LOS SACERDOTES PARA EL TERCER MUNDO SE DEFINEN:
Transcripción textual y completa de un documento redactado por el Equipo Buenos Aires del Movimiento Sacerdotes para el Tercer Mundo.

Revista Contracultura
septiembre 1970
un aporte de Luisbe de Canadá

 

 

 

 

 

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Con posterioridad a la guerra de los años 1939 a 1945, surge dentro de la opinión pública el interés por la angustia que provoca la diferencia tajante (entre distintos países y aún dentro de un mismo país), existente entre quienes gozan de los bienes económicos, culturales, sociales y políticos y quienes no gozan de ellos.
Las masas, que han sido siempre pobres pero sin tener conciencia de su "situación de pobreza", cobran ahora conciencia de ese estado y no desean permanecer así. Es a partir del año 1945 que se da como hecho social universal la inaceptación de la pobreza.
En ese mismo momento aparecen netamente delineados tres grandes grupos de pueblos: el primero formado por las potencias que dominan el mundo capitalista; el segundo formado por las potencias que dominan el mundo comunista; el tercero es ese TERCER MUNDO que busca liberarse del dominio de los dos primeros y desarrollarse libremente.
EL TERCER MUNDO —como ubicación ideológica— nace de una actitud crítica hacia el mundo capitalista, pero también de una actitud crítica a la realización concreta que el marxismo ha hecho de sus principios en las realidades nacionales que hoy tenemos como ejemplo de países socialistas, especialmente la Unión Soviética.
Ese Tercer Mundo formado por los pueblos pobres y oprimidos, y por los pobres y oprimidos aún dentro de los mismos pueblos ricos, se siente explotado y amenazado en su existencia misma por esos dos centros de poder mundial, y por quienes ejercen dentro de un país el poder económico, cultural, social y político. Ese Tercer Mundo que comprende a las naciones de África, Asia y América Latina, busca la realización de un socialismo "original" que no esté ligado a fórmulas que nazcan de la experiencia de los países socialistas existentes. El pensamiento del Tercer Mundo es homogéneo en su crítica al capitalismo; en cuanto a la salida positiva plantea todos los interrogantes que pueden presentarse, no dando en conjunto una respuesta total definitiva, lo que constituye una característica fundamental en el pensamiento del Tercer Mundo: su apertura, su no atarse a fórmulas.
Por otra parte, lo que está más presente en este pensamiento del Tercer Mundo es el respeto por el hombre (el poner al hombre como fin de todo proceso, como depósito del proceso de liberación), y el respeto por las diferencias nacionales. El Tercer Mundo critica al SISTEMA CAPITALISTA:
* porque es totalitario, es decir: envuelve la vida privada y pública del individuo; el sistema "encierra" a la persona
* porque es monopolista pues el mismo sistema, para marchar, exige la concentración de la riqueza
* porque es colonialista, pues para asegurar su permanencia debe expandir sus fronteras
* porque es necesariamente dominante, pues requiere una estructura de dominación en las relaciones de hombre a hombre y de nación a nación.
Las guerras sirven para afirmar el dominio del sistema. La cultura manejada por el sistema educa para la domesticación y para la servidumbre, no para la liberación. El hombre es "alienado" por el sistema: no puede ser original. Esta situación provoca en el hombre las "evasiones de la realidad"; evasión por lo erótico; evasión por la ciencia-ficción; evasión por el consumo indefinido; alienación política.
El Tercer Mundo critica al SISTEMA COMUNISTA (en su realización concreta en la Unión Soviética):
* El nacionalismo interno de la URSS ha terminado por contradecir a Marx en la medida en que ha constituido al poder económico y político en fuente de prestigio.
* El tratamiento que la URSS da a los países que están dentro de su área, ha demostrado no ser igualitario y por la intervención que tienen en la política socialista, se habla de colonialismo económico y político.
* Falta una real participación popular en las decisiones.
* Desconocimiento por parte de la URSS de la legitimidad de las vías nacionales diferentes para llegar al socialismo e imposición de una fórmula que coincide con los intereses de la URSS.

REALIDAD HISTÓRICA
EN EL PLANO INTERNACIONAL
La existencia del bloque que ha recibido el título de "Países del Tercer Mundo" se pone de manifiesto en diversos acontecimientos.
Su primera manifestación definitoria lo constituye la conferencia de Bandung (provincia de Java en Indonesia), realizada entre el 18 y 24 de abril de 1955, la cual es la primera reunión de los países afro-asiáticos con la participación de casi todos los países independientes de Asia y África. Esta Conferencia da nacimiento a una formulación práctica de la política del Tercer Mundo. Se condenó el colonialismo y la política de fuerza. Se pidió la independencia inmediata de todos los países sometidos y el respeto para la soberanía de las naciones y los derechos fundamentales del hombre; se hizo un llamamiento a la paz y a la cooperación mundiales y se convino en no participar en programas de defensa colectiva encaminados a servir a los intereses de cualquier gran potencia. Latinoamérica también pone de manifiesto su reacción frente a la situación de dependencia económica, especialmente de los Estados Unidos. Baste recordar las conclusiones de la reunión de Cancilleres de América Latina en Viña del Mar (Chile), las que fueron presentadas al gobierno de los EE. UU. por el Canciller chileno Dr. Gabriel Valdés.
En síntesis, las conclusiones de la CECLA (Conferencia Económica de Coordinación Latinoamericana) indicaban que la así llamada ayuda de los EE. UU. se realizaba con condiciones tales que significaban una dependencia y un enriquecimiento en beneficio de ese país. Este hecho del actual dominio de los EE. UU. sobre los países de Latinoamérica ha sido constantemente señalado por la CEPAL, especialmente durante el período del economista argentino Dr. Raúl Prebisch (CEPAL, R. Prebisch, Revista C. Económicas Nº 22).
Una clara manifestación de la intención de mantener su dominio sobre los países periféricos por parte de los centrales (dominio "de los países "ricos" sobre los países "pobres") tuvo lugar en el año 1968 cuando la UNCTAD (Comisión de las Naciones Unidas para la Ayuda y el Desarrollo) realizó su asamblea mundial en Nueva Delhi (India). En esa oportunidad los países "centrales" (ricos) rechazaron las propuestas presentadas por los países oprimidos, a los efectos de resultar más beneficiados en el intercambio mundial. Allí las cartas se mostraron sobre la mesa y ni los EE. UU. ni la URSS hicieron concesión alguna respecto a su posición dominante.
De esta manera los dos grandes centros QUE CONSTITUYEN prácticamente DOS MUNDOS acentúan su presión sobre el tercero, o sea: se venden cada vez más caros los productos manufacturados hechos por una tecnología en constante desarrollo y en posición privilegiada de los países centrales porque son ricos y poderosos; se compra cada vez más barata la materia prima de los países oprimidos, pero al mismo tiempo en menor cantidad porque la tecnología desarrollada en los países centrales permite producirla a los mismos o sustituirla por producios sintéticos; los mercados de los países centrales se cierran para protegerlos de la competencia de los productos de otros países, especialmente los sub-desarrollados (oprimidos). Y como si esto fuera poco, los países desarrollados (ricos) subvencionan la exportación de sus productos primarios logrados en mayor cantidad gracias a la moderna tecnología, de donde, de antiguos importadores se transforman en modernos exportadores que por competencia, privan de sus mercados a los países oprimidos.
Estas son las características que hoy muestra la ya vieja y continua acción opresora de los países centrales (algunos de ellos antiguos colonizadores) sobre los periféricos los cuales nunca tuvieron la libertad necesaria para desarrollar su ser nacional, ya sea antiguamente por ser colonia, ya sea recientemente por la situación de dependencia en que los dejaron los anteriores colonizadores, conjugada con la acción de las nuevas clases dirigentes puestas de acuerdo con las naciones centrales para explotar el país en beneficio propio.
Es este un mecanismo que, como dice la Populorum Progressio, dejado a sí mismo "conduce al mundo hacia una agravación, y no una atenuación, en la disparidad de los niveles de vida: los pueblos más ricos gozan de un rápido crecimiento, mientras que los más pobres se desarrollan lentamente. El desequilibrio crece: unos producen con exceso géneros alimenticios que faltan cruelmente en otros, y estos últimos ven que sus exportaciones son inciertas" (P. P. Nº 8; véase Nº 57). Este es el cuadro que presenta la lucha de los países centrales contra los periféricos, de los dominantes contra los dominados, de los desarrollados contra el Tercer Mundo, o más precisamente, de los sub-desarrollantes contra los sub-desarrollados.

EN LA ARGENTINA
Argentina —país latinoamericano— reúne, como los demás pueblos del continente, las características de los países del Tercer Mundo.
Durante la época colonial la producción de riquezas de lo que será la República Argentina depende de las "conveniencias" de la metrópoli (como en los demás países colonizados); la producción es forzada entonces a una inferioridad de condiciones en su desarrollo interno y en el intercambio mundial. Después de la independencia el mercado argentino, con la complacencia de la clase dirigente, padece el dominio de los países europeos —Inglaterra especialmente— que comienzan su expansión industrial. La clase dirigente, que ahora suplanta a la metrópoli como receptora del beneficio económico y el dominio político, causa el escándalo de la disparidad hiriente no sólo en la posesión de los bienes sino, más aún, en el ejercicio del poder. Hoy la dependencia económica y su consecuente, la política, la cultural y la social, lo es de EE. UU.
En la actualidad numerosas empresas industriales y varias entidades bancarias que funcionan perfectamente y ofrecen provechosos beneficios; han sido vendidas a capitales extranjeros. El país está distorsionado como consecuencia de un proceso industrial que se desarrolla especialmente después de la segunda guerra mundial: aumenta el poderío de Buenos Aires mientras el interior es relegado y sus industrias languidecen o mueren, la producción y condiciones de vida del campo se estancan o decaen. Como consecuencia, enorme cantidad de familias empobrecidas se vuelcan sobre Buenos Aires. Se originan las grandes concentraciones populares llamadas "Villas Miseria".
Junto con el colonialismo exterior existe el colonialismo interno que divide en dos a los argentinos. Una minoría aprovecha abundantemente de las riquezas del país y tiene en sus manos el poder de decidir y los resortes de la cultura, mientras que la mayor parte de la población tiene ingresos que no le alcanzan para llevar una vida digna y permitirles su promoción, ni tampoco tienen parte en las decisiones que hacen al desenvolvimiento del país.

MOVIMIENTO SACERDOTES PARA EL TERCER MUNDO ORIGEN
Comenzó a delinearse en 1967. Cuando el 15 de agosto de ese año un grupo de obispos pertenecientes a países del Tercer Mundo lanzan un mensaje con el que quieren concretar y hacer efectivo para sus países el llamado universal de la Populorum Progressio, algunos sacerdotes argentinos, lamentando que ningún obispo de nuestro país firmase ese manifiesto, resuelven expresar públicamente su adhesión al mismo y comprometerse a "trabajar con todas sus fuerzas" para poner en práctica "el contenido evangélico y profético" del documento. Se hizo circular entre algunos sacerdotes el texto de adhesión para ser firmado, y la respuesta fue inesperada y entusiasta: en un primer momento firmaron la adhesión más de 270 sacerdotes de diversas diócesis. Después se fueron uniendo otros con lo que se llegó a más de cuatrocientos.

PRIMER ENCUENTRO
Se percibió entonces la oportunidad de realizar algún Encuentro o "vinculación" de todos los que firmaron y se propuso entonces, como primer paso, un encuentro de delegados, elegidos estos en cada diócesis por el grupo de sacerdotes que había firmado la adhesión. Se trataba de buscar en común una ubicación sacerdotal frente al problema social de nuestro país, común al de toda la América Latina. Así se llegó al Primer Encuentro Nacional que durante dos días (1 y 2 de mayo de 1968) reunió a 21 sacerdotes representantes de los grupos existentes en 13 diócesis. Allí, si. bien se constató que entre los firmantes era diverso el grado de conciencia social, por otra parte, era también manifiesto que la adhesión al mensaje de los 18 obispos de los países del Tercer Mundo había obrado como aglutinante que permitió evidenciar profundas coincidencias mentales y de actitud frente a la realidad social. Dichas coincidencias fueron expresamente definidas más adelante, pero desde ese momento se esbozaron ciertas líneas: una común voluntad de "comprometerse" que implicaba:
1 — Un salir hacia el mundo para encontrarse con el hombre común y sus problemas (hasta entonces muchos grupos sacerdotales se quedaban en actividades meramente "eclesiásticas" que limitaban su contacto con los hombres a un grupo muy reducido).
2 — Percibir en ese mundo una clara división de los hombres entre explotadores y explotados y luchar para superar ese estado de explotación y opresión que reina en el mundo y específicamente en la Argentina.
3 — Optar por la defensa de los explotados, dispuestos a los riesgos consecuentes a esta opción en favor de los pobres y oprimidos.

CARTA A MEDELLIN
Fue también fruto de ese Primer Encuentro la decisión de enviar a los obispos que meses después se reunirían en Medellín, nuestra opinión acerca del tema de la violencia en América Latina. Desde siempre imperó la violencia de los opresores; ahora que a muchos comenzaba a preocupar la violencia de los oprimidos, no podía hacerse referencia a ésta sin distinguirla de aquella otra que debía denunciarse y condenarse claramente. Dicha carta recogió en muy poco tiempo 400 firmas de sacerdotes de Argentina y más de 500 en el resto de los países sudamericanos.
A lo largo de su primer año de vida, este Movimiento fue sufriendo un doble proceso que ayudó a su afianzamiento. Por una parte se fue evidenciando que no todos los que habían adherido al Mensaje de los 18 obispos, ni tampoco todos los que luego firmaron la carta de Medellín asumían el compromiso que los delegados al Primer Encuentro habían delineado. Pero también fue evidente que en otras diócesis fueron surgiendo nuevos grupos; otros, en primer momento numerosos, se redujeron en cantidad aunque crecieron en lucidez y voluntad de acción; se fueron multiplicando las intervenciones y declaraciones frente a hechos o situaciones injustas. La prensa, con inexactitudes, creyó descubrir un Movimiento serio que cabalgaba sobre una doble fidelidad: a la Iglesia y al proceso histórico.
Por otra parle, algunos obispos han expresado sus simpatías por estos sacerdotes y su actividad. Uno dijo en público: "El Movimiento tiene hoy verdadera proyección nacional y latinoamericana. Por eso su opinión tiene cada día mayor gravitación. Ya no se trata de actitudes de algunos sacerdotes aislados, sino de todo un Movimiento que refleja el pensar y quehacer de quienes han tomado en serio la renovación de la Iglesia. Les agradezco por el bien que nos hacen a los obispos, ayudándonos a tomar conciencia clara de problemas hondos, que se nos pueden escapar a quienes no estamos en la base".

COINCIDENCIAS BÁSICAS
El II Encuentro Nacional, con 80 participantes delegados de grupos existentes en 27 diócesis, tuvo como uno de sus principales frutos la explicitación, lograda en fácil y unánime convergencia, de las coincidencias que forman las LÍNEAS FUNDAMENTALES del Movimiento. Se resumen en la apreciación de un hecho, una toma de posición y un compromiso: REALIDAD INNEGABLE: La existencia de países (sobre todo en Asia, África y América Latina) y de sectores dentro de todos los países, que padecen una situación de injusticia, oprimidos por un sistema, y víctimas de las secuelas del hambre, analfabetismo, inseguridad, marginación, etc., realidad que se ha dado en llamar del Tercer Mundo.
Pero estos mismos pueblos, en la hora actual, se movilizan para romper sus viejas ataduras. Se gesta en ellos un innegable proceso de liberación que exige un cambio rápido y radical de todas las estructuras: económicas, políticas, sociales y culturales. También en la Argentina, somos testigos de esta realidad que, si bien puede mostrar diversa intensidad según los países, oprime por igual a todas las naciones de América Latina. El ideal de la "Patria Grande" bajo el que nacieron a la libertad ilumina también el proceso de su total liberación. (Declaración Episc. Arg. PAZ, W 3).

UNA TOMA DE POSICIÓN: Nosotros, hombres, cristianos y sacerdotes de Cristo que anunció a los pueblos la liberación de toda servidumbre y encomendó a la Iglesia proseguir su obra, en cumplimiento de la misión que se nos ha dado, nos sentimos solidarios de ese Tercer Mundo y servidores de sus necesidades. Ello implica nuestra firme adhesión al proceso revolucionario de cambio radical y urgente de sus estructuras y nuestro formal rechazo del sistema capitalista vigente y su lógica consecuencia el imperialismo económico y cultural, para marchar en búsqueda de un socialismo "original" que no esté atado a fórmulas que nazcan de la experiencia de los países socialistas existentes, pero que incluye necesariamente la socialización de los medios de producción, del poder económico y político y de la cultura, que promuevan el advenimiento del hombre nuevo. UN COMPROMISO: Convencidos de que la liberación la harán "los pueblos pobres y los pobres de los pueblos", y de que el contacto permanente con el pueblo mostrará los caminos a elegir, nos comprometemos cada vez más lealmente en el pueblo, en medio de los pobres, asumiendo situaciones humanas que señalen y verifiquen nuestro compromiso.


ORGANIZACIÓN
En cada diócesis un "Responsable" elegido por el grupo de los que firmaron la adhesión, se encarga de la vinculación entre sí de los integrantes del grupo. Este responsable vincula al grupo con el "Secretariado" permanente. Por cada región del país (cada región incluye varias diócesis) hay un "Coordinador" a fin de promover el Movimiento en las diócesis donde aún no existe y cooperar junto a un Responsable General en las orientaciones que afecten a todo el Movimiento. Es importante resaltar que éste se organiza a partir de las bases y que no depende de la conducción de un organismo central, sino que la coordinación es el fruto de las coincidencias que surgen de la acción y reflexión de las bases.
Respecto a sus objetivos o modos de acción, no existen normas precisas. Se trata de un Movimiento: es antes que nada una coincidencia fundamental en la apreciación de la situación de América Latina y una voluntad de comprometerse en el proceso de cambio estructural. Muchos sujetos o instituciones pueden encontrarse en esa línea sin que tengan explícita vinculación con los Sacerdotes para el Tercer Mundo. Los diversos grupos han encontrado naturalmente un similar método ordinario: se encuentran periódicamente para estimular el compromiso con la realidad humana y social que se supone tiene o busca todo el que participa de dichas reuniones. Los miembros del Movimiento, como sacerdotes, viven plenamente su sacerdocio ministerial (predicación de la Palabra, administración de Sacramentos, etc.) y sienten con todos sus hermanos los problemas que plantea la reforma conciliar. No obstante, el objetivo inmediato y directo del Movimiento como tal no le constituyen los aspectos internos de la organización de la Iglesia. Su preocupación es la iluminación evangélica del quehacer temporal para descubrir en los signos de los tiempos la expresión del Plan de Dios para con el mundo y los hombres. Ayuda a ello la mutua información y reflexión en común que se suscita, sea partiendo de los mismos hechos o comentando declaraciones o estudios que hacen a la realidad social. A través de estos mismos encuentros se proyectan, organizan y revisan las diversas actuaciones que como grupo juzgan conveniente efectuar.
Por otra parte el "Secretariado" publica bimestralmente el boletín Enlace, forma concreta de difundir entre los miembros del Movimiento las declaraciones, documentos, artículos, informaciones, etc. relativas al mismo. 

Y LOS LAICOS?
El Movimiento surgió como respuesta a inquietudes y exigencias experimentadas por sacerdotes y como consecuencia de su quehacer pastoral. Es obvio que siga siendo un Movimiento de sacerdotes, lo cual no quiere decir que estos se empeñen en ello. Pero sí, estiman no clericalizar los movimientos similares que es lógico surjan entre los laicos como respuesta a sus propias inquietudes.
Movimiento de Sacerdotes Para el Tercer Mundo
Equipo de Buenos Aires

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