Revista Siete Días Ilustrados
04.09.1972
EN ESTE NUMERO
Uno de los principios básicos para el ejercicio del buen
periodismo propone este aserto: estar presente en el
escenario de los sucesos. Los lectores aprecian muy
especialmente los esfuerzos que una publicación realiza en
tal sentido, como bien lo demuestran no pocas cartas
arribadas a la Redacción: "Es como si nosotros mismos
hubiéramos estado allí", suelen decir. En efecto, la
posibilidad de observar un hecho desde el terreno, para
después elaborar un informe que responda estrictamente a las
características del medio, provee a los habitués de ese
medio la sensación de que también ellos han sido testigos
del suceso. Quienes comandan Siete Días saben perfectamente
que buena parte del éxito que ostenta la revista se debe a
que jamás ha escatimado sacrificios para acercar a sus
hombres al epicentro de las noticias; y no sólo eso: la
vocación trashumante los ha instalado, más de una vez, en
los confines del mundo para rastrear circunstancias tan
"vulgares" como la vida misma en el seno de una sociedad con
la cual los lectores de Siete Días (o la mayoría de ellos)
no tienen puntos de contacto ni referencias precisas. Este
número es bastante demostrativo al respecto: desde Münich,
Alejandro Martí ofrece su primer envío sobre las Olimpíadas;
desde los Estados Unidos, Jorge Madrazo y Eduardo Comesaña
ilustran sobre uno de los portentos naturales que atraen más
contingentes de turismo; desde París, Abel González descubre
la intimidad de un universo todavía tenebroso, y el
corresponsal Pepe Fernández remite su entrevista con Mikis
Theodorakis, horas antes de que el músico volara a la
Argentina; desde Quito, Ecuador, Carlos Couto, uno de los
corresponsales de la Edición Internacional, cuenta los
pormenores de una ceremonia religiosa que se conecta con las
raices indigenistas de Latinoamérica; desde Montevideo,
Antonio Mercader desmenuza el gusto uruguayo por el azar y
las apuestas; desde Reykiavik, Islandia, el corresponsal
Felipe Irruspe esboza el clima que impera en torno a Boris
Spassky y Robert Fischer, sobre la culminación del match por
el título mundial de ajedrez. Por último, un servicio de
fotografías exclusivas documentan cómo pasan el verano, en
Europa, las luminarias del jet set internacional.
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