Grandote. de manos gigantes y ojos un poco saltones, tiene
toda la apariencia de un Cristo. No es un tipo atractivo, ni
despierta la hilaridad de posibles fans femeninas, pero su
postura en el escenario impone un respeto que va más allá
del que pueda generar su idoneidad musical. Aunque su
grupo (Vox Dei) pertenece a la segunda generación del rock
argentinos, él (Willy Quiroga) es uno de los músicos de más
edad dentro del movimiento: 28 años. Esa es, por otra parte,
la edad promedio de músicos que empezaron algunos años antes
que él: Ciro Fogliatta (organista de los Gatos), Moris,
quizás Pajarito y algunos que ya no están. Esos pocos años
más no lo separan generacionalmente de su grupo y aún menos
de su público. Al contrarío, parece otorgarles cierta
claridad que, en la confusión, algunos músicos más jóvenes
no pueden obtener. Por eso, para investigar en sus
pensamientos, Pelo lo entrevistó algunas semanas atrás para
que contara lo que prensa como hombre más que como músico.
No obstante, la tarea fue difícil: Willy insiste en
entremezclar su vida y sus pensamientos no sólo con su
condición de músico sino también con el hecho de ser el
bajista de Vox Dei. Sin embargo, más allá de las anécdotas
se pueden descubrir en él un juicio propio que,
desgraciadamente, no es demasiado común. Sus ideas, dentro
de un ambiente musical donde generalmente importa más el
continente que el contenido, es la comprobación eficaz del
cumplimiento de ciertos objetivos que se planteó Vox Dei
cuando inició su carrera, y que afortunadamente para el rock
argentino fue cumpliendo obstinadamente. Comprender lo que
dice puede abarcar dos caminos: adentrarse en la cuarta
parte del espíritu de Vox Dei o conocer la mente de un tipo
joven de hoy. Este es:
"QUERIA SER PILOTO" Nací en
Córdoba pero como me trajeron cuando tenía un año, de alguna
manera me considero porteño. Mi padre era industrial
panadero, ahora se dedica a otra cosa, tengo seis hermanos
menores. Al principio vivimos en Barracas, después nos
mudamos a la zona del Tigre, en realidad estuvimos viviendo
en otras partes también, pero las más importantes fueron
ésas." "Estudié sólo hasta tercer año de Nacional porque se
me había metido en la cabeza ingresar a la Escuela de
Aviación, quería ser piloto pero la cosa dejó de interesarme
y la abandoné." "Desde los 17 años practicaba con la
guitarra, al entrar a Vox Dei opté por el bajo porque me di
cuenta de que Ricardo era superior a mi con ese instrumento
y como el bajo siempre me había apasionado no tuve ningún
problema en cambiar."
"MUSICO DE CABARET" Durante
un tiempo trabajé ayudando a mi padre, hasta que comprendí
que era un oficio en el que yo no tenía futuro, la música
era lo que realmente quería y para ganarme la vida trabajaba
en cosas esporádicas: durante dos años trabajé, como músico,
en un cabaret." Se muda a Berazategui en donde vivió hasta
hace poco; cuenta su trayectoria musical "Como quería
hacer música formé un pequeño conjunto que no llegó a
trascender; conocía un poco a Rubén (Basoalto, actual
baterista de Vox Dei) y fui a buscarlo para proponerle que
tocáramos juntos, ese día no lo encontré, pero él también me
buscaba para integrar un grupo y empezamos a trabajar
juntos, en ese tiempos nos llamábamos Mach 4, este nombre
surgió en parte por mis estudios de aviación, técnicamente
la velocidad del sonido se designa con una abreviatura, Mach
1, nosotros queríamos cuadruplicar esa velocidad; pero como
el nombre no terminaba por conformarnos decidimos cambiarlo.
Un amigo que había leído en alguna parte la frase "Vox
populi, vox Dei" lo sugirió, nos pareció lindo y lo
aceptamos No tiene nada que ver con que después hayamos
hecho La Biblia como alguna gente cree"
CONSTRUYENDO
LA HISTORIA Con ingenuidad confiesa que no ha leído
demasiado: El Túnel de Sábato y algo de Dalmiro Sáenz, pero
se reconoce un apasionado de la ciencia ficción a la que
atribuye la facultad de ayudar a construir la historia:
"El submarino atómico es una realidad —explica— porque
precursores como Julio Verne pudieron imaginar que una
fuerza llegada de las estrellas, podía mover las máquinas.
Tenemos que ser conscientes que nosotros estamos
construyendo la historia para el futuro, que todos nuestros
actos, hasta los que nos parecen sin importancia pueden
llegar a ser indispensables, constituir la base de una nueva
filosofía por ejemplo.
LA PLENA DECADENCIA Sus
gustos musicales son definidos: Cream, Fletwood Mc, Frank
Zappa, un sonido fuerte, vibrante, a veces enloquecido,
sumado a una gran perfección técnica Observa con
preocupación la crisis por la que está pasando el mundo:
"Nueva York es para mí comparable a la antigua Roma, en
plena decadencia, eso explica que la juventud norteamericana
esté a la búsqueda de algo nuevo; Estados Unidos es uno de
los países con más conflictos, de ahí que surjan en él todo
tipo de movimientos, en su mayoría juveniles, que intentan
encontrar una receta que les permita ser felices. Tratar de
repudiar esta sociedad en masa —dice con énfasis— es un
error, hay que tomar de ella lo bueno y negar si, lo malo "
LA RELIGION La experiencia de pasar tres años de
escuela primaria en un colegio religioso lo enfrentó con una
tremenda dualidad: los encargados de corroborar la idea de
"Ama a tu prójimo como a ti mismo" y "Si te pegan pon la
otra mejilla" se desdecían en la práctica. Willy recuerda:
"Los curas pegaban y daban coscorrones sin razón aparente a
nuestro modo de ver, y eso nos confundía porque no coincidía
con lo que predicaban; por esa causa durante bastante tiempo
estuve alejado de la religión. Tal como está conformado, el
catolicismo no es más que un comercio; de otra manera podría
contribuir a mejorar lo que está pasando, todo tendría que
ser más claro, más simple"
CADA CUAL OYE LO QUE
OUIERE OIR Por momentos se transforma en un adalid a la
búsqueda de la verdad, tratando por todos los medios de
desbancar la mentira, repite una y otra vez: "No se debe
prejuzgar por ningún motivo, porque cuando se prejuzga a una
persona la realidad en la mayoría de los casos no coincide
con la imagen que nos hemos formado de ella y es muy difícil
que la gente cambie su primer juicio, por eso, muchas veces,
las relaciones humanas pecan de una falta de entendimiento.
Cada cual oye lo que quiere oír."
EL SABER Todo en
él trasunta una paz que es la que desea para el mundo, una
paz total que implica infinidad de cosas: el hecho de poder
moverse fácilmente sin fronteras que lo impidan, vivir y
dejar vivir. Willy Quiroga es una personalidad rara dentro
del ambiente musical argentino; se puede o no estar de
acuerdo con él pero de cualquier forma sus opiniones son
respetables porque son el fruto de una larga elucubración
que se trasluce en su manera de hablar reposada, de sus
juicios definidos; sabe lo que quiere y trata de realizarlo,
él lo explica con una frase: "El estar convencido de algo,
implica saber". Revista Pelo mayo 1971
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