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crónicas del siglo pasado

 

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Siete Días Ilustrados

Revista Siete Días Ilustrados
24.06.1974

carta
Pasa a menudo que un gran esfuerzo periodístico se frustre —o por lo menos no alcance el justo relieve— por las malignas, eternas causas de fuerza mayor. Parece una frase hecha, pero debe serlo porque con una frecuencia que roza la angustia (y desata explicables exabruptos), ciertas peripecias de la actualidad no pueden ser reflejadas debidamente, con el merecido despliegue. La disquisición viene a cuento por lo que pasó el miércoles 12, cuando la edición número 369 de Siete Días entraba en máquinas y sólo restaba alimentar al taller con el último envío, cuatro o cinco páginas. Los lectores recordarán que ese día el presidente Perón pronunció un severo discurso a las 11 y media de le mañana y que poco después del mediodía la CGT declaró un paro general e invitó a una concentración obrera en la Plaza de Mayo, para expresarle su apoyo. Por puro azar, la circunstancia agudizó los problemas de rutina: en tanto se cubrían esos acontecimientos, hubo que adelantar remitos de materiales, de manera que a la hora natural del cierre sólo quedaban dos páginas disponibles. Allí fue cuando Hugo Pérez Campos, jefe de fotógrafos, y la plana mayor de Siete Días, tuvieron la evidencia de que el gran esfuerzo cumplido ese día por los reporteros gráficos de la revista debía ser desestimado, ya que técnicamente era imposible disponer de más espacio. Me importa mucho resarcir con este módico reconocimiento al plantel de fotógrafos de Siete Días, cuya cobertura de tales hechos merece, por su exuberancia y rigor docurrental, el calificativo de notable. La muestra ofrecida en el número anterior resultó, pues, dolorosamente exigua. Menos mal que la práctica acabó por inmunizarnos para sobrellevar, incólumes, estos imponderables. DIRECTOR

María Cristina Olivares, portada de este número, posó para el fotógrafo Osvaldo
Dubini.

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