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AÑO VII • Nº 398 • BUENOS AIRES, SETIEMBRE 15, 1970
Pocos son los acontecimientos políticos capaces de influir sobre el futuro de un continente: el triunfo electoral de Salvador Allende, en Chile, es uno de ellos. Aun descartando hipótesis tremendistas, los observadores políticos estiman que repercutirá en medida imprevisible sobre las relaciones del longilíneo país con sus tres vecinos y con sus asociados del Área Andina, con la OEA y con Cuba, e incluso sobre la trabajosa coexistencia de los tres colosos: Estados Unidos, la URSS y China. Un enviado especial, en Santiago, y la Redacción, analizan las posibles derivaciones de este proceso (ver páginas 64 a 68).
Entre tanto, en Buenos Aires, el Presidente imprimía a la acción oficial un giro imprevisto: creó una Comisión Interministerial —noticia anunciada con exclusividad en la edición anterior de esta revista— y le fijó tareas perentorias para adecuar metas y prioridades, necesidades y recursos en el mediano plazo (cinco años). El primero de esos informes debe llegar a sus manos el viernes de esta semana (ver página 14).
Algunos observadores interpretaron, a la ligera, que el Gobierno pretende continuar hasta 1975. Otros, más razonables, sugieren que. esta aceleración del proceso revolucionario está modificando la propia naturaleza del régimen, desafiando a la política económica vigente y a su actual conducción.
Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR.
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