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-Gazzera, sumar a la clase media

 

 

Multitud de circunstancias accesorias bordaron la semana peronista que se agotó en el amanecer del sábado 3 de abril; sin embargo, sólo dos hechos centrales le dieron una relevancia especial:
• El jueves 19 de abril, los siete integrantes del Secretariado Nacional de las 62 Organizaciones Sindicales analizaron los resultados de las elecciones pasadas: con una docena de diputados obreros, los mariscales del gremialismo argentino elaboraron su aportación a la táctica política que el peronismo empleará en adelante.
• El viernes 2, por la noche, junto al Secretariado Nacional del proscripto Partido Justicialista, al Secretariado de Las 62 y a Los Cinco Grandes del Retorno se congregó la mayoría de los diputados nacionales justicialistas, incluyendo a los ortodoxos que responden a la conducción oficial, las minorías disidentes con Los Cinco y hasta los antiguos rebeldes neoperonistas que permanecían ajenos a la estrategia diseñada por Juan Perón. Así se eligieron las autoridades del único bloque peronista enclavado en la Cámara de Diputados: lo presidirá Paulino Niembro, y es la primera aproximación a la unidad total de todas las tendencias.
Las anécdotas, los hechos fortuitos, las actitudes nerviosas, los encuentros y los desencuentros fueron quizá la esencia que roció aquellos siete días:
• Para discutir las líneas que habían de presentarse en ambas reuniones (constituyeron un verdadero pleno del peronismo), viajaron el martes a Asunción del Paraguay el ortodoxo Juan A. Luco y el neoperonista Alberto Serú García, diputados electos en 1963 con mandato hasta 1967 y jefes del sector parlamentario hasta el 14 de marzo. Jorge Antonio los enteró allí del contenido de una carta de Perón: felicita a la conducción de Los Cinco por la forma en que dirigieron el proceso electoral sin la tutela directa de Madrid y recomienda la unidad del movimiento. No adelanta las líneas a seguir en el futuro inmediato.
La misma carta fue exhibida a Augusto Vandor y Alberto Iturbe, que se trasladaron a Asunción el jueves, por pocas horas. Antonio relató que Juan Perón había recibido confidenciales felicitaciones del Elíseo por el éxito de su partido: hasta contaría con una invitación de Charles de Gaulle para visitar Francia. Expresiones similares, firmadas por un asesor del Presidente francés, yacían en una gaveta del escritorio de Antonio: el financista seguía empeñado en conseguir un oficioso agreement de los Estados Unidos para que Juan Perón pudiera rozar el Aeropuerto Kennedy en un utópico viaje hacia Asunción.
• Antiguos militantes peronistas, de origen nacionalista, advertían mayor receptividad en sus relaciones castrenses. "Es el fracaso de la experiencia brasileña —la última dictadura militar sin apoyo popular— lo que los aflige", señalaron. De manera paralela, directivos sindicales llegaron a admitir que nuevos contactos se están ensayando cerca del Ejército, especialmente: se trataría de investigar qué plafond tendría en las FF. AA. la reanudación del Plan de Lucha combinada con una acción parlamentaria simultánea. (La CGT anunció que el lv de mayo pondrá en marcha la 5ª etapa del plan de lucha.) Llamativamente, el 31 de marzo pudo leerse en la primera página del diario Retorno, que pasa por ser la expresión oficial de Los Cinco: "Sólo la unidad de Pueblo y Fuerzas Armadas puede lograr la recuperación de la Patria y el afianzamiento del destino de grandeza individual y comunitaria a que los argentinos aspiramos. La historia de nuestro país ejemplifica debidamente sobre las nefastas consecuencias del enfrentamiento de Pueblo y Ejército."
• Al comienzo de la semana, Augusto Vandor fue notificado extraoficialmente por la Embajada de España de que no existirán trabas si Los Cinco pretenden viajar a Madrid; el anuncio fue interpretado como una rehabilitación de la autonomía de Perón en España: parecía impensable que Los Cinco viajaran para algo que no sea discusión de temas políticos. En cambio, Vandor y Framini aparentaban sentirse más tentados por una invitación que les prometía asistir a la festividad del 1° de mayo en Pekín. A fines de la semana no habían decidido ese viaje. En la noche del jueves pasado, Vandor, Gerónimo Izetta, Framini, Américo Cambón, Julio Guillán, Elpidio Torres y Miguel Gazzera se sumergieron en las profundidades del Sindicato de la Sanidad (Saavedra al 100) para diseñar la táctica futura. "Estamos ante un adversario hábil y coherente, la UCRP, que ha conseguido reconstruir la antiperonista Unión Democrática de 1946", esbozaron de manera alternativa Vandor y Gazzera para los diputados obreros. "Aun derrotado, Arturo Illia no cayó (como Arturo Frondizi en 1962) porque su coalición responde ortodoxamente a los intereses de la oligarquía." Un solo error puede imputársele: el de haber acelerado la polarización hasta deshidratar a los partidos menores que formaban un colchón en torno de la UCRP.
En cambio, el peronismo sumó en sus alforjas a sectores marginales: la izquierda comunista, los nacionalistas, antiguos sueldistas y socialcristianos, ex ucristas y, especialmente, campesinos independientes y pequeños empresarios disconformes con la política económica oficial.
Toda la actividad peronista debe encaminarse a incorporar estos sufragios adicionales antes de los comicios de 1967 y, especialmente, antes de los de 1969: las dos metas fijas del plan táctico porque, "por el momento, las condiciones no dan margen para la acción directa". "Podríamos adoptar una pose ululante —habría explicado Vandor— o convertirnos, contrariamente, en un débil apéndice reformista del régimen, como lo quiere el neoperonismo. Los gremialistas desearíamos, en cambio, la transformación total de las estructuras: para ello no tañemos fuerzas."
Entonces, el peronismo ensayará una política lindante con la integración; promoverá un programa de reformas que cuenten con apoyo de los sectores marginales: la agraria, que ya pregonan democristianos y un sector radical; la nacionalización de las fuentes de energía, como declaman los socialistas argentinos; el crédito industrial y la plena ocupación que los ucristas buscan. Habrá una acción combinada de los tres instrumentos que el peronismo ya le arrancó al régimen: las 62 Organizaciones en la calle, la CGT en las comisiones paritarias, y los diputados en el Congreso.
"Si la UCRP se pliega a nuestras demandas, perderá sustentación en sus bases; si nos enfrenta, nos convertirá en cabeza de la oposición popular", estimaban los sindicalistas. En su planteo advierten dos imponderables: la proscripción antes de 1967 o el golpe militar. "La primera es imposible ya, para el gobierno, por su eco internacional. El golpe echaría por tierra también el atalaje del Estado Liberal. Nos transformaría, a largo plazo, en avanzada de la recuperación del poder para el pueblo."
Hacia el martes, los diputados del neoperonismo electos en 1963 y el ortodoxo Luco emitieron una declaración donde, veladamente, condicionaban su actitud unitaria con los nuevos legisladores a la adopción de una única postura condescendiente con el gobierno. Pero en la noche del viernes, peronistas y neoperonistas se confundieron en los salones del Sindicato de Cerveceros, Humahuaca 4072, en Buenos Aires. Pudo advertirse que aquella nota era arma de negociación en manos del neoperonismo: al principio solicitaban que los nuevos diputados se sumaran al bloque ya existente.
"Nosotros queremos hacer borrón y cuenta nueva", increparon los nuevos electos. Finalmente, se llegó a una solución de mitad de camino: ampliar la cantidad de cargos directivos en el bloque y formar un solo sector que presidirá Paulino Niembro, flanqueado por Julio Antún, Alberto Natiello y el ex rebelde Serú García. En cuanto a Rodolfo Tecera del Franco, será vicepresidente primero de la Cámara de Diputados, según se acordó ya con los otros partidos. 
8 de abril de 1965
PRIMERA PLANA

Paralipómenos
La silla del ausente
Por Jordán de la Cazuela

—Todos estamos y Él también — dijo el Gran Compañero.
Las miradas convergieron dulcemente en la silla ocupada por un moño azul y blanco.
—Compañeras y compañeros, ha llegado el momento de los himnos.
Las voces dijeron el primer himno. Los otros dos himnos se dejaron para más adelante.
—Compañeros electos —dijo el Compañero para el Retorno—, nosotros debemos partir. Cada uno es lo que debe ser porque iguales cargas no pesan, como dijo Él.
—¡Sí, sí; Él lo dijo! —recordaron los Compañeros Electos. Y sonrieron felices a la silla enmoñada. La silla se inclinó.
—Necesitamos saber qué hará cada uno de ustedes. Recuerden lo que nos enseñaban en la Escuela Superior Peronista: hay dos clases de enemigos, los contrarios y los semi-contrarios.
—Compañerísimo —dijo la Compañera Electa—, ¿por qué apartarse del folklore? Digamos contreras y semicontreras.
—No debemos ser vanidosos: ahora los contreras somos nosotros. Compañeras Nélidas, a lo vuestro.
—En cuanto entremos en el recinto —explicaron las Nélidas— miraremos duramente a un tal Hardoy y a un tal González Bergez y les diremos: ¡Viva la reforma agraria!
—¡Nélida Calviño, Nélida Sarmiento, no cometáis pecado de nelidez! La reforma agraria jamás figuró en el plan quinquenal. Además, aún tenemos que recuperar los tambos que a Él le interdictaron. ¿Cómo se les ha ocurrido, chicas, estar de acuerdo con algo que hasta los norteamericanos recomiendan? La reforma agraria es la matanza del oligarcón para producir oligarquitos.
Los electos miraron la silla de Él. La silla tiritó. Y todos comprendieron.
—Sí —susurraron—, mueran los oligarquitos.
—Yo —dijo el Compañero Presidente de Futuro Bloque— tengo proyectada una ley para participar en las ganancias.
—¡Protesto, Paulino! —dijo el Compañero de Fraternidad— ¿Qué nos tocaría a los obreros del riel? ¿Y qué sería de nosotros si el Sindicato de Empleados de Sindicatos también quisiera sopar?
—Sí, claro, no pensé. Yo sólo soy un mecánico. Seguro que los mecánicos sufrimos de deformación profesional ...
—Por mi parte, juro, como que me llamo Izetta, que propondré la abolición del servicio militar obligatorio para siempre jamás.
—¡Qué imprudencia! ¿No recuerda el origen de muchos orígenes? ¿Y las cenas anuales de camaradería? ¿Qué diría Él?
Todos miraron la silla. Y la silla se movió hacia allá y hacia acá.
—La milicia fue su gran amor — dijeron, y agacharon las cabezas.
—Mi primer proyecto —explicó el diputado Gallo— será sobre divorcio gratuito y obligatorio, si uno lo desea.
La silla se estremeció. Todos menearon la cabeza.
—¡El pueblo no le ha dado mandato para que usted de rienda suelta a su resentimiento! —gritó el Compañero Médium—. ¿Qué pensará doña Isabel? Repasen ya mismo el Manual de Chambonadas.
—Yo soy el compañero Abraham Abdula Abdulaja, electo por Santiago, y se me ha ocurrido...
—Vea, compañero Abdulaja; conviene que por un tiempo se esté chito, hasta que la gente vea que usted es una persona corriente.
—El pueblo pampeano, al despedirme, me recomendó: "No te olvides, Cristóbal Cleto Rodríguez Kessy, de rebajar la jornada de trabajo." Y yo cumpliré porque es hora de que los socialistas dejen de vivir del anteayer.
—Escucha, Cleto, ¿no te dice algo aquello de "producir, producir y producir"? Entonces, ¡cómo demonios proyectas tal cosa! ¿Qué dirá Él cuando vayamos los Cinco a verlo y le digamos: Cleto redujo la jornada la labor a pocas horas?
—Compañero Vandor —rugió el semicompañero Serú García—, usted me está resultando un lobo de angora. ¿Qué quiere que proyectemos? ¿Leyes rosas?
—¡Eso no! Nunca me pasó por la mente favorecerme con el partido. Pero sostengo que hay que esperar que venga Él para proyectar las leyesonas. Hay que conformarse con algunas leyesitas.
—¡Usted es un oblongo! Sepa que mi primer proyecto será justamente para que por ley se le pida que regrese ... ¡No pretenderá que Él mismo venga a dictarse la ley para que regrese!
—Eso habría que consultarlo.
Todos miraron la silla. Pero la silla no se movió.
—¡Chist! —susurró el Compañero Médium—. Él se ha quedado dormido.
* Copyright by PRIMERA PLANA
13/04/1965