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Revista Gente y la Actualidad
14.10.1971
Tapa Alicia Romano
DETRAS DE LA ESCENA
Hoy comenzamos esta página con lo que podemos llamar "el record de
Pérez". Juan José Pérez es el más joven fotógrafo de "Gente". Y en
estos últimos días se convirtió en una especie de maratonista de la
nota. El miércoles pasado por la mañana viajó a Entre Ríos para
realizar una nota. Volvió el jueves por la noche, muy tarde. El
viernes, cuando se conoció la noticia del levantamiento que se
originó en Azul y Olavarría, Pérez, junto a Jorge Luján Gutiérrez,
partió por la ruta 2 hacia Chascomús para encontrar la columna de
leales que marchaban para la represión. Volvió el sábado al mediodía
y horas después estaba en la Basílica Del Pilar para hacer fotos en
el casamiento de Estela Lanusse y Roberto Rimoldi Fraga. Cuando
terminó su trabajo allí y mientras otros fotógrafos tomaban sus
puestos en la Residencia de Olivos para continuar la nota, Pérez se
instalaba en el Hotel Presidente a esperar a la pareja que pasaría
allí su primera noche de casados. Pero fue en vano. Roberto y Estela
entraron por el garaje y Pérez había fracasado. Pero no se dio por
vencido. Se quedó toda la noche haciendo guardia, y, premio a la
constancia, la pareja aceptó salir por el hall principal para que
Pérez pudiese, en exclusiva, hacer su nota. Y recién entonces,
después de varios días, acomodarse en una cama y dormir
profundamente. El record de Pérez había terminado.
Pero también toda la redacción había tenido su record, aunque no tan
agitado como el de Pérez. Tres noticias de tremenda repercusión se
nos amontonaban en un mismo fin de semana. Un golpe que fracasa, un
casamiento del año, y el accidente aéreo que termina con la vida de
todo un cuerpo de ballet de primera linea nacional. Entre ellos
perdemos a José Neglia y Norma Fontenla, los dos principales
bailarines argentinos. Braceli y Fernández fueron hacia Olavarría;
Serra y Alessandrini hacia Azul para cubrir los principales focos
rebeldes; ellos mismos bajo la lluvia se unieron al equipo antes
nombrado y vivieron junto a las tropas leales la avanzada final. Los
choferes, Torres y Bosch, se asombrarían después: "Che, a estos
tanques es imposible alcanzarlos, corren como autos. . ." En Buenos
Aires, mientras tanto, cronistas y fotógrafos cubrían las otras
caras del golpe. Giménez Zapiola se ponía —según propia confesión—
su único traje y enfilaba hacia la Residencia de Olivos para el
casamiento de Roberto y Estela. Mientras, Renée y Dimas Suárez
esperaban en el puerto el reflotamiento del avión con las diez
víctimas. Así terminaba para nosotros el cierre. Con agotamiento y
un sabor amargo.
Hasta la próxima.
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