Revista Siete Días Ilustrados
12.06.1972
EN ESTE NUMERO
Desde que al bueno de Juan Gutenberg se le ocurriera, hace
532 años, inventar la imprenta de tipos móviles, dos grandes
vertientes se abrieron en cuanto al tratamiento de la
información (esto es: no en lo que hace al arte literario
sino a la trasmisión de conocimientos, a su difusión
masiva). Por un lado hubo quienes prefirieron el estudio
sistemático de un tema durante un lapso más o menos
prolongado, y su desarrollo exhaustivo en una obra extensa:
libros técnicos, ensayos y enciclopedias se inscriben en esa
corriente. Por el otro lado, algunos editores creyeron más
útil informar rápida y concisamente de los diversos hechos
que fueran aconteciendo en cualquier campo de la actividad
humana: con ellos nació el periodismo diario, perpetuado en
los tiempos actuales con los noticieros de radio y
televisión. Desde su nacimiento, Siete Días —que
conscientemente se inscribió en el campo de la información
rápida y no especializada— entendió que los tiempos modernos
habían cuestionado esa división entre las dos vertientes
tradicionales. Porque, ¿quién puede decir que la
paleontología —un ejemplo— debe quedar relegada a los textos
científicos, que no es "noticia", cuando millones de
personas pueden interesarse en lo que los especialistas
descubrieron anteayer? Y, del mismo modo, ¿cómo determinar
si un ensayo sobre coyuntura política internacional debe ser
quitado de manos de los periodistas para ingresar en las
bibliotecas especializadas? Esta edición de Siete Días es un
buen ejemplo de que esa conciliación —por sobre una frontera
cada vez menos clara— es posible; demuestra que una masacre
en un aeropuerto israelí o una feroz inundación en Neuquén
pueden recibir el mismo tratamiento —la objetividad que la
descripción del más fantástico yacimiento fósil del mundo
(en la Argentina, provincia de San Juan), las peleas entre
los traficantes de esmeraldas de Colombia o los motivos por
los cuales las viudas están copando la cúspide de la
pirámide demográfica en todos los países industriales.
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