene su público. Pero esas cosas no salieron y después de todo era mi
opinión ...
¿Cómo es tu vida aquí?
Estoy muy feliz. Tengo más trabajo que antes pero
soy feliz porque necesitaba esto. Tener un hogar donde poder hacer un fueguito a la noche
y sentarme a cantar . . . Los que están conmigo me tratan bien, y en definitiva son
inteligentes, porque si estoy bien voy a producir, entonces habrá plata y van a estar
todos bien. Y eso es lo que más me interesa, que la gente comience a practicar la
inteligencia, no la ignorancia de la mente ... Y durante todo el día me siento David
Lebón, el tipo que toca, que hace música. Yo necesitaba esto desde hace tiempo. Llegó
ahora; y bienvenido sea, espero que dure bastante.