Pero la temperatura está subiendo ahora. Tanto en el clima como en la vida de los Jaivas, que empiezan a moverse más a gusto en el viejo continente. Los dos primeros años fueron duros. El mundo musical en Europa está muy estructurado y encasillado, el público joven en general ha perdido el interés por el progreso del rock y se reúne a bailar en las discoteques al ritmo automático del disco. Pequeños públicos selectos se especializan en jazz-rock o punk o rock and roll, y no les interesa otra cosa. Los Jaivas, que no entran dentro, de ningún casillero, y todavía representan una música que va más allá del negocio del espectáculo, tuvieron que formarse su propia audiencia. Eso se logró, poco a poco, a través de actuaciones en salas de barrio y teatros chicos del centro, ciudad por ciudad, en toda Europa continental, durante dos años. Fue una etapa difícil, porque el grupo no quiso cambiar su imagen para adaptarla a las necesidades del mercado, ni convertirse en un número folklórico para aprovechar el gusto de los franceses por lo exótico. Insistieron, en cambio, en perfeccionar su original fusión de raíces latinoamericanas, instrumentos electrónicos y armonías clásicas. Insistieron en su moderna visión de América, que comparten con gente como Gismonti, Gil, Caetano, los Fatorusso, Airto Moreira.
Por fin, el 15 de diciembre de 1978 cumplieron un viejo sueño : tocar con una orquesta sinfónica europea. Fue en el gran Anfiteatro de la Sorbona, con la Orquesta Filarmónica de París, conducida por los directores Diógenes Ribas y Ricardo Samora. Fue algo así como la presentación en sociedad del grupo, donde pudieron demostrar todo su trabajo de composición y arreglos, mas todo el pulimento que significan dos años de trabajo frente a públicos europeos.
Para empezar la primavera, el grupo cruzó por primera vez el Canal de la Mancha, presentándose en Londres en seis actuaciones (desde el 26 de febrero al 3 de marzo) en el Shaf-tesbury Theatre. Al mismo tiempo, la Emi lanzó en Inglaterra un simple con dos temas nuevos: "Bebida mágica" y "Sueño Inca". Para los Jaivas, tocar en Londres, la capital, y el filtro europeo del rock, era un paso muy importante. Y parece que salieron bien parados. He aquí lo que dijo Nigel Hunter, de la prestigiosa Time Out: 'Afuera del teatro decía 'Inca Rock', provocando una buena porción de escepticismo. Pero la música demostró ser 'Inca Rock', y excelente, por otro lado". Después de nombrar a los músicos y sorprenderse por los extraños instrumentos nativos, Hunter continúa: "Cada hombre es sobresaliente en su habilidad instrumental y versatilidad. Gabriel Parra es un baterista de primera clase mundial, que sigue la línea melódica y mantiene la métrica de cada tema cuando hace un solo, en vez de caer en los espasmos salvajes sin medida ni significado que utilizan muchos de los bateristas contemporáneos. Se destacaron en el programa 'Canción del Sur', un vivido retrato de Tierra del Fuego, el extremo más austral de Sudamérica, y la modernista impresión del baile argentino 'Malambo', donde una vez más se fusionaron perfectamente el rock y lo tradicional.
Se anuncia el regreso del grupo para dentro de unos meses. Si vienen, van a convertirse en un ciclón, porque tienen el sonido más original y nuevo que se haya escuchado en Gran Bretaña en los últimos años".
Y es verdad que los Jaivas van a regresar a Inglaterra a principios de junio, como parte de la gira por toda Europa en que están embarcados desde principios de año. El orden de la gira es el siguiente: 5 presentaciones en Francia en Enero, 7 en Alemania y 6 en Inglaterra en Febrero y principios de marzo, 2 en Francia y 11 en Holanda durante el resto de Marzo, 14 en Alemania en abril y principios de Mayo, 17 en España en Mayo, 12 en Inglaterra y 7 en Bélgica durante Junio, En total, el grupo realizaría 83 conciertos en más de 50 ciudades diferentes en el lapso de seis meses.
Como se ve, la temperatura sube y el verano europeo de 1979 puede ser la temporada ideal para el grupo chileno-argentino-uruguayo.
Pipo Lernoud Fotos: Alberto Valin