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LA PINTURA
NO TRASCIENDE PERO LLEGA
Los estilos de la década -Pop, Op,
Psicodélico- no pasarán quizá a la historia, pero recogen la alienante realidad de una
época convulsionada. A la hora del recuento, a la vanguardia siguen estando los conocidos
de siempre: Picasso, Miró, Dali, Braque.
Una típica tela pop en que todo refleja la gran inquietud y los
cambios de los últimos diez años
La plástica actual tiene la
paradojal facultad de inspirar al mismo tiempo rechazo y atracción, de ser enemiga y
compañera del hombre contemporáneo, al presentar su alienación en una sociedad
desindividualizada. Una reacción bastante corriente ante las creaciones de los últimos
años es negarles la calidad de obras de arte y reconocerles, en cambio, la producción de
una penetrante impresión. En la Octava Bienal de Sao Paulo, Brasil, en septiembre de
1965, alguien dijo: "Esto no es arte, pero tiene algo que llega". Estaba parado
frente a una de las obras de Alberto Burri, ganador de la Medalla de Oro, en la que se
combinaban trozos de plástico derretido, con pedazos de arpillera y fragmentos de madera
chamuscada.
En el arte de esta década se ha producido una búsqueda desenfrenada de nuevas
formas de expresión, a raíz de lo cual las últimas producciones artísticas se han
distanciado del concepto vigente de plástica, mucho más de !o que antes hicieran las
obras más revolucionarias respecto de lo oficialmente aceptado. Sin embargo, logran
establecer con el espectador una extraña comunicación, como si a pesar de lo escandaloso
del cuadro o la escultura, éstos hablaran el escandaloso lenguaje del presente.
EL "POP ART"
Las tendencias del pop invaden hasta el maquillaje de las
mujeres que quieren estar "in" o sea a tono con la época
A comienzos de la década del 60,
en Inglaterra, surgió el llamado Arte Pop, que en principio sirvió para designar el arte
publicitario. La importancia de la propaganda comercial estimuló a un número cada vez
mayor de artistas a volcarse a esta actividad, pero el pop olvidó su origen y sólo
sobrevivió el nombre, porque el grueso público llamó pop a todo lo nuevo que se
fraguaba en materia de plástica. Aunque no es tarea fácil definir esta forma de
expresión, Richard Hamilton, uno de los padres y cultores más obstinados del arte pop,
dice que éste es: "Popular (concebido para un publico de masa), penetrante (que
ofrece una solución a corto plazo), consumible (fácil de olvidar), de bajo costo
(producido en serie), joven (dirigido a la juventud), ingenioso, erótico, festivo,
glamoroso y gran negocio".
La optimista definición no se ajusta, en verdad, a lo que el arte pop ha
demostrado ser en realidad, pero sirve como punto de partida para el análisis de los
valores de que él se ocupa. Tal vez su indiscutible adhesión a lo joven y lo popular
sean los factores que le abrieron en corto tiempo las puertas de una aceptación
considerablemente mayor que la que el público da, por regla general, a las expresiones
artísticas de vanguardia. Pop, sílaba que sugiere algo parecido a una burbuja o tal vez
el ruido que se produce al destapar una bebida, resultó adecuada para definir lo
indefinible y así pasó a ser pop todo lo violentamente contemporáneo: la vestimenta, el
ritmo, la actitud, el vértigo de lo que es joven y vital.
Es por ello que junto a un arte propiamente pop, que procura ser una expresión de
la sociedad actual, y que está concebido para esa sociedad sin alardes intelectuales ni
compromisos políticos, sociales o apostólicos, existen otras formas de expresión
contemporánea que erradamente son englobadas bajo el mismo denominativo. Lo pop se basa
en la aceptación de las cosas y realidades de una sociedad de masa, sin ánimo de
crítica, porque son verdaderas, buenas o malas en ese momento. El neorrealismo, en
cambio, no busca necesariamente la presencia de lo actual. El neodadá, según algunos, es
un arte de protesta y, por lo tanto, es comprometido. La nueva figuración no participa de
la aceptación de las cosas como centro de creación. Pero la subdivisión en secciones
del arte contemporáneo es muy difícil por lo difuso de las fronteras.
Después de decenas de años es que la plástica se abocó a lo abstracto y lo
simbólico, la crítica y los aficionados sintieron alivio al enfrentarse al pop, donde el
autor se encarga de explicar lo que ha tratado de expresar y ya no recae sobre coda
espectador la responsabilidad de interpretar la obra a su modo. A lo más se podrá estar
en desacuerdo con lo que el artista diga que ha dicho.
Pablo Picasso
LAS COSAS SIMPLES
El ensayo de aislar lo
propiamente pop de lo que a los ojos de los iniciados no lo es se estrella contra lo que
opinan sus mismos cultores. No existe una técnica pop, pues hay una absoluta libertad en
el uso de los medios de expresión. Sin embargo, el collage se ha convertido en uno de los
medios de expresión plástica más aceptados. Este procedimiento comenzó a usarse en las
primeras décadas de este siglo, cuando algunos experimentadores como Georges Braque, Max
Ernst, Joan Miró, Kurt Schwitters y Pablo Picasso pegaron en sus cuadros trozos de
materiales de color. Pero con el transcurrir del tiempo han ido creciendo, haciendo a
veces difícil discernir la frontera entre pintura y escultura.
Uno de los pintores pop de mayor éxito en los Estados Unidos es Roy Lichtenstein,
quien dice no saber qué es el arte que practica.
-¿Por qué una colina o un árbol son mas hermosos que un tarro de aceite?
Claes Oidenburg, otro pop de fama, señaló:
-La experiencia interpretativa es la creación de una realidad con lagrimas, como
si un pedazo de torta hubiera conquistado su responsabilidad moral.
En todo caso, ambos artistas dan importancia a las cosas simples y actuales,
productos de la sociedad de hoy, y procuran elevarlas a un lugar primordial, como ocurre
en el ejemplo del moral trozo de torta. La presencia de las cosas de todos los días es lo
que ha provocado en el público un sentimiento de simpatía. Sin embargo, este sentimiento
no es compartido por los cultores del arte op.
Anterior al pop como escuela pictórica, el "op" ha tenido menos
trascendencia en la plástica, lo que tal vez explique la enemistad entre los cultores de
una y otra tendencia. Víctor Vasarely, el padre del op, ataca:
-El pop es la concentración de lo popular y lo feo: mas artefactos sanitarios, mas
zapatos viejos, mas cacerolas abolladas, mas hot-dogs. . .
La búsqueda de medios de expresión llevó en esta década a los cultores del op a
la incursión pictórica de los efectos ópticos. Lo op, forma de pintura que persigue la
simple creación visual por medio de figuras que más parecen trabalenguas ópticos,
ejerció una aguda influencia en el público durante la primera mitad de la década, pero
en el mundo de la moda. Así fue como surgieron los vestidos, los trajes de baño, las
cortinas, los anteojos y los cinturones op. Un cáustico crítico, a fines de 1965,
despidió al arte op diciendo:
-Se desvaneció, pero solamente después de haber dejado al público sufriendo un
agudo astigmatismo.
Salvador Dalí
El ARTE PSICODELICO
EL experimento de liberar la
fantasía por medio de las drogas dio origen a una forma de expresión llamada arte
psicodélico, que resulta difícil de definir por cuanto no hay más doctrina que la
desinhibición del artista mediante compuestos químicos. El movimiento hippie ha
pretendido dar patente de legitimidad a un arte de las flores, en parte inspirado por el
LSD, que ha tenido una influencia en la tipografía, debido a la aceptación mundial que
tuvieron los posters hechos por los miembros del llamado Movimiento de San Francisco, que
en la plástica propiamente tal.
Una época de especial desorientación, como la actual, unida al impacto del arte
pop en el público, ha determinado en los últimos años una actitud de aceptación que al
mismo crítico que sepultó al arte op le merece esta frase de protesta:
-La consigna es que todo debe aceptarse, hasta el extremo de que si alguien
quisiera colgar su abrigo en un muro y llamar a eso arte, no habría inconveniente.
Y como efectivamente así ocurre, habiendo tantos abrigos colgados en el muro,
resulta difícil decidir cuáles son arte y cuáles no. En la Galería Pace, de Manhattan,
Robert Whitman, artista conocido por los happenings que ha montado y por sus
"esculturas cinematográficas", presentó un espectáculo denominado
"Oscuro", en el que por medio de rayos láser produjo efectos de luz y
movimiento contra los. muros en penumbra. Tal es la obra de arte dinámica, sin existencia
permanente, que ha surgido al no satisfacer a los artistas lo puramente plástico y les ha
llevado a explorar nuevos campos mediante la pintura y escultura cinéticas.
La escultura sigue líneas similares a las de la pintura: incorpora objetos reales
-tuercas, chapas, tornillos, molduras, grifos de agua- y se proyecta a las cosas actuales.
Rechazarlo o aceptarlo resulta prematuro.
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Salvador Dalí
Cada vez con mayor frecuencia la gente se pregunta si es arte lo que se exhibe como
tal
Pablo Picasso
En 1963 terminó la
carrera de George Braque, considerado "un abrigo en el muro". Junto con Picasso,
se inició en el collage y dio forma al movimiento cubista. Nacido en 1882, alcanzó a
conocer en esta década las obras creadas por los artistas pop y op, enemigos
irreconciliables y que para el grueso público sólo se diferencian en una "p".
Pero también pudo comprobar que a la vanguardia pictórica de la década marchan
veteranos conocidos: Picasso, Miró y, más atrás, el inefable Salvador Dalí.
EN AMÉRICA LATINA
Antonio Berni, argentino, obtuvo el Gran Premio de la
Exposición de La Habana en 1969
Todo lo que ha ocurrido en la
pintura latinoamericana es una réplica, a veces bien hecha, de las tendencias vigentes en
Europa o en Estados Unidos, con el retraso correspondiente. Hay excepciones, sin duda,
pero muy recientemente se comienza a buscar expresiones propias. Nadie puede discutir la
categoría de los grandes nombres, pero no ha terminado aún la llegada de influencias que
rebaja a los artistas de su condición de creadores a la de meros ejecutantes. En forma
muy optimista se afirma que de asimilar tendencias se ha pasado a compartir iniciativas.
En realidad, hasta el surgimiento de la Bienal de Sao Paulo, el interés de los medios
artísticos se concentraba en los países tradicionales, pero estaría produciéndose el
desplazamiento de la atención hacia el valor y la originalidad de los artistas de
América latina, alentando regularmente su inquietud creadora y convirtiéndose en un
nuevo centro de atracción mundial. Sin embargo, los mismos catálogos que reproducen las
obras enviadas a la Bienal de Sao Paulo más parecen un muestrario del mar de tendencias
de los últimos diez anos, olvidando que el lugar de su destino del artista
latinoamericano es un teatro formidable, donde los elementos se deben dejar que corran
libremente en su imaginación con todo su poderío.
Con el desarrollo de las comunicaciones, en defensa de los artistas se ha planteado
esta interrogante: ¿Es posible, acaso, liberarse de las influencias? Los contradictores
señalan por su parte que los jóvenes norteamericanos con la influencia europea crearon
sus propias escuelas, y en el caso concreto del pop, tras adoptarlo y magnificarlo, de
"un arte que se parece", llegó a ser un arte de típico corte norteamericano.
Al adoptar América latina el pop, que critica la sociedad del tener, ¿se está
coincidiendo con nuestra realidad, con nuestros problemas? Al parecer no sería sino un
atisbo de rebeldía frente a un eslabón más de la cadena de sumisión, adoptando
protestas de otros pueblos, incluso algunas universales, pero dando vuelta la espalda a
los motivos locales de protesta.
El pintor chileno Alberto Pérez, director del Museo de Arte Contemporáneo, fue
miembro del jurado en la Exposición Internacional de La Habana de 1969, y tuvo ocasión
de ver y juzgar lo más reciente en plástica. Muchos cuadros le dieron la impresión de
haberlos visto antes. El jurado otorgó el Gran Premio al argentino Antonio Berni,
septuagenario artista que juega un gran papel plástico hoy día, y que está siempre
preocupado de los personajes típicos del submundo de su país, el hombre desplazado que
vive en las "villas miseria". En sus óleos o collages, trabajos en tela o
madera, encara las tremendas contradicciones que existen en nuestro continente:
-Sin tratar de determinar quiénes son buenos o juegan un papel, porque no se trata
de eso -dice Alberto Pérez-, los que dejan una huella en la década son el chileno
Roberto Matta, con su gran tonicidad en su manera de ver el mundo; el argentino Julio Le
Parc, que aplica técnicas mixtas; el mexicano Rufino Tamayo, que presenta la soledad y
abandono del hombre americano; Berni, y un grupo de artistas cubanos que en el
silk-screen, la técnica del futuro, se hallan a millas de distancia.
Una experiencia novedosa se está practicando en Cuba, donde 18 pintores preparan
cuadros que podrán ser reproducidos y expuestos en calles y caminos. En cierto modo se
está de acuerdo con lo que piensan los artistas pop, que rechazan la consideración de
sus obras como un bien mueble afecto a la plusvalía y predican la negación del arte
eterno, pues sus obras pueden ser reemplazadas y de hecho usan materiales deleznables.
Humberto Peña, Félix Beltrán, el autor de portadas de la revista "Bohemia";
Fremez y el realizador de afiches Bachs, se cuentan entre aquellos que están proyectando
sus obras para que sean ampliadas hasta seis metros de largo, susceptibles de reproducirse
por medio del silk-screen, y que al cabo de un tiempo serán cambiadas por otras, al
pegarse sobre ellas una nueva obra.
Aun es prematuro llegar a alguna conclusión en la búsqueda que hacen los artistas
de una expresión auténticamente latinoamericana. Sin embargo, hay un atisbo de lo que
puede venir en la próxima década, y esa impresión de anticipación se produce cuando
los críticos observan una obra que puede ser una repetición de una corriente en boga y
descubren algo que hay dentro y que tiene una raíz que no está en Europa ni en Estados
Unidos. Por ahora les resulta muy difícil describirlo.
"ir más allá de lo plástico para llegar al alma de las
cosas" es la premisa de Joan Miró
El pintor chileno Roberto Matta (en 1963) y su personal visión
del mundo y la realidad
LOS TRES CATALANES
Una encuesta hecha por la revista
"France Connaissance des Arts", entre los más destacados críticos,
historiadores, directores de museos y comerciantes en arte, sobre cuáles eran los diez
mejores pintores vivos, ocuparon los dos primeros lugares Pablo Picasso y Joan Miró. Los
dos patriarcas catalanes -al igual que Salvador Dalí, el niño terrible del surrealismo y
el arte psicoanalítico-, aunque nacidos en el siglo XIX, en medio de la vorágine de
cambios plásticos de la actualidad, han conservado una vitalidad y un vigor juveniles que
los sitúan en la vanguardia de la década del 60.
Picasso fue aclamado en 1966 como el gran genio actual, en la exposición
retrospectiva organizada por el Gobierno francés para conmemorar el 85° aniversario del
artista. En esa ocasión, el público tuvo oportunidad de conocer la obra escultórica de
Picasso, "ese arte de la mano izquierda", como él lo llamó. Después de haber
sentado normas plásticas por más de medio siglo, la obra posterior a 1960 fue la que
más impresionó a los espectadores por su vitalidad, efervescencia y erotismo, cualidades
difíciles de esperar en un artista octogenario. Picasso representa el creador en el
sentido integral del término, que interpreta al mundo con una visión personal que no se
encuentra en absoluto ajena la época. Su obra es trascendente y para siempre,
representando a uno de los últimos artistas que van más allá del criterio
contemporáneo en relación a la perdurabilidad o mutabilidad del objeto artístico.
Igual que Picasso, Joan Miró, nacido en Barcelona en 1893, se encuentra en la
actualidad en la plenitud de su energía creadora y ha llegado a esta década convertido
en uno de los más activos e influyentes artistas del siglo. Su influencia se ha hecho
sentir principalmente en la pintura surrealista y en toda una gama postcubista que va
desde el expresionismo abstracto hasta el arte pop de creadores como Lichtenstein, que lo
reconocen como precursor. La obra de Miró, simple en su resultado final, compuesta de
figuras muchas veces elementales y acaso infantiles, es el producto de una incesante
investigación en que la versión definitiva tiene el mérito de salir corregida y
simplificada.
Delatando su paternidad del pop, manifestó recientemente en su casa de campo en
Mallorca, donde saca su inspiración fundamentalmente de la música:
-Yo he querido penetrar en el espíritu de los objetos: ir mas allá del aspecto
plástico para llegar al alma de las cosas -y añade como explicación del proceso
creativo-: Después de la primera explosión espontánea de inspiración, vienen los
meses, a veces los anos, de revisión.
A diferencia de Picasso, Miró ha permanecido en España, sin romper sus relaciones
con el gobierno del generalísimo Francisco Franco. En los últimos años ha trabajado en
murales para el aeropuerto de Barcelona y para una radioemisora de Berlín Occidental.
Además prepara un poster para las Olimpíadas de 1972.
El tercer catalán que viene haciendo noticia desde hace anos es Salvador Dalí,
nacido en Figueras en 1904. Considerado por muchos como "un farsante con facilidad
para pintar", él se ha proclamado "genio" en cada una de sus exhibiciones
de gran teatralidad. Expulsado de la Academia de Bellas Artes de Madrid, luego de la
influencia del Art Nouveau, se hizo surrealista, neosurrealista y finalmente creó lo que
llamó el arte psicoanalista. Dígase lo que se quiera sobre Dalí, no se puede desconocer
que ha tenido influencia en la plástica contemporánea y se mantiene como una primera
figura en el campo del arte, al margen de la publicidad con que rodea lo suyo y sin
agregar su refrescante sentido del humor.
Los elementos cotidianos son elevados a la categoría de arte
continúa
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