Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Revista Primera Plana

CARTA AL LECTOR
22 DE ENERO DE 1963
*En el pasado número de PRIMERA PLANA, la foto de la semana fue un documento gráfico sobre las deplorables condiciones del servicio ferroviario en la Argentina. (En rigor, se viaja en condiciones más humanas entre Leopoldville y el puerto de Matadi, en el convulsionado Congo, que —por ejemplo— entre Buenos Aires y Salta por el ferrocarril de trocha angosta.) Esta semana hemos interrogado exhaustivamente al ministro de Obras y Servicios Públicos, Horacio Zubiri, un joven ingeniero que, aunque no se presenta por televisión ni es amigo de publicidades excesivas, dice tener soluciones para tan grave problema. (Páginas 20 a 22.)

*En este país ha surgido un genio. Todavía no se sabe si es un genio del bien, con mala suerte, o un diabólico espíritu del mal, también con mala suerte.
Centenares de ciudadanos se han apasionado tanto como para pagar solicitadas en los diarios con el objeto de discutir este dilema: ¿Es Alberto Natín, el creador de ONAPRI, el más gigantesco estafador de la historia policial argentina, o sólo se traía del hombre de negocios más honrado, pero menos afortunado, del país?
Si Alberto Natín hubiera aplicado su innegable talento a —por ejemplo— las investigaciones científicas: ¿ qué maravillosos descubrimientos hubiera sido capaz de realizar?
Y por último: ¿Pagará Alberto Natín? Si es honrado: ¿Pagará a sus innumerables acreedores? Y sí no lo es: ¿Pagará su deuda con la sociedad? (Página 26.)

*Kennedy y Kruschev, a quienes alguien llamó los mejores enemigos del mundo, hablaron la semana pasada, uno ante el Congreso de su país, rindiéndole cuentas sobre la acción oficial en el último año, y otro, desde Berlín Este, dirigiéndose a todo el mundo comunista, hoy claramente escindido en dos corrientes.
Los dos hombres parecen acercarse cautelosamente a una negociación positiva, porque sus respectivos países están abrumados por los gastos militares y porque ellos no ignoran que los dogmáticos de ambas partes —-en especial, el belicoso régimen de Pekín— podrían todavía reavivar el peligro de guerra. Kennedy pronunció palabras muy sugestivas: en realidad, ellas contienen una invitación a Rusia para que permita un acuerdo de desarme, aceptando la inspección recíproca, antes que China haga estallar su primera bomba atómica, (Páginas 12 y 13.)

*Dirigir a los 25 años uno de los films más revolucionarios de la historia del cine y hacerlo en Hollywood, un mundo que desdeña y teme las revoluciones, necesita una conjunción de genio y audacia.
Eso fue "El ciudadano"; pero genio y audacia no le sirvieron luego a Orson Welles. Durante dos décadas se convirtió, de niño prodigio, en hombre gritón, en una conjunción de talento y cólera.
Otra obra revolucionaria le ha permitido, ahora, reanudar el camino empezado e interrumpido en 19411 "El proceso", de Franz Kafka, se acaba de presentar como el golpe de un genio. En páginas 37 a 39 se revive esos veinte años de ostracismo y el brillante, pero áspero —áspero por la espera, por el dolor acumulado, por la incomprensión probable— triunfo de hoy.

*El año pasado, las páginas de los diarios se tiñeron de sangre con los viejos casos trágicos: boxeadores muertos a golpes en el ring, hombres luchando durante semanas, después de la pelea, para escurrirle el cuerpo a la muerte o a la locura.
Mucho se ha escrito sobre el drama —doblemente dramático por ser voluntario—- de los boxeadores profesionales. Pero sólo en contadas oportunidades se ha podido ofrecer un testimonio tan directo y actual como el que en este número ofrece nuestro columnista de deportes, Alberto Laya. (Página 64.)
Hasta el próximo martes.
EL DIRECTOR

 

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