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crónicas del siglo pasado

Revistero
de rock

BOB DYLAN
revisitado

Reacio a los reportajes y las presentaciones en fiestas o reuniones, Bob Dylan se ha convertido en uno de los artistas más buscados y menos accesibles del medio musical. Sin embargo, poco después de la aparición de su último álbum, "Hard Rain", aceptó hablar después de mucho tiempo de sí mismo y de su pensamiento actual.
La nota que sigue fue realizada en Malibu, una playa de California donde Dylan vive. Entrevistador y entrevistado pasearon toda una tarde, se detuvieron a tomar cerveza en un bar, se sentaron a seguir hablando en la playa. Dylan, calmo y agradable, conversó animadamente, y no se limitó solamente a contestar algunas preguntas: por el contrario, hubo momentos en que parecía dejarse llevar por su mente, como si no hablara con nadie más que consigo mismo. La gente lo miraba sin acercarse, algunos sin saber quién era, otros sin animarse a preguntar. Dylan, que sigue afirmado en su deseo de no convertirse nunca en una estrella inalcanzable y elitista, es tímido pero cordial, seguro de lo que dice pero no gratuitamente agresivo, algo distraído pero lúcido y maduro.

Fuente: Revista Pelo marzo 1977

 


 

 

Llegado al punto actual de tu carrera, ¿qué pensás de tu trabajo?
Realmente no suelo hablar mucho sobre lo que hago. Simplemente trato de ser musical y poéticamente derecho. Pero yo pienso en mí mismo como en algo más que un músico o un poeta. Componer y actuar es lo que yo hago en esta vida y este país, pero podría ser feliz siendo barrendero; de todos modos cantaría y tocaría la guitarra. No puedo imaginarme sin hacer eso.
¿Qué impresión te causó que James Carter te citara frecuentemente en los discursos de su campaña presidencial?
No sé qué pensar de eso. Alguien me contó que había un hombre que se postulaba para presidente que me nombraba. No sé si eso es bueno o malo, pero no es más que otro tipo que quiere ser presidente. A veces pienso en qué pasaría si yo manejara el país, pero en realidad lo que me gustaría es que volvieran Thomas Jefferson o Benjamín Franklin o algunos pocos otros. Si alguno de ellos mandara, yo votaría y los apoyaría, porque ellos entendían y eran honestos.
¿Por qué casi no hablas con la prensa?
La prensa nunca ha querido aceptar lo que soy y lo que hago. Y yo prefiero dejar que escriban lo que quieran, siempre que eso me evite hablar con ellos. Cuando quieran, pueden verme, pero haciendo lo que hago. En general es mejor tener la boca cerrada y concentrarse en lo de uno. Yo me siento mucho mejor escribiendo una canción que hablando con mil periodistas.
¿Miras televisión?
Casi nunca. Ni siquiera los noticieros; para vivir en este país no es necesario mirar los noticieros de televisión.
¿Cómo te enteras de lo que sucede?
Uno aprende hablando con la gente. Lo que uno tiene que saber es cómo se sienten los otros, y eso no te lo dice ningún noticiero.

DIOS Y OTROS VALORES
¿Es cierto que tus autores preferidos son Rimbaud y Melville?
No sé si eso de "autores preferidos" es la mejor manera de decirlo. Rimbaud ha sido y es una influencia para mí; cada vez que estoy de gira y quiero leer algo que tenga sentido, voy a una librería y me compro un libro suyo. Melville es un escritor con el cual me puedo identificar, por su modo de mirar la vida. También me gusta Joseph Conrad y todo lo que he leído de James Joyce. Allen Ginsberg sigue siendo una gran inspiración.
Cuando viajaste a Israel en 1971, la mayoría de los "expertos en Dylan" predijeron que eso cambiaría tu arte...
Esa visita no tuvo gran significancia para mí. Yo siempre estuve interesado en saber qué y quién es un judío. Me interesa el hecho de que los judíos son semitas como los babilonios, los hititas, los árabes, los sirios, los etíopes, y sin embargo los judíos sean considerados diferentes porque hay mucha gente que los odia. En este asunto hay un nudo que es muy difícil de explicar.
Muchas de tus canciones abundan en imágenes religioso-místicas; casi todos los temas del álbum "John Wesley Harding", por ejemplo, están referidos a historias y símbolos de la Biblia.
La mística está en todos nosotros; es parte de nuestra naturaleza. Algunos son más concientes que otros, o tal vez son todos igualmente concientes pero unos se preocupan mes que otros por ese aspecto.
¿Cómo te imaginas a Dios?
¿Por qué nadie le pregunta esas cosas a Kris Kristofferson, por ejemplo? Yo puedo ver a Dios en una margarita, en el viento nocturno o en la lluvia, en el aullido de un coyote, en el temblor de la tierra ... Veo la creación en todas partes. La forma más elevada de canción es la oración. Debe de ser maravilloso ser Dios; hay tantas cosas en el universo que uno nunca podrá aprehenderlo. Tal vez mi respuesta no parezca del todo satisfactoria, porque soy una persona que no entiende los valores con los que se maneja la mayoría de la gente. Puedo entender la lujuria y la codicia, pero no los valores de la definición y el encierro. La definición destruye; además, en este mundo no hay nada definido.

LA DÉCADA DEL SESENTA
¿Cómo era el medio musical cuando empezaste, a principios de la década del sesenta?
En esos años había mucho espacio para nacer. Los medios de comunicación estaban ocupados con otras cosas; uno podía desarrollar su creatividad en la dirección que quisiera, sin preocuparse por definiciones y categorías. Duró alrededor de tres años. Ahora hay tantas cosas sucediendo al mismo tiempo que ya nada está centralizado como antes.
Hubo muchos que afirmaron que, si vos comenzaste a hacer tus canciones "de protesta" en ese entonces, fue porque alguna antena delicadamente perceptora de lo comercial te decía que éste iba a ser un buen mercado.
No. Yo escribí esas canciones porque eso era lo que me preocupaba. Yo realmente sentía esas canciones. Cuando Joan (Baez) y yo cantamos una vez "Blowin' In The Wind" en un programa de televisión, era un pedazo de mí que salía al aire. Muchos de los músicos que nacimos en aquella época probablemente tenemos un sentido más exacto de lo que es la música de hoy, de por qué es como es y cómo se gestó. La mayoría de los "músicos de esta década no saben de dónde viene lo que hacen; algunos piensan que Elton John apareció de la noche a la mañana. Pero las décadas del cincuenta y sesenta fueron un período de alta energía.
¿De qué manera ubicas a los Beatles en todo ese movimiento?
Los Estados Unidos deberían levantar un monumento a los Beatles, porque ellos rescataron todas las tradiciones musicales de este país, desde Little Richard hasta los Everly Brothers. Los Beatles hicieron que este país —y muchos otros— volvieran a pensar en la música como algo especial. Rompieron muchas barreras, pero no todos se dieron cuenta en el momento, porque todo sucedió demasiado rápidamente. Yo me considero dentro del mismo espíritu que los Beatles y los Rolling Stones; ésa es la música que tiene significado para mí. Porque esa música ha llegado masivamente a la gente, porque no es para minorías.

NUEVOS Y VIEJOS CAMBIOS
¿Qué música te gusta escuchar?
Personalmente, no suelo escuchar mucha música. Me gustan los discos de efectos de sonido. A veces, me siento con un vaso de licor de menta, a la noche, y escucho eso. No sé por qué esos discos nunca figuran en los charts. Si yo tuviera mi propio sello grabador grabaría efectos de sonido.
En comparación con el joven turbulento, malhumorado, a uno destructivo de los comienzos de tu carrera, pareces mucho más sereno y seguro.
Sí, claro: he cambiado. Los procesos químicos del cuerpo de una persona cambian cada siete años. No hay nadie sobre la tierra que sea igual ahora que hace siete años, o que lo que será dentro de siete años. No hay que pensar mucho para darse cuenta de que si uno no crece se muere. Un hombre debe explotar, demostrarse, encontrar la luz del sol.
¿En qué dirección cambiará tu música la próxima vez?
Todavía no lo sé, pero será algo completamente nuevo.
¿Compones todos los días? ¿Te resulta fácil?
¿Es una broma? Creo que componer canciones es una de las cosas, más difíciles que hay, sobre todo cuando la inspiración se escapa y uno trata de recapturarla de cualquier modo.
¿Hay algo de lo que te arrepientas?
El pasado no existe. Para mí lo que vale es la próxima canción, el próximo poema, la próxima actuación.
¿Algún mensaje para alguien?
Sí: quiero expresar mi agradecimiento a mi madre, a quien ya no veo tanto como cuando era chico.

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