Revista Siete Días Ilustrados
05.06.1972
EN ESTE NUMERO
En el vértice que forman la avenida General Paz y el
Riachuelo, a espaldas del Autódromo Municipal, el paisaje
que ofrece Buenos Aires puede resultar, para un observador
foráneo, absolutamente increíble. La zona se conoce con el
nombre de Bajo Flores; con más propiedad, La Quema. Tiene
todo el aspecto de ser un suburbio del Infierno o de
constituir la afiebrada escenografía de un film de Fellini,
sobre todo porque está habitada por una multitud de
personajes taciturnos, poco afectos al diálogo, nada
gustosos de enfrentar a un fotógrafo. Pocas veces el
periodismo se aventuró en esa área, ya que la hermeticidad
de sus ocupantes conduce al infortunio, con algún riesgo
personal. Aun así, y en vista de que La Quema está en vías
de desaparecer, dos hombres de Siete Días invadieron el
páramo, lo recorrieron de uno a otro confín, conversaron con
los cirujas —exponentes de esa especie en extinción— y
obtuvieron testimonios y fotos dignas de integrar un
muestrario de Buenos Aires insólito. Ese material insume
ocho páginas de este número.
Aunque por otras razones, no menos valor documental tienen
las ilustraciones que ocupan parte del pliego central que
registran, por primera vez, la salvaje arremetida de las
aguas del lago Rico (un brazo del lago Argentino, en la
provincia de Santa Cruz) pugnando por escapar del encierro a
que lo somete el ventisquero Perito Moreno. El espectáculo
de ese fenómeno —rarísimo, tal vez único en el mundo— se
brinda en toda su majestuosidad.
Tónica más intimista, pero no por eso carente de grandeza,
tienen algunas investigaciones propias y otras que Siete
Días recogió de sus servicios exclusivos: una de ellas
escruta la posibilidad de que Pablo VI renuncie al trono de
San Pedro; otra, una radiografía del portaaviones
norteamericano que opera en aguas vietnamitas; una tercera
descubre la intimidad de Independiente, el flamante campeón
de la Copa Libertadores.
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