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crónicas del siglo pasado

 

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Siete Días Ilustrados

Revista Siete Días Ilustrados
20.05.1974
carta
Que el porteño haya aceptado vivir en esa enorme caja de resonancias que es Buenos Aires no significa que haya aprendido a conjurar sus consecuencias. De algún modo su alienación es producto de ese extraño maridaje, en apariencia tan bienavenido que prácticamente no hay porteño que aguante el silencio. Esta contradicción, que conspira contra su equilibrio nervioso y en general contra su salud, es explicable en la medida de que el hombre es, en el fondo, un reflejo de su contorno. A varias semanas de una campaña municipal en procura de sosiego, el panorama de Das cris-paciones sonoras que desata le Capital permitió trazar el revelador informe que empieza en la página 82. Otras contradicciones comienzan a desovillarse en la página 58, alrededor de un tema que suele envanecer a los argentinos: es que, en efecto, quienes sienten el placer por la buena comida no siempre están convenientemente alimentados; o, dicho de otra manera, una buena cultura gastronómica no implica un acabado conocimiento de los valores vitamínicos. Esa aviesa dualidad dio pie a la amable introducción a un tema, el de las dietas, que no se agota jamás. Finalmente, este número contiene, en exclusividad absoluta, los fragmentos sustanciales del libro que desató la rebelión en Lisboa: se llama Portugal y el futuro y su autor es el general Antonio Spínola, líder del nuevo gobierno de facto. Ese texto, hasta hoy inédito en la Argentina, y fotos especiales para Siete Días se insertan entre las páginas 6 y 11.
EL DIRECTOR

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