Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 


Revista Gente y la Actualidad

Revista Gente y la Actualidad
11.11.1971
DETRAS DE LA ESCENA
Siempre estamos apurados, siempre estamos corriendo detrás de las notas. Es verdad, pero como se trata de una carrera que se hace con ganas, uno descubre de pronto, sin pesar, que los días, semanas y meses a veces no tienen fin. Por ejemplo, Serra y Legarreta no tuvieron su "week end" y tampoco lo tendrán la semana que viene. El viernes por la noche partieron rumbo a Montevideo donde vivieron durante tres días la euforia y la tensión del pueblo uruguayo a tres semanas de las elecciones. El martes, al regresar todavía soñolientos, los recibió una sorpresa: "Se van esta noche a Chile: se confirmó para mañana la visita de Fidel Castro y tienen que seguirlo". Por supuesto que cuando preguntaron cuáles eran las instrucciones se les respondió, como siempre, que cubrieran todo. Entonces, después de armar la primera nota sobre el Uruguay que va en este número, Serra y Legarreta, ya con los pasajes en el bolsillo, debieron afrontar otra tarea: dejar lista la segunda sobre las elecciones en el Uruguay, que saldrá en el próximo número. Después, sin tiempo para modificar el contenido de las valijas, salieron disparando para Santiago. Amenazaron con tomarse francos cuando regresen... La ilusión es algo importante en la vida de todos.
Otros dos que anduvieron a las corridas fueron los juveniles Dimas Suárez y Juan José Pérez. Tenían que seguir a Clay a todas partes y pescar todo lo anecdótico o informativo, pues la nota central había sido encomendada al escritor Abelardo Castillo, ya conocido por los lectores de "Gente". Castillo cuenta todo lo que vio —y lo que no vio, que en este caso también es importante— en el estadio de Atlanta. El resultado fue un copioso material exclusivo. Después de la implacable persecución de casi 48 horas, Suárez anunció públicamente que se iba a dormir y, entonces, desde el fondo de la redacción, se oyó un nítido "pobre. . .", Por supuesto era por Clay, que al despedirse en Ezeiza suspiró aliviado.
Renée Sallas estuvo por General Rodríguez y vino entusiasmadísima. "Somos gobierno", decía sonriente y caminaba en puntas de pie para tratar de ver todo desde un panorama más dominante. Venía de hacerle una nota al intendente, que en realidad es "intendenta". La señora Pura Mariana de López Jové debe de haberle dicho más cosas de las que Renée cuenta en su nota, pues lo primero que dijo que que le parecía fascinante eso de manejar una ciudad. Por ahora, para intranquilidad de todos, lo único que Renée maneja es su Fiat 600. De cualquier manera, que se vayan preparando en Vicente López.

Santiago Pinasco

 

 

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