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crónicas del siglo pasado

Revistero
de rock

 

 

 

Merlín

Tribulaciones, lamentos y ocaso de un tonto mago imaginario, o no.. .

 

Fuente: Revista Pelo  septiembre 1980


Alejandro

Gustavo

 

 

Capítulo I: Un poco de historia
Cuenta la leyenda que hace más o menos un año nacía en el bosque un mago: Merlín. El alma de este mago estaba alimentada por cinco duendes musicales (Alejandro De Michele, Gustavo Montesano, Roberto Villacé, Gustavo Donés y Daniel Colombres), pero todos los habitantes del bosque sabían —o al menos suponían- que Merlín respondía a los impulsos de sólo dos de esos duendes: Gustavo y Alejandro.
Muchos fueron los interrogantes que se tejieron alrededor del mago: ¿había nacido por dinero? ¿Cómo sería la música que crearía, teniendo en cuenta la disparidad de estilos de sus duendes principales? ¿Merlín era un dúo con tres músicos de acompañamiento? La imagen del mago, ¿era un truco publicitario?
Con el correr de los días estas dudas se fueron disipando, pero no alcanzaron a esfumarse totalmente. Gustavo y Alejandro aparecían en el bosque, cada vez que podían, afirmando que el mago había nacido por una afinidad musical, y que cualquiera de los duendes era tan importante como el resto. Sin embargo, las fotos distribuidas por ellos mismos mostraban invariablemente a Gustavo y Alejandro solos, posando con gestos "atrae-quinceañeras" y vestidos a la nueva ola.
Las pocas apariciones en público del mago sirvieron para demostrar la poderosa música que salía de su varita mágica. Su primer y único disco era una curiosa mezcla de estilos: contundentes rocks con toques sinfónicos y canciones acústicas cargadas de arreglos. Era evidente la intención de alivianar lo pesado y de sobrevalorar lo simple.
A los pocos días de estar este long-play en las calles, el bosque se conmocionó con una noticia; Merlín había muerto. La necrológica no sorprendió demasiado a los pobladores del bosque, pues todos sabían que la vida del mago duraría hasta que sus dos duendes principales se enemistaran. Y eso podía ocurrir en cualquier momento.

Capítulo II: Una voz en el bosque
Una revista llamada Pelo quiso conocer entonces los motivos de la muerte del mago, y para eso se metió en el bosque. Pero sólo una voz resonó entre los árboles: la de Gustavo. Alejandro se llamó a un cauteloso silencio hasta que se aclare un poco más el panorama.
Entonces Gustavo dijo: "El motivo de la muerte de Merlín es que a mí no me gustaba trabajar en dúo. Yo quiero trabajar en conjunto, es decir, que todos aporten. El tocar en dúo y contratar músicos acompañantes no permite que esos músicos —que en el caso de Merlín eran excelentes— puedan poner toda su polenta en el grupo, porque sentían que estaban trabajando para nosotros. El hecho de que en la tapa del disco hubiera una foto de Alejandro y yo, y de que la imagen de Merlín fuera la de un dúo, provocaba roces constantes, como por ejemplo, que faltaran a los ensayos a pesar de que cobraban su dinero aparte.
"Ahora quiero trabajar en conjunto. Antes, por un problema de estilo, se daba que los temas de Alejandro y los
míos eran completamente distintos, y que teníamos que arreglarlos de manera que sonaran en la misma onda. Eso me limitaba, porque yo tenia que componer con una idea clara de lo que Alejandro podía hacer, y de lo que él podía aportar a la canción. También había un problema de técnica e interpretación. Yo sabía que tenia que componer en un estilo simple, porque le tenia que pasar los temas a Alejandro, y ahí perdíamos un montón de tiempo. En realidad, yo ya estaba cansado del dúo."
Cualquiera diría que Gustavo fue quien mató al mago. Según lo que se desprende de sus palabras, Alejandro le impedía su crecimiento creativo. Esta versión sobre la causa de la muerte de Merlín es, por el momento, la única. ¿Pero será la cierta? Hasta que Alejandro no se asome al bosque, habrá que atenerse a las palabras de Gustavo. Quizás con el tiempo, dos sean las voces que se oigan entre los árboles...

Capítulo III: Patricio y sus negativos
Mientras tanto, sigamos escuchando a Gustavo: "Ahora tengo un grupo que se llama Patricio y los Negativos. Musicalmente es una continuación de lo que hubiera hecho con Crucis, de lo que dejé de hacer en el 77. Es el estilo de música que más me gusta y el que mejor sé hacer, y al cual le puedo aportar ciertos elementos que vi que funcionaban en Merlín, como ser el rock'n'roll. Los miembros del grupo son Gustavo Donés, Daniel Colombres y Roberto Villacé; es decir, los ex Merlín. Pensamos presentarnos en octubre."
Estas palabras de Gustavo hablarían de un supuesto desplazamiento del duende Alejandro del grupo, por cuanto el resto de la banda sigue unida. Sin embargo, la separación habría sido amistosa, según lo dice Gustavo: "Hablé con Alejandro y le dije que no quería seguir con el grupo. En ese momento no tenia muy claro lo que iba a hacer, pero igual quería formar un conjunto. La separación fue totalmente amistosa. Alejandro me entendió muy bien."
A pesar de que sólo hay una variación en la formación de la banda, Gustavo no quiere utilizar el nombre de Merlín, porque piensa que su nueva música no tiene nada que ver con la que ya se conocía en el bosque.
El viaje que debía emprender el mago a España quedó trunco, pero Gustavo también descartó la posibilidad de que él viaje solo a ese país: "Después de mucho tiempo de viajar, me di cuenta que en la Argentina se pueden hacer grandes cosas. No me arrepiento de haber formado Merlín, pues lo tomo como una experiencia más. El long play me gusta mucho y pienso que es muy bueno."

Capítulo IV: Algunos puntos oscuros
Las palabras de Gustavo son claras y optimistas, pero cualquiera que piense un poco se dará cuenta de que son demasiado optimistas. Merlín tenía firmado un contrato de grabación por tres años. Los productores se enojaron mucho, y aseguraron que el contrato no les será devuelto. Entonces, el mago seguirá ligado
-post-mortem— a la grabadora por bastante tiempo más. Desde España llegó una oferta para adquirir ese contrato, pero el sello argentino no quiso negociarlo. Los productores tienen la esperanza de que las nubes de tormenta se disipen y que Merlín vuelva al bosque.
Gustavo le restó importancia al problema contractual: "Esa cuestión aún no la arreglé, pero no me preocupo porque sé que no habrá problemas...". El tiempo dirá si el duende tiene razón o si se equivoca, pero los productores quieren que el contrato se cumpla.
Otro punto bastante oscuro es el de las deudas: lanzar un mago en las condiciones en que fue lanzado Merlín acarreó innumerables gastos: vestuario, sonido, luces, publicidad, etcétera. Los que invirtieron su dinero en el mago pensaron que la inversión sería redituable a medida que Merlín hiciera sus trucos. El poco tiempo de vida que tuvo el mago hace fácil suponer que las deudas contraídas aún no fueron saldadas. ¿Quién pagará ese dinero ahora que Merlín ya no existe? ¿Lo harán los productores? ¿O los duendes deberán trabajar en el bosque?
Cuando el fin del mago llegó, los cinco duendes musicales decidieron guardar silencio para evitar las especulaciones y los malos entendidos. Sin embargo, Gustavo rompió el trato e hizo oír su voz en el bosque. Alejandro sigue en silencio...
Así pasó la corta vida de un mago llamado Merlín. Allá, entre los árboles, muchos se preguntan cómo nació y murió con tanta rapidez. En fin, todos saben que estas cosas ocurren bastante seguido en el bosque, y también saben que pronto todos estarán celebrando la llegada de un nuevo hacedor de ilusiones. Mientras tanto, entre los árboles, las hadas y los duendes lloran tristes: Merlín ha muerto. Y colorín colorado, esta historia recién ha comenzado...

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