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Cuando Alejandro Band inventó el
instrumento para alegrar los pies de los bailarines bávaros no podía
suponer que el bandoneón recalaría en buenos Aires y, ya como
fuelle, en los dedos de Pichuco. Aníbal Troilo nació en 1914 en el
Abasto y es el Buda de una porteñería que lo guarda impecable como a
los mitos. Desde su primer disco, en 78rpm (Comme il fautW de Arolas,
y "Tinta verde" de Bardi) ha grabado 1.100 temas. Y no para
de tanguear. (Revista Gente 1974)
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