Revista Periscopio
27.01.1970 |
Apenas iniciado el año se hicieron públicas las
intenciones moralistas de las autoridades provinciales de Buenos
Aires para erradicar, de los balnearios atlánticos las abundancias
de melenas masculinas y las generosas exhibiciones de tostadas
epidermis femeninas. Según trascendió, honorables oteadores de las
transgresiones inaugurarían el operativo en la tumultuosa Mar del
Plata, un epicentro veraniego donde curiosamente hace dos semanas, y
al aire libre, se desplegó un mini-festival beat.
La insólita irrupción playera contó con el auspicio de la Dirección
Provincial de Turismo y permitió que el conjunto Los Gatos se
asentara durante una hora frente a Playa Grande. Las rítmicas
asonancias proporcionadas por Pappo (guitarra), Alfredo (bajo), Ciro
(órgano), Moro (batería) y que dosificó Litto Nebbia, hicieron
delirar a los 1.500 juveniles espectadores.
Fue una manera de adecuar el interés de los componentes del conjunto
por acercarse "a nuestro público, especialmente de esta manera
masiva, ya que no todos pueden pagar una consumición en 'Leche
Fresca', el local donde actuamos. No queremos —declamó Nebbia— que
este acontecimiento sea aislado". Por lo menos la emisora local
(LU6) se preocupó por difundirlo.
Agotado el repertorio, Los Gatos treparon a un viejo automóvil y
escaparon de los fervores de la muchedumbre. Todo sucedió en forma
fugaz y los asistentes se prometieron continuar bailando por la
noche.
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