Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Rock en TV
Revista Pelo
agosto 1972

Muchos temen que, en este momento de eclosión del rock argentino, su música y sus proposiciones sean fagositadas por la gran máquina de castrar (léase: sistema). La probabilidad de que eso pueda ocurrir existe como realidad y siempre estuvo presente. Para enfrentarlo es necesario cambiar el "temor" por la estrategia y pensar que la coyuntura que se produce es una verdadera batalla de la que nadie puede sentirse desligado o a salvo.
Los músicos, el público, y los pocos medios de comunicación dedicados (y jugados) por la música realizada con honestidad son los únicos responsables de que la difusión masiva de las ideas que son la sustentación del rock sirva como elemento de esclarecimiento y no como un producto de consumo.
La televisión es, quizás, el medio que más masajea y adormece al arte para convertirlo rápidamente, inescrupulosamente, en una masa informe y sin proposiciones de cambio en vez de darle el aire necesario para que sea arte de masas. ¿Está claro?
El domingo 20 de agosto a las 11.30 el rock volvió a la televisión (a Canal 11) después de un largo período de ausencia, que comenzó cuando su crisis (en su mayor parte provocada por los propios medios de producción) hizo descender su realidad de música masiva a los ojos de los hombre de televisión. Esa televisión que persigue únicamente el raiting como salvación. como única panacea entre la ridícula competencia entre la cantidad y la calidad.
Muy bien. Es raiting, conseguir grandes audiencias lo que necesita la televisión para incluir al rock. Okey. hay que demostrar que puede tenerla. Y sin perder la calidad que es lo importante. Por eso el domingo 20 quedaron dos cosas en claro: se puede hacer rock con mucha audiencia (el programa fue visto por casi ochocientas mil personas) y con calidad (los grupos tocaron sin restricciones ni imposiciones e hicieron la música en vivo como cuando tocan en un recital).
El programa fue armado y dirigido por gente que está en el rock. Tuvo decenas de defectos. Pero tampoco se pretendió hacer un falso lujito como "Casino" o un espectacular tipo Sandro. El programa fue una gran fotografía de algo que estaba ocurriendo. Nada más. Y por ahora es bastante. Los adelantos técnicos que se le pueden ir agregando domingo a domingo (mejoramiento del sonido, nuevos planos de cámaras y otras sutilezas) no van a desvirtuar la esencia de la idea: trasladar el rock como arte popular y como canal de expresión de una generación más lúcida. El asunto no es negar la televisión o las políticas a veces maquiavélicas de las grabadoras; se necesita algo más inteligente, más táctico: no dejarse "consumir y decir (utilizando el medio) lo que uno quiere decir. Y el rock tiene, mucho que decir. Eso lo demostraron los tres grandes grupos que se presentaron en la primera emisión de "Rock en Televisión": La Pesada, Color Humano y Pappo's Blues. Y la cosa recién comienza.

 

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