AÑO IX • Nº 416 • BUENOS AIRES, ENERO 19, 1971
CARTA AL LECTOR
Cuando Córdoba se convierte en el escenario de acontecimientos que conmueven al país, las repercusiones se multiplican al infinito. La siestera provincia mediterránea, que tuvo a los alfajores como símbolo, ahora parece reemplazarlos por los "cocktails molotov". También los paisajes de apacibles hosterías van dejando lugar al de fábricas ocupadas por obreros. Es el precio del desarrollo industrial; es también la renovada inquietud de un país al que le cuesta encontrar su destino.
En búsqueda de perspectivas más amplias, iniciamos en este número la publicación de una serie de artículos que entendemos como una apertura a la ciudadanía, sin exclusiones. Es que estamos dispuestos a contribuir al entendimiento de los argentinos, convirtiéndonos en vehículo de las opiniones que puedan ayudar a crear un futuro mejor. No queremos ser los jueces de las propuestas que se formulen, tampoco los censores. Por eso, compartamos o no las ideologías de quienes las profesan, las entregaremos a nuestros lectores, destinatarios finales de todos los mensajes. Firma, en esta oportunidad, Marcelo Sánchez Sorondo (pág. 15).
La Iglesia, piedra de encuentros y conflictos, de tradiciones y de cambios, enfrentada a un renacimiento que asusta a unos pero que entusiasma a otros, es motivo de un análisis especial (pág. 51) que intenta aportar claves interpretativas para comprender su dramática actualidad. Denuncia también nuestro objetivo de encarar profundamente los grandes temas nacionales, sin espectacularidad ni exitismo periodístico.
Hasta el martes próximo. EL DIRECTOR
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