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Carlos y Carola Cutaia
Sentimentales para el '80

Revistero de rock

 

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El matrimonio Cutaia habló sobre sus recientes realizaciones, que incluyen un álbum instrumental de Carlos y una serie de conciertos del dúo, sobre lo hecho en el pasado y las perspectivas para-el futuro.
Había un poco de ellos en los libros, en los muebles antiguos, en la faz caramelo de la lámpara; una calma, sobre todo tranquilidad, y también disposición para la charla por parte de todos. De charla más que de reportaje, de abrir las preocupaciones y los planes, poniendo sobre la mesa los inconvenientes y esperanzas que tienen en lo que hacen Carlos y Carola Cutaia. Más cercanos a la imagen de los pintores surrealistas que al tipo del músico de rock, ellos hablaron sobre una serie de temas en los que, de una u otra manera, apareció la preocupación por la carencia de elementos que organicen al rock nacional, la música urbana, los principales puntos de nuestra cultura actual.
"Yo no separaría la música rock o progresiva, como la llamaron acá"—dice Carlos—, del movimiento cultural de un país. No la separaría tanto, porque siempre pensamos que es una cosa tan contracultural, tan marginada, que es un fenómeno marciano". Comentábamos entonces la importancia y el peso de la música urbana con relación a lo que el público sugiere. "Me parece bien —aclaró Carola— que exista la parte divertimento, que existan grupos alza (es decir, música masiva y festiva) todo el mundo la tiene; pero además hay una parte que es la creatividad, la parte más artística y cultural, que también necesita salir a flote en un pueblo: el cine, el teatro, la música, la gráfica, la pintura". En este sentido la vocalista nos presentó el problema de los costos, la falta de apoyo y la marginación del rock nacional, sumados a ciertos criterios que impiden dar al público joven lo que está clamando a gritos.

SIN RESPUESTA
"Existe un concepto distorsionado sobre la juventud —dice Carola—. Es como si no se quisiera ver a alguien de 22, 25 o 30 años haciendo cosas nuevas. Como si se dijera: bueno, le hace falta crecer y madurar. Y entonces no surgen los que están haciendo las cosas. Le preguntamos entonces qué sucede con la mujer en rock en Argentina: "Pienso que las causas de por qué la mujer no está en el rock, están en que le es muy difícil, que no le es fácil. Que ésa puede ser una condición para que la mujer no lo haga".
Al comentarles la falta de un movimiento musical coherente, tal como puede darse en Brasil con las experiencias de espectáculos conjuntos de Caetano, Gilberto, Milton y otros. Carola da su concepto sobre el problema: "Lo que tenemos que lograr es eso. Y siempre lo veo: el tango en un tiempo fue la música de este lugar, créase o no. Los poetas le cantaban a la ciudad, la gente se identificaba con las letras y con la música, y la bailaba. Pero vos, de pronto, ves como se produce una ruptura, y en ese nivel te diría que no hemos encontrado respuesta. No tenemos un movimiento de rock coherente. Puede venir (la unidad y la organización), pero hoy te digo que no se generó un lenguaje común. Aunque vos escuchas la música progresiva nacional y tiene características propias, no se independiza demasiado de la música sajona".

SALIR DE LA RUTINA
Ariel Dorfman, ensayista chileno, planteó con claridad la vieja y equivocada idea, arrastrada desde el Renacimiento, que demuestra al creador como un tipo atormentado, separado de la felicidad del arte. "Es muy importante para la creación —dice Carola— el juego en el trabajo, divertirse con el trabajo. Eso es muy importante: estar, pasar; dejar que la música salga, dejar que las cosas crezcan", Con relación a cómo ella desarrolla un tema, podemos ver que trabajan codo a codo. "Empiezo a sentir esas ideas musical y emotivamente, se las traigo a Carlos y empiezo a rasguear la guitarra, mientras él busca armonías en el piano. Así lo armarnos musicalmente ". Nos comentan que el trabajo letrístico pertenece a Carola y que Carlos, además de elaborar la música, también da sus conceptos sobre los temas para pulirlos, tratando de salir de la rutina que vive en muchas expresiones del medio musical rock, investigando en los orígenes. "Este último long play instrumental —aclara Carlos— tiene mucho de tango y folklore. Una música mucho más ancestral, a pesar de que uso sintetizadores y demás. Tampoco me lo propuse de manera intelectual, deliberada y compulsiva; porque tampoco ahí está el asunto. Pero me preocupa que no haya una inquietud por la investigación folklórica, por hallar raíces más profundas". Le preguntamos cómo elaborar esa investigación y esa sistematización. "A mí me dicen Berkley, maravillosa universidad de música de los Estados Unidos, magistral, etcétera. Si vos ves el trabajo de los estadounidenses, que anotan todo, anotan los ritmos, ves un trabajo de investigación verdadera, y además sistematizado y a nivel universitario. Así es como te entregan un material brutal, rastreando, en la música que produce su pueblo".
Es evidente en los dos la preocupación por la realidad, de la que surge esa "polenta contenida" que ve Carlos en Buenos Aires, "Tenemos un tema —comenta Carola— que llamamos 'Sentimental para el 80'. Y, ¿qué es ser sentimental para el '80?. Bueno, que no me ajusto a un presupuesto real económico, que la creatividad que no se vende no sirve, que me gusta ir a pasear con mis hijos, o que hay determinadas cosas más sensuales de la vida que me gustan. De pronto no estoy en una obsesividad competitiva, de la que pienso que si está metido en el rollo no creo que se pueda vivir. Es decir, no esa actitud tan ganadora y prepotente. Eso no es positivo".

UN SHOW DIFERENTE
Volviendo a lo que planean hacer próximamente, hablaron de una serie de recitales en el Teatro del Picadero, que permita acceder a gente joven, estudiantes y oficinistas, donde se brindaría un espectáculo diario con coreografía, recitales de poemas, añadido a la participación de un músico amigo. "Pienso que es una experiencia piloto —acuerda Carlos—, es una propuesta de la que veremos la importancia y el peso mucho después de hacerla". Entusiasmada, Carola comenta: "Lo que queremos no es 'el recital con el wisky', para un público reducido. Queremos atraer a la gente chica, que viene sin vicios y sin prejuicios a la música rock. Es decir algo más cálido: un lugar donde, por 800 lucas, se pueda escuchar a Carlos y Carola Cutaia, a Charly García, a Gieco, a Nito, y otros". Preocupada por la participación de la mujer en los espectáculos, la cantante nos sintetiza que recibe más apoyo del público masculino y, aunque en la experiencia en The Forge (su última actuación continuada en público) pudo ver a las chicas acercándosele, no es un hecho generalizado.
"Hace mucho tiempo que trabajamos juntos —recuerda Carola—, mi primer tema compuesto es de 1971 y se llamó "La Loca Alemana" y, te puedo decir que he tenido suerte". Carlos, poco después, confirmaría la importancia del trabajo de su mujer: "Mira, de mi parte es muy agraciado que mi mujer comparta mi mundo creativo y además sea creativa ella. Es decir, que la propuesta como pareja es la de dos tipos activos, creativos, y me parece que es muy importante para la supervivencia de la pareja, para la supervivencia de nuestros hijos, para todo". Luego habló de sus expectativas en el long-play instrumental que está componiendo, y en un proyecto de Carola para realizar como intérprete un álbum que reúna las obras rock de autores nacionales y extranjeros, desde los años '50 al '80.

UN MUNDO NUEVO
Carlos y Carola Cutaia tratan de trabajar juntos en lo que los une y en lo que los separa, planteándose problemas bien concretos para transmitir a su música sus vivencias y deseos. Tratar de levantar la puntería en un medio adverso por la chatura y la pasividad. "Me siento bien —señala Carlos—, pero no satisfecho. A nivel personal muy bien, pero en el plano de la organización fuera de mí, siento que es dura la lucha y eso hace que no me sienta satisfecho: a pesar de no parar por, nada, de seguir adelante". En estas dos horas de charla aparecieron la ecología, la organización del rock, los problemas económicos y afectivos del creador, el arte y la necesidad de proyectar el rock nacional a un plano, como dice Carlos, que no sea tanta odisea.
"Me siento bien —termina Carola— pero me gustaría tener más continuidad, más acción, más perseverancia. Trabajar, trabajar: no parar por nada. Es la única manera de construir un mundo nuevo. Y si a uno le parece que el mundo es caduco, que las cosas deben cambiar, no se puede salir de lo que es válido, de lo que uno cree que, es válido". 
revista Pelo
noviembre 1980