Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

Tapas de Revistas
Revista Siete Días Ilustrados

Revista Siete Días Ilustrados
19.07.1971
En este numero

Hace exactamente 35 años, Melilla, una ciudad del Marruecos español, fue el escenario inaugural de una batalla que se prolongó tres años, sin contar las sangrientas represiones que la sucedieron. En efecto, la Guerra Civil Española configura una de las más siniestras calamidades que soportó la humanidad en el siglo XX, al punto de que las heridas y rencores que provocó no han cicatrizado todavía. El tema de esa lucha fratricida fue analizado en minucia a través de miles de ensayos y crónicas, frecuentemente teñidos por el pasionismo o, si no, poseídos de una clara tendenciosidad; un hecho que demuestra, entre otras cosas, que las huellas del cruel enfrentamiento conservan su frescura en la memoria y el ánimo de los españoles. Un grupo de ellos —historiadores— dialogó la semana pasada con Armando Puente, corresponsal de SIETE DIAS en Madrid, para desbrozar puntos oscuros, despejar leyendas y revelar, con fría objetividad, la verdad sobre el trágico proceso. Estas revelaciones —que arrancan en la página 8— proveen elementos para el asombro a la vez que ratifican la muy divulgada creencia de que España sirvió de campo de adiestramiento a las fuerzas que luego dirimirían la Segunda Guerra Mundial. Lo cierto, en fin, es que el 17 de julio de 1936, a las cinco de la tarde, el asalto a Melilla liberó odios y fuego, desató una avalancha de ideas encontradas, aún vigentes. De otro modo no se justificaría el fervor con que trabajan los estudiosos de esa hecatombe.
•Dos hombres de SIETE DIAS, los únicos periodistas argentinos, asistieron el día 9 a las exequias de Louis Armstrong, en un modesto templo neoyorquino (foto). Sin música ni pompas, tal como lo exigió la mujer de Satchmo, el capítulo más brillante de la historia del jazz fue clausurado, así, con silenciosa austeridad. Las impresiones de los enviados de la revista, ilustradas con fotos en colores, empiezan en la página 44.
•Recorrer Buenos Aires es una cosa; conocerla, saber dónde encontrar los testimonios arquitectónicos de su historia o hurgar en el anecdotario que puebla sus calles es, en cambio, tarea distinta. Lo saben bien los habitantes del interior del país llegados a la capital del mundo latino durante las vacaciones escolares de invierno: una curiosidad más de Buenos Aires es la de Carecer de estructuras turísticas realmente idóneas, de por lo menos una guía que vaya más allá de la consabida visita a la Boca o el paseo por la calle Florida. Pensando en esa carencia y también en los cada vez más numerosos contingentes turísticos que arriban del exterior —muchos de ellos merecían este esfuerzo: además de ser la revista más leída en el interior de la Argentina, SIETE DIAS cuenta con numerosos lectores foráneos— tres redactores se abocaron a la elaboración del informe que se brinda a partir de la página 22. Aunque —naturalmente— no fue posible pasar revista a todos los centros de interés de Buenos Aires, se intenta brindar una perspectiva turística original: por eso el texto cambia de rumbo constantemente, propone un itinerario por la ciudad vieja a la vez que explica por qué hay que mirar la espada de cierta estatua, dónde comprar bocinas de Cadillac o postres árabes, cómo encontrar una calle de Andalucía en pleno barrio Once o la mejor terraza para admirar la prodigiosa dimensión de la megalópolis.
•A la par de sus tareas en periodismo, los hombres de SIETE DIAS suelen destacarse en otras actividades. Pero —con la sola excepción del dibujante Quino, ampliamente conocido en Europa— ninguno ha acaparado la atención mundial como el redactor José Tcherkaski, en su condición de letrista del cantante Piero: junto con el celebrado compositor ítalo-argentino, el arreglador y director de orquesta Jorge López Ruiz y un fotógrafo de SIETE DIAS, presenció —el pasado 3 de julio, en Split (Yugoslavia)— cómo Pico arrebataba a los europeos el premio al Mejor Intérprete, conquistando así su cuarto trofeo internacional. No bien terminaron los festejos, Tcherkaski retornó a su personalidad de periodista: lo primero que hizo fue cablegrafiar a SIETE DIAS el informe que se publica en la página 14.

 

siguiente en la sección