LOS SIETE COLORES DEL ARCO IRIS
1 IGUALDAD
2 TRABAJO
3 COMPAÑERISMO
4 MÚSICA
5 NADA DE CARNE
6 NADA DE ALCOHOL
7 NADA DE DROGAS
EL CONJUNTO MUSICAL ARCO IRIS EXISTE, CREA Y TRABAJA BAJO UN MISMO TECHO, CEÑIDO A LAS DISCIPLINAS YOGAS Y EN UNA PERFECTA COMUNIÓN QUE EMPIEZA EN CADA UNA DE SUS NOTAS MUSICALES Y TERMINA EN CADA BOCADO DE COMIDA. SU LEMA: "NADA ES DE NADIE, PORQUE TODO ES DE TODOS". PALABRAS PREFERIDAS: AMOR, PAZ, TRABAJO. Y NO SOLO DE BEAT VIVE ARCO IRIS: AHORA PINTAN, HACEN ARTESANÍA Y TOCAN TANGO, FOLKLORE Y MÚSICA CLASICA.

 

 

 

 

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Es la primera mañana realmente fría de este agosto que coquetea con el termómetro, se acabó la incipiente primavera de jornadas anteriores y el Sol, remiso y pálido, se asoma con vergüenza. Afortunadamente, pronto se me habría de ir el frío. En cuanto entro percibo un olor muy especial, mezcla de pino y eucalipto, y envueltos en esa atmósfera están sentados alrededor de una mesa siete personas, también muy especiales, como el perfume, como la decoración, como la charla que mantendremos a continuación. Son Horacio Gianello (29), baterista; Ara Tokatlián (20), saxo y flauta; Gustavo Santaolalla (20), guitarra; Guillermo Bordarampé (19), bajo y contrabajo, los integrantes "musicales" del conjunto Arco Iris. Los demás miembros de la "hermandad" son Ignacio Digrnaní (22), fotógrafo; Mario Alberto Limeses (22), "manager"; Aurelio Cardú (22), prensa y difusión; Graciela Volodarsky (18), bailarina y coreógrafa, y el productor José Rodrigues Netto. Los dos últimos no están en estos momentos con nosotros. En realidad ellos no están sentados alrededor de la mesa, sino rodeando una joven muy alta y muy rubia. Lleva un conjunto tejido rojo que le trepa por las piernas, se enrosca en su figura espigada y despierta reflejos rosados en sus mejillas. Es Dana (30), maestra y guía del grupo.
Aclaremos eso de "hermandad".
"Nos conocimos casualmente hace dos años, los chicos se conocían de mucho antes, pero yo llegué a sus vidas en el momento justo, cuando más lo necesitaban. A través del yoga hemos establecido un vínculo más allá de la mera amistad, logramos una unión permanente que trasciende lo puramente físico y que se manifiesta en el mensaje final que ellos transmiten con su música", dice Dana.
"¿Qué tipo dé música?" "Toda aquella que sea popular, desde blues, jazz y folklore hasta tangos o una suite que vamos a estrenar, en setiembre, o una cantata que se está preparando para el año próximo", me cuenta el compositor del grupo, Gustavo.
"Pero volvamos al primer punto, si ustedes dicen tener una maestra que los guía a través del conocimiento profundo que ella tiene de cada uno, el cual hace innecesario el contacto físico, ¿qué sentido tiene que vivan bajo el mismo techo?"
Ara, por cuyas venas corre sangre oriental, explica el meollo de la cuestión: "Nosotros vivimos juntos, con excepción de Dana, Horacio, Graciela y José, porque cuando nos embarcamos en este quehacer de la música no nos contentamos con componerla y venderla, sino que nuestra meta era llevar un mensaje de paz, amor y acción. Para lograr la pureza necesaria teníamos nosotros primero que lograr una verdadera mística de grupo."
"Concretamente, ¿qué han hecho para lograrlo?"
"Nos hemos despersonalizado en pro del bien del grupo, porque la individualidad sólo es útil a nivel de competencia, pero no lo es para el amor; al contrario, lo destruye. De manera que entre nosotros no hay rasgos distintivos, sino un carácter general de serenidad y armonía", testimonia Ignacio.
"¿En qué medida los ha ayudado el yoga en esa tarea?"
"Los diarios ejercicios que practicamos todas las mañanas al levantarnos más las lecturas de los libros sagrados y las largas charlas con Dana nos ayudaron a decantar nuestro espíritu tratando de desterrar todas las fuerzas negativas. Dana, que es nuestro eslabón entre el Espíritu y nosotros, nos ha transformado de individuos en grupo", se enfervoriza Gustavo.
"Ustedes hablaron de paz y amor, ¿no son ésos dos de los principios de la filosofía hippie?"
"Sí, pero la tercera palabra, acción, es la que nos diferencia de ellos. Toda esta filosofía de la que te hablamos está sustentada por el estudio y el trabajo, porque todo lo que ves aquí, desde ese banco donde estás sentada hasta la última de las pinturas colgadas en la pared, es obra nuestra, hecho con nuestras propias manos."
A esta altura de la charla he recorrido con la mirada todos los recovecos del lugar y realmente es admirable el orden, el buen gusto de los detalles y la perfecta simetría de las cosas.
"Se nota la mano de Dana, ¿verdad?"
"Si y no, se nota la mano de los chicos; fijate que cuando ellos alquilaron el departamento no había absolutamente nada, dormían en el suelo y poco a poco lo han convertido en un hogar, adonde por primera vez tiene acceso una persona ajena al grupo, en este caso vos", se apresura a contestar Dana.
"¿Quién se encarga de las tareas domésticas?"
"Todos."
"¿Todos?"
"Los trabajos están repartidos en distintos rubros, y éstos se redistribuyen cada cinco días; así nos vamos alternando sin problemas."
"¿Quién cocina mejor?"
"Dana."
"¿En qué consiste el menú?"
"En cereales y legumbres, no comemos carne, no tomamos alcohol, no fumamos y, por supuesto, nada de drogas."
"¿Cómo distribuyen las ganancias?"
"Nadie es dueño de nada, todo va a una cajita y de allí se saca lo necesario para la comida, para la ropa, en fin, para todos los gastos de subsistencia y producción. Yo soy el administrador y todo se contabiliza en los libros. Con respecto a la comida gastamos un promedio de veinte mil pesos; lo máximo que se ha gastado han sido veintisiete mil pesos y la ropa se compra en una medida uniforme y nada es de nadie porque todo es de todos", dice Mario Alberto.
Las paredes están recubiertas de dibujos y acuarelas de Mario Alberto, a las que él llama modestamente "ensayos"; pequeñas formas en papel maché modeladas por Dana inundan los estantes, y tallados en madera de Ignacio se desparraman por la casa, todo compitiendo (aunque no les guste la palabra) en buen gusto con los exquisitos bordados de Maminka, madre de Dana. En fin, todo el departamento es una muestra de habilidad manual y optimismo. Todos sienten una admiración desmedida por su Maestra, y aunque parezca extraño ella se ha convertido en su madre, y como tal los conoce.
"Dana, ¿y si vos desaparecieras de sus vidas?"
"El conocimiento es tan hondo y de tal vigor que aunque yo desencarnara los seguiría protegiendo porque con sólo mirarlos conozco sus pensamientos, y ellos han tenido pruebas de ello. Si no no me hubieran seguido y no hubiera tenido el ascendiente que tengo."
"¿Ustedes creen en la reencarnación?"
"Por supuesto", dice Guillermo, el más callado, que no sé ha separado de su guía ni un instante.
Y Mario Alberto me explicita el concepto:
"Toda la naturaleza está hablando de su transformación. Lo mismo que ocurre con una planta, cuya energía al morir es absorbida por la tierra para transmitírsela a otra que está naciendo, sucede con los seres humanos."
Y Gustavo agrega:
"Porque lo que vive en nosotros es la esencia; las formas exteriores, como el cuerpo, son el marco necesario para que esa energía se desarrolle, pero desaparecida la carne con la muerte, otro ser toma tu savia y tu esencia sigue perdurando."
Esto cada vez se va poniendo más fantástico y si yo no fuera testigo de que estas palabras están respaldadas por la acción sistemática del trabajo, tacharía esto de chalatanería o de locos. Pero son increíblemente cuerdos y maduros, jóvenes y alegres; ergo, mi lapicito sigue garabateando la libreta con interminables apuntes, medio incrédulo, medio asombrado pero del todo respetuoso.
"No te apures, hermana, tenemos todo el día para charlar", me dice uno de ellos. Sí, posiblemente, en su criterio, tenga múltiples reencarnaciones para comprenderlos pero mi maldita y práctica razón, que es dura de pelar, no se sacia con las respuestas y ataca nuevamente.
"¿Cómo se traduce esa mística en el escenario?"
"Pretendemos que el público sea el quinto integrante del conjunto, y para eso debemos lograr una comunión total en esas dos horas en que estamos frente a frente; en principio rezamos una "mantra" (oración en sánscristo) y si es necesario les explicamos el sentido del nombre Arco Iris..."
"¿Cuál es?"
"Arco Iris fue el símbolo de unión entre el hombre y. Dios después del Diluvio; sus colores son siete, un número muy importante en todas las religiones, y para nosotros tiene un sentido especial. Vos sabes que así como tiene dos colores que no se pueden observar a simple vista, en el hombre esos colores "ocultos" son las virtudes o fuerzas interiores que es preciso descubrir para trascender del yo individual al Yo Superior.
"¿Qué oración rezan?"
"Depende, hay muchas, pero una es la preferida: «Cada vez me siento mejor, mucho mejor»."
"¿Eso no es autosugestión?"
"No, lo creemos porque es el producto de un largo ejercicio espiritual, sustentado por un modo de vida que ya conocés", dice Horacio.
Se niegan a hablar de sí mismos, todo es en función del equipo, no existen los problemas individuales, cuya presencia significa para ellos egoísmo y pretenden continuar este modo de vida hasta que cada uno encuentre su compañera ideal.
Cuando creo que la entrevista ha terminado nos encontramos sentados en un taxi rumbo al Sound Center Studio, campo de operaciones de Arco Iris, a donde llegan a las nueve de la mañana y parten a las nueve de la noche. Son doce horas dedicadas al estudio, a la enseñanza y a la grabación de sus propios temas. Esta es la acción de la que me hablaban. Todas las habitaciones están revestidas de color naranja, que es la proyección del sol en interiores, una estrella, de mucha significación dentro de los simbolismos de Arco Iris.
"¿Nunca se sienten deprimidos?"
"No, porque no hay problemas individuales, la predisposición positiva de los integrantes de la hermandad actúa como catalizador de cualquier inconveniente de índole personal. Si tenés problemas íntimos te las arreglás cuando estás en soledad, pero frente a los demás buena cara", dice categórico Ara.
Sin embargo, pienso que alguno de ellos podría sentirse angustiado o deprimido por un sentimiento de
soledad aun en las mejores circunstancias de su vida; luego creo que no ayudarlo sería una forma de egoísmo, ¿o no?
"Cuando alguno está deprimido, generalmente conoce la causa del mal, y en caso contrario está Dana para mostrarte el camino", explica Gustavo.
"Lo que ocurre —dice el mayor, Horacio, pronto a casarse— es que cuando estás definido y buscás tu realización no tenés tiempo de deprimirte; la depresión viene cuando estás ocioso, por eso hay que trabajar más y más."
"Pero eso puede transformarse en alienación."
"No cuando encontrás el justo término, el equilibrio del hacer felizmente".
"¿Ustedes se consideran tipos normales?"
"Normales, pero no corrientes." "¿Cuáles son sus máximas ambiciones?"
"Instalarnos en una granja en el Sur para estar en permanente contacto con la naturaleza, madre de toda creación, construir un teatro, alcanzar un alto grado de perfección espiritual y musical y que nuestro mensaje llegue lo más lejos posible."
"¿Algo más?"
"Que tengas paz, hermana."
La entrevista había terminado con el saludo que siempre usan, tanto para el encuentro como para el adiós. Eran casi las doce y media de una mañana radiante, y cuando al salir a la calle la luz del sol me encegueció sus fulgores me recordaron a este grupo de chicos cuya calificación dejo al gusto del lector.
Yo, por mi parte, había dejado de tener frío y "cada vez me sentía mejor".
A. B.
Fotos de Fernández y Legarreta
revista Gente y la actualidad
26/08/1971
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