Ñoquis de sesos - Papas a la lionesa - Crema de tapioca - Huevos revueltos a la indiana - Escalopes rellenos - Manzanas rellenas - Merluza Simone Algunas cosas eran anchas, o abundantes tal vez... ¿exageradas algunas?. Es probable, hoy, cuando lo mediano, la elección del término medio, la mitad del camino, etc. abunda, y es considerado como si fuera un símbolo de justicia... vaya a saber qué estructura de pensamiento globalizado lleva a pensar que en un pleito la mejor solución es el término medio... tal vez la sonrisa de Altavista recibiendo un Martín Fierro resulte exagerada, ni que hablar de un Fairlane tratando de estacionar en la céntrica Bmé. Mitre (perdón) o uno de aquellos patas anchas de Lady Levi's paseando por la peatonal Reconquista. La Nueva Fuerza de Chamizo prometía la joven solución, mientras Mñor. Caggiano exhortaba (disculpen) a que los sectores de jóvenes "progresistas" de la Iglesia Católica dejen de sembrar cizaña en el seno de la misma. El enemigo del cardenal, of course, eran los curas tercermundistas que se rebelaban a la autoridad. Otros que se rebelaban eran los galenos: "Cuando dice que nos descontarán del sueldo los días de huelga para darles leche a los chicos, el Ministerio de Bienestar Social (Francisco Manrique) olvida de señalar que con la plata gastada en solicitadas podría haberle regalado una vaca a cada pibe." Parece exagerada la cosa pero así venía la mano en el setenta y dos. Año en que la publicidad sostenía que había que utilizar, para esos cabellos abundantes y rebeldes "El nuevo fijador Gerhard en aerosol para peinados libres" (¿'la libertad con fijador'?). Otros a quienes no los movía nadie (del estrellato) pero eran rebeldes, eran Costa Gavras e Yves Montand con su Estado de Sitio, en filmación. George McGover y Richard Milhous Nixon buscaban el abundante voto juvenil, Tu Sam estaba a sus anchas con Los doce del Signo, Kenia no era un país sino que una aspiradora, Eber Lobato había largado a la Nélida y se juntaba con la Sissí, diente de leche Rousselot (disculpen) exageraba noticias en canal 9 y el ancho Rubén Peucelle era, justamente, el término medio de un luchador de catch, ni exagerado como Pepino el payaso, ni prudente como la Momia. La veda (pregunten a sus mayores chicos) no impedía que la carne abundara en La Rural: "¡Que dios te conserve ese cuarto trasero, ricura!" sostenía un toro dibujado por landrú!. Las vacas la pasaban bien, los perros estaban amenazados. Sí, amenazados, por una orden de desalojar un can fallada por la Suprema Corte de Justicia. El escritor Héctor Murena sostenía por Radio Municipal a este respecto: "Las ratas son libres y anárquicas; los perros, en cambio, son serviles y burgueses." |
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