Tom Petty, el sureño, la bomba rubia que ensalzó "American
Girl" de los Byrds con tanta pureza que, según se dice, cuando
Roger MacGuinn lo escuchó por radio, estaba convencido que era
una de sus canciones pero no recordaba haberla compuesto o
ejecutado.
El renacimiento artístico que constituye el último disco de Tom
Petty, "Acentos sureños", se ve capturado quizá en un verso que
dice "El futuro ya no es lo que era antes".
Tom Petty quizá sea el epítome de todo lo que es frívolo en el
rock norteamericano -su estilo de fanfarrón, los pómulos, su
mirada observadora, su sonrisa burlona, esa desprolijidad que
viene de lejos-, y lo más importante es que lucha orgulloso por
lo que es. Un punto fijo en el tiempo. El sueño norteamericano.
Petty hizo que se convirtiera en realidad. Él y su banda, The
Heartbreakers, tocaron tantos éxitos populares con tanta pasión
que no sólo sonaban con la única y auténtica verdad, sino que
ellos mismos estaban convencidos de ello.
Después de varios sucesos y también algunos fracasos; después de
recitales inolvidables y de actuaciones desastrosas; después de
su anteúltimo álbum "Long After Dark", que fue considerado un
poco como "dar vueltas sobre la misma idea", Tom Petty puede
definirse como todo lo mejor y, un poco, como lo peor del rock.
"Todos se preguntan por qué hubo tanto silencio después de 'Long
After Dark', -dice Petty-. Lo que ocurrió es que luego de mi
última gira, quedé demasiado cansado y decidí retirarme por un
tiempo. Hacía muchísimo tiempo que no tomábamos un descanso.
Entonces pensé en separar mi silla de la mesa por un rato.
Durante todo un año no hice otra cosa que no fuera escribir.
Nunca me había dedicado a componer tanto tiempo."
EL NUEVO SUR
Lo que inspiró a Petty, lo que forjó el concepto esencial de su
nuevo álbum "Acentos sureños" fue el redescubrimiento de sus
raíces, no musicales, sino culturales.
Tom Petty: "Comencé a preparar el álbum en plena gira,. en un
momento en que estábamos parando en una ciudad del sur. En lugar
de un ómnibus, habíamos contratado un charter que nos llevaba y
traía todos los días a nuestro lugar base, que era Florida.
Digamos que me di manija con el hecho de quedarme allí muchos
después de tanto tiempo que no lo hacía. En realidad hacía diez
años que no me quedaba tanto tiempo allí y me empecé a dar
cuenta de que había un montón de cosas que había olvidado y
otras tantas que habían cambiado."
La idea original de Petty era que "Acentos sureños" fuera un
doble dedicado exclusivamente a su descubrimiento (y en parte su
rechazo) del nuevo Sur. Lejos de ser una advertencia
apocalíptica de una inminente revuelta racial como la de Neil
Young, o una serie de canciones triunfales de machos amantes del
alcohol y el juego (como la de Lynyrd Skynyrd), ésta era una
evocación personal recostada en lo cotidiano, a la manera de
Robbie Robertson; en la que pequeños incidentes dan impulso a
toda una serie de ecos históricos que se transforman en
costumbre.
T.P.: "Durante la pausa también descubrí que la vida ofrece
mucho más que la posibilidad de una botella de Bourbon en el
asiento trasero de una limusina. El hecho de haber interrumpido
las giras me facilitó mucho la preparación del álbum. Es cierto
cuando dicen que uno se olvida de vivir cuando entra en la
vorágine de giras, grabaciones, aviones, autos, viajes. Ese año
que paré sentí que estaba sólo para vivir y que me las tenía que
arreglar por mi cuenta. Fui al Sur una o dos veces y me resultó
muy gratificante el hecho de no tener horarios y hacer o ir a
donde quisiera en el momento que quisiera."
RUMBOS DIFERENTES
"Acentos sureños", sobresale no tanto por las letras sino por la
música. Petty resistió la tentación de elegir el camino fácil,
de hacer la parodia a la que alguna vez recurrió y decidió hacer
algo completamente nuevo. Lo que Petty hace no es exactamente
darle la espalda al pasado, pero se resiste a aceptar, como lo
sugieren algunas nuevas corrientes norteamericanas, que el único
camino hacia adelante es el retroceso.
T.P.: "No me gusta la cosa demasiado nostálgica. No me gusta que
me tilden de rockanroll norteamericano puro. Es cierto que mi
disco es muy americano, incluso hay un tema que se llama
'America', pero no es Chuck Berry. Me alegra que haya gente que
quiera mantener una línea tradicional, pero no dejemos que
rebrote la nostalgia."
"Acentos Sureños" es un híbrido alocado que podría no prometer
ningún tipo de éxitos y, sin embargo, resultó. ¿Cómo? ¿Por qué?
¿En qué se inspiró?
T.P.: "En esa época yo no escuchaba a nadie. Me cansé de la
radio y de todo eso. Lo que ocurrió es que estaba con ganas de
hacer algo extraño y además trabajaba en mi propio estudio, en
donde no tenía necesidad de cortar un tema en tres arreglos por
el costo de la hora."
"Acentos sureños" es un disco indulgente. A pesar de sus
conceptos desunidos, funciona como álbum. No hay rellenos, no
hay dos temas que se parezcan entre sí, pues son todos
fragmentos que surgen del recién descubierto sentido de
innovación de Petty y las nuevas experiencias de los
Heartbreakers.