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crónicas del siglo pasado

Revistero
de rock

The Who

Desde el año 1964 los Who ocupan un lugar preponderante dentro del amplio marco del rock. En aquella época su estilo se impuso debido a una personalidad arrolladora, caracterizada fundamentalmente por un total desenfado escénico que los situaba en la vereda de enfrente con respecto a otros grupos menos agresivos de aquel entonces. Pero, con el correr de los años, los Who fueron dejando las modalidades eventuales de lado para demostrar la vigencia de una estructura grupal sólida y efectiva. La consistencia y el talento de los Who vuelven a manifestarse ahora en su último álbum, "The Who By Numbers", una obra madura, de una sonoridad clara y percutiente que, a pesar de cierta serenidad profunda, explota dinámicamente como toda la música del grupo.

Fuente: Revista Pelo marzo 1977

 


 

 

1.- "THE WHO BY NUMBERS": LOS WHO DE HOY
Dejando de lado "Odds And Sods" (recopilación de viejos temas inéditos) y las regrabaciones de "Tommy", "The Who By Numbers" es el primer álbum del grupo desde "Quadrophenia". Y esta obra, si bien tiene el viejo espíritu de los Who, también tiene cierto aire de renovación: Townshend ha cambiado su estilo. Toca menos distorsionadamente, y sus intervenciones son más extensas. Daltrey sigue siendo el actor del grupo; canta, grita, tiembla, con una emoción tenaz que imprime casi sin darse cuenta en las fluctuaciones de la música; Daltrey sigue siendo la personificación de la imagen de los Who de "Tommy". Entwistle vocifera, gruñe, demuestra su gran habilidad sin ostentaciones. Y Keith Moon, por su parte, impulsa la nave por encima de los vientos, la deja en suspenso y la reatrapa con precaución o con furia. A pesar de sus diferencias y de sus peleas, los Who son un solo hombre: Townshend es la cabeza; Daltrey, el corazón y los pulmones; Moon, los intestinos y los miembros; Entwistle, la sangre y las células. Y si hay algo que reprochar a este disco, es lo de siempre, desde un tiempo a esta parte: que, en el fondo, es propiedad de Townshend, el líder-tirano que utiliza a los otros para hacer concretos los magníficos delirios de su mente.
2.- REPORTAJE A ROGER DALTREY 
Daltrey es el más accesible de los Who y, tal vez, también el más tranquilo. Como el resto de sus compañeros, no suele acceder a muchos reportajes, pero no porque no le gusten, sino por la vida más bien aislada que lleva. Sin embargo, cuando finalmente habla con los periodistas, suele ser sincero y abierto, y trasluce, la mayoría de las veces, una especie de deseo por dejar todo muy claro, como para que nadie piense que él es una mala persona.
Se podría afirmar que los Stones y los Who son los únicos sobrevivientes del movimiento del rock rebelde de principios de la década del sesenta. ¿Cómo es que lo han logrado?
Han sobrevivido los mejores. Si uno toma, al azar, los nombres de otros grupos, se pone un poco triste, porque han desaparecido. Con respecto a los Stones, siempre los he considerado uno de los mejores grupos de escena, pero solamente gracias a Jagger, porque es él el que se hace el loco, el que vende su imagen de símbolo sexual. Aunque él se separara de los Stones, y se rodeara de cualquier músico desconocido, la gente iría a verlo de todos modos, la gente igual compraría sus discos, porque lo que se vende es él mismo. En cambio con los Who pasa algo totalmente opuesto: nosotros somos indisociables. Sin Townshend, sin Daltrey, sin Moon, los Who no serían los mismos. Nosotros somos el grupo más unido que hay en este momento entre los "grandes". Tomemos a Led Zeppelin, por ejemplo: para empezar, la música que hacen no me gusta, y eso que soy amigo de Jimmy Page; para seguir, ellos son cuatro músicos respetables que, muy bien guiados por un hombre de negocios, deciden hacer todo el barullo que puedan; y para terminar, Robert Plant, que al principio cantaba bastante bien, ahora lo único que hace es parodiarse a sí mismo. Ellos son el grupo más antisociable que hay en todo el rock; nunca quisieron tocar ni hablar con nadie. A veces han logrado hacer buenos conciertos, pero sus discos no me gustan.
¿Y qué opinas de los grupos de "música elaborada", como Pink Floyd, por ejemplo?
En general, no suelo prestarles mucha atención. Pink Floyd, en particular, me tiene cansado. Fui a alguno de sus conciertos, pero no le encuentro ningún sentido a cuatro tipos que se quedan parados como palos sobre el escenario, tocando de la misma manera que en el estudio de grabación. El sonido que obtienen es excelente, pero ¿con eso qué? Además, ellos están en la categoría de los que le dicen al público que lo aman, que están muy contentos de tocar para ellos y todas esas pavadas que nadie se cree porque todo el mundo sabe que hacen y dicen eso porque les da mucho dinero.
Bueno, ustedes no parecen estar muy pobres . . .
No, nosotros no somos pobres porque ya fuimos pobres durante muchos años. Pero, a pesar de nuestra situación económica actual, hay una cosa que es absolutamente verdadera y sincera: los Who son un grupo para trabajadores, y se dirigen siempre a los trabajadores. Es por eso que a nosotros nos sigue un sector muy especial de la juventud, que afirma que nosotros nunca los hemos dejado caer. Nosotros somos los portavoces de muchos jóvenes pobres que viven una vida miserable sin vislumbrar muchas posibilidades de subir en la escala social. Yo, por ejemplo, puedo viajar de Nueva York a París y vestirme con la ropa que se me antoje, aunque me cueste una fortuna, pero eso no me diferencia del resto de la clase de la que yo salí, a la que yo pertenezco, porque mis gustos, mis emociones, mis ambiciones, son todavía las mismas que antes de ser famoso, y, por lo tanto, son las mismas que las de la gente a la que nos dirigimos.
O sea que el dinero no hace la felicidad, pero es menos amargo llorar en un castillo que en el medio de la calle.
No sé por qué me decís eso tan irónicamente. Es verdad que me compré un castillo, pero fue porque me lo gané, después de reventarme cantando todas las noches de mi vida durante ocho años. Y ya que el tema del dinero parece tan interesante, voy a aclarar ya mismo todo lo que tiene que ver con el dinero de los Who. Cada vez que vamos a actuar pedimos cachéts enormes, si es posible en dólares, y solamente tratamos de actuar en salas muy grandes o en estadios, donde pueda asistir mucha gente. Eso, por supuesto, nos haría ganar mucho dinero, pero hay algo que la mayoría de la gente no sabe: los Who mantienen alrededor de cincuenta personas por año. Concierto tras concierto, hay cincuenta familias que nosotros mantenemos (y no solamente dos meses por año, cuando actuamos). Si realmente quisiéramos ser ricos y bañarnos en nuestro dinero, seguramente no haríamos eso. Y hay otra cosa, dirigida a los que nos critican todos los derroches que hacemos en las giras: las suites lujosas en los hoteles, los coches y los líos se deben solamente a que todos esos gastos son deducidles de nuestros impuestos, y nosotros preferimos darnos los gustos que se nos antojen y no pagarle al estado lo que nosotros nos ganamos con nuestro trabajo. Los que me conocen un poco saben, además, que yo no vivo como un potentado. Cuando no estoy de gira o grabando, me levanto temprano y me ocupo durante todo el día de mis caballos, mis ovejas y mi granja, y a la tarde me voy al "pub" a hablar con loa otros campesinos sobre problemas de las tierras y los animales. No hay nada que yo deteste más que las fiestas mundanas y los night-clubes donde todo el mundo se emborracha con la excusa de que no puede seguir soportando sus terribles problemas existenciales.
¿Cuáles son, actualmente, tus relaciones con los otros integrantes del grupo?
Keith Moon es un tipo fantástico, realmente lo aprecio mucho. El es con el que mejor podría llevarme, si no viviéramos de maneras tan diferentes. John Entwistle es una pared; casi no tengo ningún tipo de relaciones con él, y apenas si le dirijo la palabra. De todos modos, como nunca responde, esa actitud facilita las cosas. John es un bajista extraordinario, y a él le debemos el equilibrio del grupo, pero yo no lo considero mi compañero, aunque tampoco lo detesto. Y Pete, él es una personalidad compleja; es muy inteligente y, tal vez por eso, vive dudando, vive temiendo que su creatividad se extinga. Es muy despótico, además. Yo lo trato muy, poco; solamente nos vemos en las grabaciones o en las giras.
Con tus discos solistas, y tu incipiente carrera de actor, ¿no tendés a separarte del grupo?
No, ésos son placeres personales, que nada tienen que ver con mi participación en el grupo. Para mí, los Who están antes que nada.
3.- REPORTAJE A PETE TOWNSHEND 
Los periodistas europeos han tratado siempre de hacerle a Townshend las mismas preguntas que a Daltrey (ya que es muy extraña la ocasión en que ambos se presentan juntos a un reportaje), y la razón es que Townshend siempre contesta lo contrario que Daltrey con respecto a un mismo tema. Las controversias (jugosas para la prensa y los lectores) han llegado, a veces, a trascender en discusiones violentas entre el guitarrista y el cantante de los Who, o en interminables aclaraciones por parte de éste último. Aunque esta vez las preguntas son otras, es fácil apreciar, de todos modos, la diferente manera de pensar y de responder de ambos integrantes del grupo.
¿Cuál es, según vos, la razón por la que los Who permanecen juntos después de tantos años, a pesar de que ninguno de los cuatro es amigo del otro?
Creo que ésa es, justamente, la razón: porque no estamos pegados todo el tiempo Es más: ni siquiera se puede decir que nos llevemos bien. Al principio, cuando formamos el grupo, casi nos odiábamos; ahora tratamos de vernos sólo cuando el trabajo nos lo exige. Lo que pasa es que todos sabemos que los cuatro nacimos para hacer música juntos, y por lo tanto no debemos separarnos profesionalmente. A veces solemos sentirnos contentos de estar juntos, pero es muy raro que eso suceda, porque los cuatro tenemos caracteres muy diferentes y entonces discutimos violentamente ante el menor cambio de opinión.
¿Por qué tu actitud hacia los demás es tan tiránica?
Yo no soy tiránico. Simplemente, soy el genio creador del grupo, y por lo tanto tengo el deber de hacer lo posible para que las cosas se hagan como corresponde. Pero eso no lo elegí yo, sino que se fue dando solo, por las circunstancias. Cuando empezamos, Roger era el líder, pero después se dio cuenta de que, mientras él se estancaba, yo progresaba continuamente. Entonces, la autoridad y el control que actualmente yo tengo dentro del grupo es el resultado de un proceso inevitable, de una realidad innegable: yo hago lo que hago porque ellos no pueden hacerlo. Además, estoy convencido de que es mejor así.
¿Cómo fue la evolución de los Who desde la época Mod hasta ahora?
Nosotros empezamos haciendo música para los chicos Mod, porque ése era casi el único público al que dirigirse en esa época, en la que la posguerra había hecho estragos. Pero en realidad nosotros nunca fuimos violentos, a pesar de nuestra pose exterior. Nuestra revolución era únicamente exterior: las ropas y todo eso. Después decidimos imponernos por otras cosas, además de la música: queríamos que la gente hablara de nosotros, hacer escándalo. Y por eso hubo una época en que nos vestíamos con colorinches insoportables y nos hacíamos los extravagantes. Todo eso sucedió en el auge del "pop-art", nosotros decidimos explotar a fondo esa nueva forma de expresión. Pero en realidad no tuvimos que forzarnos mucho, porque esa onda "combinaba" con nosotros; mi casa, por ejemplo, está llena de objetos tan inútiles como raros.
¿Hasta qué punto las letras del grupo reflejan lo que el grupo es?
Hasta ninguno en particular. Yo me permito decir muchas cosas, porque hago muchas cosas; es peligroso hablar cuando uno no actúa de la misma manera. Si los Who no actuaran tan seguido como lo hacen, yo no concedería reportajes, porque no tendría qué decir. Bob Dylan, por ejemplo, hace eso porque, al mantener poca relación directa con su público, no tiene mucha necesidad de hablarles; no se puede aventurar muy lejos; se ha fijado sus propios límites, en tanto que yo no.
¿Qué representan para ustedes las actuaciones en público?
Para mí, las actuaciones no significan altos éxtasis espirituales, sino una liberación de emociones físicas: placer, emoción, cansancio. Un escenario, para mi, es como un ring de box, donde peleo contra mí mismo y el público establece el balance. Un día dije que yo tenía mucho que aprender de Hendrix, y Eric Clapton se rió de mí. Pero no quise decir que tenía que aprender de Jimi como guitarrista o como showman, sino como manejador de públicos, porque muy pocos pueden hacerlo como él. Un público no se maneja como un auto: se necesita como un sexto sentido; hay que saber cuándo es necesario hacer tal gesto, cuándo es necesario tocar determinada nota, cuándo es necesario saltar en el aire.
¿Hasta cuándo pensás dejar existir al grupo?
El grupo existe porque todos queremos que exista, no porque yo lo determine así. De modo que supongo que seguiremos hasta que nos matemos o alguno de nosotros quiera irse. Pero no nos convendría: sólo quedamos los Stones y nosotros, lo que significa que el que desaparezca primero le dará al otro la oportunidad de ser "el mejor". Por suerte, los malos grupos, como los Beatles por ejemplo, ya no pueden hacernos la competencia.
¿Eso de los Beatles es un chiste?
Tal vez.

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