Julián Centeya

PUSO FIN AL PRIMER CICLO DE SUS EVOCACIONES SENTIMENTALES POR LR3, RADIO BELGRANO
DÍAZ PUBLICIDAD CONSIGUIÓ CON ESTAS AUDICIONES UNO DE LOS SUCESOS RADIALES DE MAS SIGNIFICACIÓN

 

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La noche del domingo 16 del corriente se ha despedido con una última charla, a fin de tomarse un merecido descanso Julián Centeya, el evocador sentimental de Buenos Aires. Más de mil personas se dieron cita en el salón auditórium de la calle Victoria para asistir a la audición de Polvos de tocador "Fleurs de France", conocido producto que auspició, por intermedio de Díaz Publicidad, el primer ciclo de charlas de este muchacho porteño.
CINCO MESES DE ACTUACIÓN ININTERRUMPIDA
Con marzo se elevaron a cinco los meses de actuación de Julián Centeya, detalle que cobra mayor relieve si se tiene en cuenta que por primera vez actúa en el terreno radiotelefónico, incorporándose como voz de Buenos Aires, en temas de profundo color local. No fué precedido de ningún antecedente y ocupó durante todo el tiempo señalado una posición de astro. El triunfo de Julián Centeya es triunfo de Díaz Publicidad, que apoyó en este valor su mayor confianza y que luce hoy la satisfacción del éxito alcanzado por uno de los hombres que forman parte de su empresa.
UN RECIBIMIENTO CALUROSO 
Apenas el animador y el locutor oficial de las audiciones "Fleurs de France", señores Federico Muñoz Cabrera y Fassi, anunciaron la presencia de Julián Centeya, una ovación ensordecedora brotó como respuesta. Más de un minuto fué sostenido el aplauso. Tanto es así que Julián Centeya debió aplazar varios intentos de comenzar su charla, que rodeó como un cariñoso abrazo a su viejo barrio: Boedo y Chiclana.
En el curso dé la misma fue interrumpido con ovaciones sinceras, destacando una vez más el público hasta qué grado alcanzó el interés de los temas resueltos en los breves minutos de sus actuaciones.

IMPROVISO UNA DESPEDIDA PARA EL PUBLICO PRESENTE
Haciéndole portador de un deseo general, Muñoz Cabrera invitó a Julián Centeya para que pronunciara algunas palabras dedicadas al público presente.
Su improvisación —que duró cerca de diez minutos— fué rica en matices y ágil en la concepción. Una vez más puso de manifiesto sus condiciones de improvisador y unió esta vez al corte sentimental que se le conoce frases simpáticas para el micrófono — su compañero —, que fueron recibidas con vivas muestras de simpatía.

JUAN DE DIOS FILIBERTO Y CHOLA LUNA
Gesto altamente simpático resultó el del consagrado compositor y director de orquesta señor Juan de Dios Filiberto, quien pronunció ante el micrófono algunas palabras para nuestro compañero, a fin de dedicarle "El pañuelito", uno de sus inspirados trabajos. Fué éste uno de los más hermosos gestos de la noche.
En cuanto a Chola Luna, un valor del cancionero criollo, le corresponde otro gesto. La gentil cancionista fué a despedir personalmente a Julián Centeya. Hizo uso de la palabra y le entregó un hermoso ramo de flores.
El público aplaudió insistentemente este detalle poco común en nuestro ambiente.
Una pequeña actriz — La Chinita — también le llevó flores a Julián Centeya.

A TELÓN CORRIDO
El público no quería moverse de su lugar. A telón corrido tuvo lugar lo que podría decirse otra audición. Por último, la gente, en la calle, aguardó la salida de nuestro compañero de trabajo, debiendo intervenir la policía en la esquina de Victoria y Entre Ríos, para evitar que la demostración de tan sólidos afectos se tradujera en un completo desorden, ya que se trataba de un enorme número de personas que exteriorizaban, con gritos y hurras, la simpatía que profesan a Julián Centeya.
Revista Cine Argentino
1941

Escribe JULIÁN CENTEYA
LA DE PAULINA
La Lumiton está haciendo más gambetas que Baldonedo o más esquives que Casanovas. Un día estrena en el Ideal ("El más mejor viejo del mundo"). El otro día se da el dique de inaugurar un biógrafo que parece, por lo grande, el hipódromo de San Isidro. Me refiero al Oceán, que está en la calle más biografera de la metrópolis. La nombro: Lavalle.
El sello del atleta que pega el mazazo pone en juego en este estreno de la sala y de la cinta un laburo de don Manuel Primero. Es la primera vez que don Manuel le pide ayuda al vecino, porque esta cinta, que es en su origen una pieza de teatro y que se llama "Un pibe de París", pertenece a Dartés y Damel.
LO PRINCIPAL ES SABER DONDE QUIERE IR UNO
Don Manuel no es de los tipos palurdos que salen de noche a la calle y con los ojos vendaos. Este hombre no es de los que nos dan sorpresas para el lao de la contra. Sabe dónde va. De antemano reconoce que el asunto es teatral, que hay que sacar la cinta en un determinao momento a tomar aire y que posiblemente lleve demasiado diálogo, negando cancha a la acción, vehículo cinematográfico a quien le corresponde, por ley, resolver las situaciones. Pero. .. Romero infunde (me estoy mandando un castellano fenómeno) a su laburo (ya la metí) el sello personal de su personalidad. (Esta es una redundancia, pero como la página la escribo yo..., la comando yo..., pongo lo que quiero).
Don Manuel me da la impresión de que en el pique ya caza los cien kilómetros y se propone en todo el curso de la cinta, no sólo mantener la velocidad, sino aumentarla. No te da tiempo a pensar.
Y eso es mucho. El ritmo de la cinta, que es de lo más ágil, responde perfectamente a las exigencias de la concepción y de la realización. Por otra parte, tiene en la rubicunda Paulina — que parece la Margarita del "Fausto" de Anastasio el Pollo — y en Serrano, sus dos puntales, que en todo momento hacen adelante de la cámara que la velocidad no disminuya.
Y HABLANDO DE LA PAULINA...
...voy a decir que, pese a que oía en el vestíbulo — ahí también cayeron los chimenteros —, siempre hace lo mismo, yo me animo a decir de que siempre que salga así, en campeona, que lo siga haciendo. El género que corta con la tijera de su interpretación es de medida. Peligroso. Más que difícil. Se necesita, para salir a flote, como las botellas que las raptadas en los castillos por los piratas tiraban, botellas que llevaban pata de palo y un gancho por mano, la gracia, simpatía, belleza, físico y arte, que tiene esta rubia, que viene a ser la hermana de la Berta, esa que dice Bota..., bota..., bota...
Y HABLANDO DE SERRANO
Serrano, que hace el papel que sonaba para don Florencio Parravicini, responde en este torneo que en casi toda la cinta tiene que mantener con la rubia Paulina. Es ágil. Consigue hacer reír en buena ley y en ningún momento le afloja una uña a su compañera.
Ernesto Raquén está lo que se dice en tipo. El rubio galán de tantos éxitos hace el esposo tímido y enamorado con verdadera noción de lo que viene a ser un marido así. Segundo Pomar, pese a que no tiene situaciones y que solamente dice, está perfectamente en su papel y lo defiende. Bien de físico y bien de rebusque. Este va a tener más trabajo en el cine, por lo que rinde, que costura tiene en la fábrica la piba morocha de la vuelta de mi casa.
María Esther Pomar tiene nada más que un par de cositas al principio de la cinta. Está bien la María Esther. Teresa Serrador, que hace de madre que vende a un pibe y que después el pibe tiene que pasar por el que vino de Francia, está en tipo. Desencajao el gesto y con la angustia puesta en la voz.
En lo que se refiere a la técnica — en general — de la película, muy bien. Digna de la Lumiton. La música, de Sciammarella — punto altamirano de la musicología que va con remisión para mi pueblo —, es muy buena. Vistosa y de fácil melodía, la canción que canta la Paulina a dúo — a veces — con Dante, un cantor de mis pagos, que tiene linda voz y un oído fenómeno. La canción se llama "Viví como querés".
Se trata, por último, de uno de los trabajos más; interesantes de don Manuel Romero, cuyo piolín remonta desde hace rato el barrilete de sus realizaciones, con la sola pretensión de entretener, pero que el día que quiera hacer cine para la pensadora.. ¿ese día..., ¡ bueno!... el atleta rompe el gon del saque que pega cuando se abre la característica de Lumiton.

LA DE LUIS SANDRINI CON ASUNTO DE ARNICHES
Y viene la otra..., que hace yunta con la anterior en la semana cinematográfica. La anima Luis Sandrini, el ator cómico de tanta simpatía, que tiene la contra de los argumentos y una mala pata fenómeno. Lo dirigió Bayón Herrera en E. F. A., director que nos dio su mejor laburo en "El de la jetta". Le sirve en esta oportunidad un tema de Carlos Arniches, que creo que es una obra teatral suya.
Para empezar, digo que el argumento no es de los más recomendables. Y que Bayón Herrera no pudo hacer más. Maneja los tipos bien. La cámara, en su escolaso de ángulos, camina. Hay situaciones como la del miedo, que son todo un acierto. Pero..., las hay como las del principio de la cinta..., en el andén. .., que parecen una adivinanza. Es más difícil acertar qué dicen, a qué se refieren y el porqué de todo eso, que acertar las ocho en el bosque (léase La Plata).
Algunos personajes... son falsos... No se puede creer en el guapo ése de Quintanilla, que, en un determinado momento, se quiere suicidar delante de Sandrini ... No se puede creer que es cine, el otro personaje Manteca..., encargao al buen actor Carlos Enríquez. Es de
tipo de teatro. Y más: de sainete. No se puede permitir que la señora Iris Martoreli, en un determinado momento, aparezca como aparece. (Anda a ver la cinta y la verás). Es un recuerdo del cine norteamericano, en el tiempo en que Harold Lloyd-hacía "El hombre mosca". El cordobesito, Tito Gómez, haciendo chistes con la novia, no la acierta...; es ridicula la escena en que le enseña box a Sandrini. Se ve que no se sabe parar. Con esa guardia, cualquier gil le da una de boyos que le llena el horno. En cuanto a la novia..., no sé por qué me la sacaron tan escuálida. Es muy paliducha..., me extraña..., y es precisamente una piba interesante y que tiene pasta. Se trata de la Nélida Bilbao. Si hay una cara linda- y un acierto, ella es la melliza Legrand... No sé si es la Silvia o la Mirtha..., pero te aseguro que tiene ángel, la mocosita... ¡ Muy bien.. ., muy bien..., piba!
EL TRABAJO DE SANDRINI
Luisito, a quien no pretendo descubrirle condiciones yo, desde este rincón, hace lo que más humanamente le corresponde y sabe hacer. Siempre metido en el cuadro, se multiplica en eficacia. Sacándole esos dos atos donde se empeña en poner los ojos en grande, está en actor consciente de su deber. Lo noté más flaco, eso sí.... Las escenas en serio, como cuando lo llaman catorce veces cordero... , si no resultaran tan de melodrama y tan de rebusque..., lo podrían favorecer...
Lo que me extraña es que el cine recurra a hombres tan conocidos y de tanto talento como don Carlos Arniches, para obtener esta clase de resultados. No favorece al argumentista este laburo que se llama "El más infeliz del pueblo". Y el sello E. F. A., merecedor de la más linda de las suertes, también es merecedor de otros argumentos. Me dirá el argumentista: ¿A mí que me importa... Quieren "esto" y yo les doy "esto"... Pero no es ese el caso..., porque el cine , es una cosa seria. Un poco más importante de lo que suponemos. Digo yo..., no sé..., a lo mejor yo me la tomo en serio y la cosa es para reírse. No sé...


pie de fotos
-Juan de Dios Filiberto, espontáneamente, se adhiere al homenaje que el público brinda en su despedida a Julián Centeya, el evocador sentimental de Buenos Aires, y fué sorprendido mientras hacía uso de la palabra dedicándole la ejecución de su tango: "El pañuelito"
-Julián Centeya con Juan de Dios Filiberto, Chola Luna, federico Muñoz Cabrera, Angel Fassi, La Chinita -una pequeña actriz- y Botana