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Revista Billiken
21.05.1956
Semana de mayo
EL PRIMER DEMÓCRATA ARGENTINO:
MARIANO MORENO
Quien había de ejercer tan decisiva influencia en la marcha de la
Revolución de Mayo, cuna de la patria y de sus instituciones libres,
nació en la misma ciudad de Buenos Aires, donde desarrolló su
acción, el 23 de septiembre de 1778. Mariano Moreno vivió treinta y
tres años, breve lapso, pero en ese tiempo cumplió la trayectoria
que habría de colocarlo entre las figuras próceres de la patria.
Cursados sus estudios en el Colegio de San Carlos, fray Cayetano
Rodríguez y Mariano Medrano, amigos de sus padres, influyeron en su
formación en la segunda enseñanza. Mediante el sacerdote Iriarte,
arzobispo de Charcas, fué enviado a la Universidad, y allí se
doctoró en Teología y en Derecho. En la Academia de esa ciudad leyó
su trabajo Disertación jurídica sobre el servicio personal de los
indios en general y en particular sobre los indios mitayos y
yanaconas, en la cual aparecen ya las ideas de libertad y justicia
que alentaron toda su vida. Allí se casó con María Guadalupe Cuenca,
matrimonio del que tuvo un hijo llamado Mariano. Y en 1805 volvió a
Buenos Aires y se dedicó a ejercer su profesión. De esta época datan
sus escritos en causas de derecho público y privado. Fué relator
interno de la Audiencia y asesor del Cabildo de Buenos Aires.
Redactó la primera memoria que se conoce sobre las Invasiones
Inglesas, y en 1809 su célebre Representación de los Hacendados y
Labradores, que Cisneros no autorizó publicar, pero que apareció
traducida casi inmediatamente en Brasil y en Inglaterra.
Estallada la Revolución de Mayo, en el Cabildo del 22, Mariano
Moreno votó la cesantía del virrey Cisneros, y fué el verdadero
orientador ideológico de la misma. A su cargo estuvo la secretaría
de Gobierno y Guerra. En el plano económico llevó a la práctica la
Representación de los Hacendados, fomentando la riqueza pública.
Concibió y realizó un vasto plan de educación del pueblo, para el
cual fundó la Gazeta, creó, protegió y organizó la Biblioteca
Pública y propuso reeditar el Contrato Social de Rousseau. A esta
obra múltiple y meteórica hay que agregar sus decretos como
secretario de la Primera Junta, el del 6 de diciembre de 1810, por
ejemplo, mandando abolir los honores al presidente de la mis ma. La
incorporación de los diputados provinciales a organismos, actitud
con la que disentía, determinó su renuncia. Partió entonces en
misión diplomática a Inglaterra y la muerte lo sorprendió en alta
mar el 4 de marzo de 1811. De su decreto de los honores son estas
palabras, que todos argentinos saben de memoria: "Un habitante de
Buenos Aire ni ebrio ni dormido, debe tener impresiones contra la
liberta de su país". Mariano Moreno fué el primer demócrata
argentino.
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