Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

Dibujo de la Revista Mutantia
Revista Primera Plana

CARTA AL LECTOR
EL HOMBRE DEL AÑO:
Cuando se planteó en la redacción de PRIMERA PLANA el problema de designar el "hombre del año 1963", en la Argentina se desató una complicadísima esgrima de nombres y argumentaciones. El debate se dividió en dos etapas: en la primera, se trató de recoger el mayor número de sugerencias, sin entrar a discutirlas ni valorarlas; en la segunda etapa, los jefes de redacción y el director con sus asesores analizaron uno a uno los nombres reunidos y fueron eliminando posibilidades. Lo curioso es que el nombre del coronel Alcides López Aufranc no figuraba con demasiada reiteración en las listas iniciales. A esa altura del trabajo, un comentario formulado al azar dio ya un indicio de cuál seria, en definitiva, la decisión más justa: "¿López Aufranc? Bueno, yo no había pensado en él porque. . . como nunca hace nada, salvo en los momentos de crisis. . . como él se limita a estar ahí...". Finalmente, López Aufranc, el hombre que se limita a estar ahí para los momentos de crisis, fue elegido el hombre del año 1963, uno de los años más críticos de la reciente historia argentina (ver páginas 7 a 9).

*EL MAR: La alta montaña, la selva, el desierto, son todavía rincones de la naturaleza que proponen al hombre moderno la fascinación de la aventura, en un mundo resguardado, mecanizado y mensurado matemáticamente. Queda otro enigma, infinitamente más misterioso y atractivo: la profundidad del océano, surcada por formas de vida desconocidas, poblada por leyendas de tesoros y piratas, de heroísmo y de audacia. Desde la más remota antigüedad, así como quiso volar, el hombre quiso descender a los abismos marinos. Los pescadores de perlas de Ceilán, Leonardo da Vinci, el profesor Piccard y el comandante Cousteau son algunos de los nombres vinculados a la historia de esa conquista que —en la era del cohete a la Luna— la humanidad sólo acaba de iniciar. Los argentinos no permanecen ajenos a los movimientos mundiales en tal sentido, y el informe especial de las páginas 20 a 23 lanza una ojeada sobre el pasado y las perspectivas de tales actividades en el país. Más allá, es también una invitación a participar de la aventura submarina, con precisos datos sobre técnicas y equipos.

*BOLSA: Los inversores de la Bolsa de Valores afectos a las estimaciones dijeron, apenas finalizado el año: "Ni ganamos ni perdimos; en 1963 empatamos". Poco después recibieron
la confirmación de esta primera impresión, cuando los índices extraoficiales de las cotizaciones del mercado daban un levísimo repunte del tres por ciento para el nivel general. De todas maneras, los menos ambiciosos se conformaban con que no se hubiera repetido la experiencia de 1962, cuando el promedio de cotizaciones bajó bruscamente un treinta por ciento, dejando un tendal de víctimas. Pero con los promedios sucede que no corresponden a una realidad concreta, sino a una estimación general; así, pues, los accionistas que invirtieron dinero en la Bolsa en 1963, perdieron y ganaron, como debe ser. Si compraron, antes del alza, títulos de azucareras o firmas alimenticias, pueden haber hecho jugosos negocios. Pero el mejor de todos los negocios consistió en comprar oportunamente papeles de una firma electroquímica que se valorizaron en el año en un 417 por ciento (ver páginas 52 y 53).
Hasta el próximo martes.
EL DIRECTOR
7 DE ENERO DE 1964
DIRECTOR JACOBO TIMERMAN

Dibujo de la Revista Mutantia

 

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