Mágicas Ruinas
crónicas del siglo pasado

 

OTRAS IMAGENES DEL SITIO

Revista Somos, julio 1982 Sueldos: ¿cómo se arregla?
Revista Extra, octubre 1971 caricaturas de Levingston, Lanusse, Onganía. Montero Ruiz en la barredora
Revista Vea y Lea, julio 1963 Chevalier, el de siempre
Revista Vea y Lea, octubre 1964 De Gaulle

Revista Idolos Mundiales nº 6 Juan Perón

Revista Pelo, setiembre 1980, Paul McCartney

Revista Pelo, enero 1982 Kim Carnes, Sui Generis


Ano VIl - Buenos Aires, 1º al 7 de julio de 1969 - Nº 340
Sus viajes, como los de Colón, han sido cuatro. Su misión, como la del Almirante, es descubrir un mundo nuevo; descubrirlo, al menos, para el Gobierno de los Estados Unidos. Sin embargo, al revés de los soberanos españoles que fletaron las carabelas, cinco siglos atrás, el Presidente Nixon sabe al dedillo cuál es la situación de los países que Nelson Rockefeller surca desde el 11 de abril. Aun si le faltasen datos, ellos le fueron proporcionados por las recientes asambleas de la CECLA, en Viña del Mar, y del CIES, en Trinidad y Tobago. Hay otra diferencia: las andanzas del Gobernador neoyorquino encabritaron a los "indios": no sólo debió cancelar sus visitas a Perú, Venezuela y Chile, sino que su paso por otras naciones dejó un tendal de muertos y heridos.
En Buenos Aires, cuatro días antes de su llegada, el Consejo Nacional de Seguridad diseñaba las medidas necesarias para proteger al Enviado de Nixon. El martes 24, a la noche, los estudiantes ocuparon la Facultad de Ciencias Económicas durante media hora: ardió una bandera norteamericana y aparecieron cartelones contra Rockefeller. Todos los indicios señalaban que su estada en la Argentina iba a suscitar graves desórdenes. Acaso sea un error; también lo es, quizás, el hecho de que el Gobierno (envarado por una crisis todavía en ebullición; ver pág. 10) no haya solicitado a Rockefeller que espere tiempos mejores.
Además, ¿para qué sirven estos viajes, para qué el informe que su autor rendirá ante Nixon? Las autoridades de Washington, mientras auguran "nuevas direcciones" en su política latinoamericana, no cesan de utilizar los viejos métodos con que endeudaron al hemisferio. Al cabo de su accidentada gira, mucho tendrá que lidiar Rockefeller para que la suya no sea una misión imposible. Entre tanto, su escala argentina señala un momento ideal para analizar las relaciones bilaterales con los Estados Unidos, un tema que se desmenuza en las páginas 14 a 16.
Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR.

 

 

Búsqueda personalizada

siguiente en la sección