|
Desde que el rock
surgió en Buenos Aires, hace más de diez años, Alfredo Toth siempre estuvo ligado a
él. Por su historia personal, su visión de la música que emergió del rock se basa en
la experiencia directa, y, por los cambios producidos en estos últimos años, actualmente
su opinión es una mezcla de optimismo y escepticismo.
Dejar atrás el recuerdo de Los
Gatos, aquel grupo que removió los cimientos de la música pop en 1967 al incorporar el
rock cantado en castellano, es una meta a la que llegó Alfredo Toth, actual bajista de
Los Desconocidos de Siempre. Un logro que siempre comenta con cierto y notorio alivio.
Seguramente, porque el estigma de ser precursor ha inmovilizado a muchos músicos, que
sólo pueden vivir de nostalgias.
Luego de la separación de la
segunda y poderosa formación de Los Gatos, la frustración más difícil de digerir para
Toth fue el grupo Sacramento, donde también tocó Ciro Fogliatta, ex compañero de Los
Gatos. En esa banda, particularmente enérgica y rockera, depositó muchas expectativas
que no lograron continuidad.
Su larga experiencia se
contradice con su cara, tan adolescente como la de sus comienzos. Esa es la razón por la
que sus amigos León Gieco, Oscar Moro y los demás integrantes de Los Desconocidos de
Siempre lo apodan "Dorian Gray", aludiendo a la obra de Oscar Wilde cuyo
personaje central vende su alma para mantener su eterna juventud. Sin embargo, Toth no ha
vendido su alma para conservar el éxito perenne, sino que prefiere archivar el recuerdo
de otros sucesos y dedicarse a tocar la música de hoy para la gente de la nueva
generación.
Nostalgia y fracasos
Para mucha gente los Gatos son
una nostalgia. ¿Para vos también?
Si, seguramente. Pero es como una
cosa que ya pasó. A mi me hablas de los Gatos, y es una especie de sueño en el que se
recuerdan cosas gratas. Es una nostalgia no sólo por todo lo que pasó musicalmente en
ese momento, sino por lo que vivíamos a nivel grupo. Vivíamos todo al mango.
Por lo que decís, parece que los
Gatos son un recuerdo que querés dejar bien enterrado.
Y... si. Para mi pasó hace mil
años, y son diez. Es mucho tiempo. Pero me sirvió totalmente. Todo lo que aprendí lo
aprendí en ese grupo. A partir de los Gatos, con Moro y Ciro pudimos bancarnos un buen
tiempo en los Estados Unidos para escuchar a alguna gente; ese viaje lo hicimos con el
producto de nuestro trabajo en unos carnavales. Cuando regresamos fue cuando se integró
Pappo y cambiamos bastante. Fue la época de más polenta de los Gatos, hicimos más rock
and roll.
Pero Sacramento también fue un
grupo de mucha polenta.
Si. es verdad. A mi me gustaba
mucho. Pero fue un esfuerzo sobrehumano y un montón de cosas resultó al revés de lo que
pensábamos: nos pasamos ensayando más de un año, y grabamos un álbum que mataba, el
segundo; pero la compañía no lo sacó y no podíamos trabajar sin disco. Eso nos llevó
a la separación.
¿Ese fracaso lo sentís como una
frustración?
Si, totalmente. Estábamos al
mango y además sonábamos bien, de verdad. Aparte nos llevábamos bien grupalmente, que
también hace a la cosa. Nos quedamos frustrados. Era un grupo para salir fuerte. El
primer álbum fue algo como tirarse a la pileta, porque no estaba muy, muy elaborado, pero
el segundo mataba.
Desde entonces hasta ahora, ¿te
pudiste sacar esas ganas?
No, me quedan las ganas. Me
gustaría integrar un grupo que haga música fuerte, poderosa.
¿Como la etapa final de Los
Gatos?
Si, absolutamente. No sé si rock
y blues, porque hacer música con fuerza, en este momento, no significa que lo único que
me gusta hacer es rock and roll y blues. El rock y el blues me siguen gustando, los
escuché en un comienzo y me quedaron, pero ahora me gustaría hacer otra cosa. Hacer
música fuerte con la que subís al escenario y te sentís al mango. Esto no quiere decir
que con lo que estoy haciendo con Los Desconocidos no estoy al mango, pero es mucho más
contenido.
Más movimiento
¿El rock en la época de Los
Gatos provocaba una participación mas directa e inmediata que la música que se hizo
después?
Si, se perdieron cosas. Se
perdió un diálogo más fluido con las audiencias. Eso es el rock and roll: es un
contacto físico.
¿Estás de acuerdo con la
música que se está haciendo ahora?
Si, con algunas cosas si. Es como
que recién ahora hay un poco más de movimiento. Hasta ahora hubo un bajón terrible, no
pasó absolutamente nada. Los grupos que me copan son Raíces, Seru Giran, Porchetto. La
primera vez que escuché a la nueva banda de Porchetto en Parquerama me dio vuelta, me
asombró, porque estaba acostumbrado a las cosas que conocía de Porchetto. Pero él está
haciendo ahora una cosa totalmente diferente. |
Desde el escenario, entre los
músicos, ¿percibís algún indicio de renovación?
Te cuento lo que me pasaba con la
música de Porchetto, para citar un ejemplo práctico. Antes escuchaba de él melodías
impresionantes, me gustaba, me agradaba. Raíces también me gustaba, pero parece que la
gente recién ahora comienza a descubrirlo. Raíces tocó en un festival en Córdoba con
gran éxito. Pero ahora con las dos bandas me pongo a bailar, me mueven. El baile no tiene
nada que ver con la música bolichera. Cuando voy a tocar a festivales, me pongo a bailar.
Y la gente, por una serie de prejuicios, no lo hace. Pero, por ejemplo en el festival que
se hizo en Córdoba, con Raíces fue impresionante que cinco mil personas se levantaran y
se pusieran a bailar, o que bajo un verdadero diluvio se bancaran un espectáculo y
bailaran; fue algo total. A mí eso me erizó la piel. Cuando fuimos a tocar a Mar del
Plata, la gente estaba también predispuesta, pero los organizadores cometieron un error
muy grande: tocamos en un estadio de fútbol donde se levantó el escenario en medio de la
cancha, muy lejos de la gente. Se cortaba el clima. Pero es como que la gente se está
despertando o necesita despertarse. Y eso tiene que ver con el despertar, entre los
músicos, de buscar más polenta. Es algo reciproco. La gente y cada uno de los músicos
necesitan dar.
Música prefabricada
¿No te afecta dejar de dar en tu
condición de compositor, además de instrumentista, por no tener tu propio grupo?
Hasta el momento, no. Además,
dentro del grupo de Nito, cada uno es libre de hacer y dejar de hacer, lo que quiera. Es
el caso de Gorosito y el "Mono" Fontana. No sé qué me pasa, porque a veces
necesito, hacer otra música.
¿Qué fue lo que hizo despertar
tu vocación por el rock, que no abandonaste hasta ahora, a pesar de que en tu
adolescencia había otros ritmos de moda?
Es difícil de explicar. La
sensación física que me produjo fue clave. En aquel entonces, el rock me dio vuelta la
cabeza. Lo primero que escuché fueron los Beatles, cuando sacaron un álbum doble. Pero
cuando escuché a los Rolling Stones mi cabeza giró, giró y giró...
¿Eso tiene puntos de contacto
con la "nueva ola"?
Si. Pero, sacando a Bob Marley y
el reggae, la "nueva ola" es una música que no me llega; no sé por qué. Me
parece que es como prefabricada.
¿Te pareció más honesto el
punk rock?
No sé si fue más honesto...
¿Se puede requerir honestidad a
esta altura de la industria musical?
No sé tampoco (risas). Me
refiero a que el punk y la "nueva ola" no me parecen espontáneos.
¿Eso implica que todo le que se
graba y crea está pautado por intereses industriales?
No totalmente; hay músicos que
no entran en esa variante, pero en la mayoría de los casos es así. Además, es natural
que sea así; llega un momento en que uno se plantea qué es lo que hay que darle a la
gente. En los Estados Unidos pasaron de la música al espectáculo visual, por ejemplo.
¿La generación de músicos de
tu edad puede comunicarse con la generación de actuales adolescentes?
Si, no he sentido rechazo de la
gente más joven que yo (tiene 30 años). Pienso que esa diferencia no la tienen en
cuenta.
Después del bajón que hubo hace
dos o tres años, ¿por qué al rock le cuesta restablecerse?
Porque, después de cada bajón
que pudo tener el movimiento, siempre le cuesta salir. Durante ese bajón, no estuviste
tirado panza arriba esperando que pasara algo, sino que estuviste al mango y se siente una
especie de cansancio. Pero cuando se da lo que comentaba antes, que la gente comienza a
despertarse, es como que se cargan de nuevo las pilas.
Luego de Almendra y Manal,
¿existe algún proyecto de reunir a los Gatos?
No, ninguno. Que yo sepa... |