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crónicas del siglo pasado

 

"EL ROCK ES LA CONTRACULTURA"
El '84 ha sido un año especial para Raúl Porchetto porque en lo que va de él logró darle una masividad inédita a su música. "Reina madre" se convirtió en uno de los álbumes más vendidos del rock nacional y, aún hoy, mantiene su vigencia en los rankings. Sin embargo, el reconocimiento obtenido no ha alterado en absoluto su forma de pensar y de sentir.

 


Revistero
de rock

 


 

 

 

"GRANDES VALORES DEL ROCK"
-¿Cambió en algo la situación del rock con la reimplantación del sistema democrático de gobierno en el país?
-No sé si cambió. Lo que tendría que cambiar es la postura interior de cada uno porque al haber libertad exterior, una persona creadora -como puede ser un músico o un compositor- tendría que hacer cosas mucho más interesantes. Antes se hacían cosas para darle una respuesta al silencio porque la gente no podía hablar y tenía que tratar de decir las cosas por ella. Ahora se vuelve a la soledad para darle cosas a la gente en vez de responder por ella. Ese es el cambio que existe y exige una mayor responsabilidad de la parte creativa. No importa si es pasatista, divertido, serio u otra cosa; lo que importa es que tenga talento. Los argentinos tenemos una mala formación cultural y por eso creemos que todo lo que tiene talento es serio, solemne, medio caretón, pero no es así. Lo que no hay que confundir es diversión con pavadas. Yo creo que se puede hacer música divertida con talento. No es necesario para transmitir alegría y polenta hacer pavadas. Y esto, acá, no lo veo demasiado claro.
-Antes de comenzar la nota comentaste que tu intención musical actual es hacer "rock argentino". ¿Podes explicar mejor eso?
-Sí. Te aclaro que al término rock yo lo utilizo un poco como una ironía porque a esta altura es una palabra que quiere decir muchísimo y a la vez no quiere decir nada en concreto. Yo lo que quiero hacer es una música de rock que represente a la gente que vive en esta parte del planeta. Creo que los argentinos tenemos una personalidad definida y a mí me interesa que mi música refleje esa personalidad. El rock, si bien es una música universal, tiene características definidas de acuerdo al lugar de donde procede. Entre el rock yanqui y el inglés hay una diferencia terrible, y sin embargo, dentro de un mismo nivel, parecen salidos del mismo contexto. Y son internacionales los dos y los dos gustan en cualquier lugar del planeta. Y si bien lo mío sería una ambición demasiado pretenciosa, me gustaría hacer un rock argentino. Yo no creo que para eso haya que poner bandoneón o darle ritmo de chacarera. Hay que encontrar una personalidad tan representativa como para que al oír lo que hacemos de inmediato se lo localice geográficamente. Pienso que esta es la ambición de la mayoría de los músicos de rock de aquí.
-¿Te parece que algún día el rock argentino va a poder entrar en el mercado mundial como lo hizo el rock australiano o como está tratando de hacerlo el español?
-Yo creo que sí. No sé si va a tener el peso de, por ejemplo, el rock australiano, pero creo que va a entrar. Pero hay dos factores que mejorar: por una lado, hay que desarrollar esa personalidad de la que hablaba antes y por el otro hay que darle la importancia que corresponde a la producción. Pero en todo esto influye el desarrollo económico del país hacia el exterior. España o Australia pesan económicamente en los mercados mundiales; son, si se quiere, potencias. Venden, no compran. Para que el rock de aquí pueda meterse en otros lugares, el país necesita un desarrollo de modo de tener peso en la balanza comercial mundial. De lo contrario, lo único que puede pasar es que alguno pegue una "patriada".
-La mayoría de los principales músicos del rock nacional tienen ya más de treinta años. ¿Te parece que en algún momento se va a producir un choque generacional con la audiencia, en su gran mayoría adolescente?
-Los choques generacionales yo creo que se dan cuando el artista se estanca. Un chico de quince años admira a un tipo de cuarenta, cincuenta o sesenta si ve que tiene polenta. Fijate en el caso de Gandhi: aún estando muerto es un tipo mucho más idealista y de más polenta que muchos tipos de veinte años que lo único que hacen es estupidizar a la gente cantando pavadas. Y entonces es lógico que músicos de más de treinta años, que han evolucionado y siguen tirando para adelante, continúen siendo las primeras figuras. Yo estoy de acuerdo en que haya distintas propuestas, pero el rock siempre buscó ser distinto culturalmente; siempre fue la contracultura. El rock alteró la escala de valor con que la cultura se manejaba hasta tiempo atrás. Además, la carnada de compositores que aparecieron con el rock en la década del '70 es sólo comparable en la Argentina a la de la década del '40, con Manzi, Discépolo y otros. Entonces, hay que darle la importancia justa. Eso sí, la gente que ya no puede dar más tiene que dar un paso al costado porque si no esto puede llegar a ser "Grandes Valores del Rock".
Néstor Freije
revista Pelo
1984