Revista Pelo
octubre 1971 |
Casi no hay antecedentes de otras mujeres dentro del rock. Es
difícil ser la primera y es difícil presentarse con un estilo que
Buenos Aires muy pocas veces vio: el country rock, una variante casi
melódica, sutil por la que muchas veces circularon George Harrison,
Bob Dylan y otros grandes. No está demasiado claro por qué, pero las
mujeres que más se han destacado dentro del campo de la música
popular de los últimos años también surgieron de ese estilo ranchero
del centro y el oeste de los Estados Unidos. Todos estos "a favor" y
todos estos "en contra" son las armas y las vallas de Gabriela, una
debutante de B. A. ROCK II que, a pesar de su miedo, salió bastante
airosa de la prueba: lo suficiente como para intentar desde ahora
(ya dio un recital) convertirse en la primera muchacha argentina que
se asoma decididamente al rock con intenciones de quedarse. Hace
algunas semanas estuvo en la redacción de Pelo para contar todo ese
proceso de conversión y decisión que la llevaron a un escenario
habitualmente reservado (¿por qué?) para los hombres. Lo que sigue
es toda su versión.
"No sé muy bien pero la probabilidad de mi presentación en el
festival del Velódromo me produjo una especie de malestar, de
inquietud mental, por lo menos dos meses antes. Día y noche pensaba
en que de pronto iba a ser la única mujer dentro del rock argentino
en vez de pensar en lo que realmente tenía que hacer. No podía
evitarlo: a veces se me ocurría que el público me iba a recibir muy
mal, o mejor dicho: pensaba que los hombres no iban a ver muy bien
eso de que yo estuviera allí en un escenario compartiendo el lugar
con los músicos. Pienso que esos temores son los que deben haber
tenido otras chicas como yo cuando intentaron cantar. Porque no nos
engañemos: mujeres que cantan bien, y rock, debe haber muchas. Pero
pienso que es el tradicional machismo argentino que las inhibe. Como
también me ocurre a mí, o me ocurría. A medida que se fue acercando
la fecha, mis temores —lo confieso— fueron aumentando. Además yo
había cantado siempre sola con mi guitarra y ahora iba a hacerlo con
un grupo detrás. Al principio comenzaron los ensayos con Edelmiro y
después con todo el conjunto que era Rodolfo García, Rinaldo y
González Neira.
Después de haber ensayado el primer día no me convenció nada la idea
de cantar con un conjunto. Había dos motivos: yo no estaba
acostumbrada y el grupo, obviamente, todavía no estaba ensamblado.
Pero a los tres días de ensayar: "Chau, loco, mató" (se ríe
irónicamente): me fascinó. Recién entonces entendí algo que había
leído en un reportaje de Pelo a Janis Joplin: ella decía que cuando
empezó a cantar con un conjunto de rock se le estremecía la columna
vertebral. Y es totalmente cierto: me aparecieron cosas que nunca
creí que eran posibles en mí: en la voz sobre todo.
Antes de que me tocara actuar en B. A. ROCK asistí a varios de los
días anteriores. Realmente muchas cosas no me gustaron. Y te explico
por qué. Pienso que me pasa algo inusual: a medida que escucho más
música en vez de gustarme más cosas me quedo con muy pocas. Sin
embargo hubo dos cosas en el festival que realmente me
impresionaron: el grupo de Rodolfo y Emilio, que ahora se llama
Aquelarre, fue realmente lo que más me impactó, Y claro: también me
gustó la actuación de Edelmiro, Pero te confieso sinceramente una
cosa: no pensé que la presentación solo con la guitarra eléctrica
fuera algo cirquero porque él no lo es, pero temía de que el
resultado fuera algo alocado, pero te repito estuvo bien. Cuando me
tocó actuar a mí te juro que tenía mucho miedo, era casi físico. No
sé: temía que ocurriera algo con la gente. Además, una noche soñé
que una avalancha de gente del festival se abalanzaba sobre mi y me
ahogaba. Pero en el momento en que subí al escenario se me fueron
absolutamente todos los miedos y te puedo asegurar que me maté
cantando. Entonces pude darme cuenta que lo que hacés en un ensayo,
en un disco, no se aproxima a lo que podés lograr frente a la gente.
No sé cómo contarlo: es eso, el público allí como esperándote. Yo
sentí en ese momento que la gente estaba conmigo; eso me hizo mucho
bien, supongo que a cualquiera, pero a mí me ayudó para seguir.
Probablemente la gente no sepa cómo te puede llegar a destruir o
ayudar. En el escenario dependés totalmente de ellos. Ahora, después
de esta actuación, objetiva y fríamente veo las cosas totalmente
distintas a como las veía hace un año, realmente te lo digo: ahora
pienso que decididamente tengo posibilidades porque creo en lo que
hago, porque pienso que es bueno y que nunca se ha hecho y que la
gente tiene que conocerlo y estoy convencida de que lo van a
aceptar.
Pienso que lo importante es salir la primera vez, abrirte el camino
en el escenario y en vos misma. Y yo ya lo hice. Y espero que atrás
mío salgan otras mujeres a cantar, no quiero ser la única mujer en
esto, ni considerarme la estrellita del rock nacional.
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Gabriela |
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